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PAELLAS A DOMICILIO EN SANTIAGO Y TEMUCO 09-3427300

El hombre perfectible, si considera incompleta su doctrina o insegura su posición, busca fórmulas nuevas que superen el presente, en vez de cerrar los ojos para volver a los errores tradicionales.  La juventud cuando duda, rectifica su marcha y sigue adelante; la vejez incapaz de vencer el obstáculo, desiste y vuelve atrás.  Es este el gran problema filosófico que en la actualidad tiene entrampada a la sociedad chilena con las FF.AA.  En Carabineros se han modernizado solo los medios técnicos y se han postergado, incluso retrasado los procedimientos y comportamientos morales.

 

En todos los campos de actividad el deseo de perfección impone deberes de lucha y de sacrificio; el que dice, enseña o hace, despierta la hostilidad de los quietistas.  No afrontan ese riesgo los hombres moralmente envejecidos, han renunciado a su propia personalidad, entrando a las filas, marcando el paso, vistiendo el uniforme del conformismo.  Incapaces de esfuerzo, será siempre contra los ideales de la nueva generación, aunándose en defensa de los intereses creados y sintiéndose respaldados por el complejo aparato coercitivo que les proporciona la misma sociedad.  La forma natural de la defensa social será entonces el restar poder coercitivo, por ejemplo restándoles el "ministerio de la fe", o creando otras organizaciones que cumplan esa función social.

 

Amar la perfección implica vivir en un plano superior al de la realidad inmediata, renunciando a las complicidades y beneficios del presente.  Por eso los grandes caracteres morales se han sentido atraídos por una gloria que emanará de sus propias virtudes; y como los contemporáneos no podían discernir la vivieron imaginativamente en el porvenir, que es la posteridad.

 

Camino de perfección es vivir como si el ideal fuese realidad.  Fácil es mejorarse pensando en un mundo mejor; está cerca de la perfección el que se siente solidarizado por las fuerzas morales que en su rededor florecen.  Es posible acompañar a todos los que ascienden, sin entregarse a ninguno se puede converger con ideales afines sin sacrificar la personalidad propia.

 

No es bueno que el hombre esté solo, pues necesita la simpatía que estimula su acción, pero es temible que esté mal acompañado, pues las imperfecciones ajenas son su peor enemigo.  Hay que buscar la solidaridad en el bien, evitando la complicidad en el mal.

 

El hombre perfectible sazona los más sabrosos frutos de su experiencia cuando llega a la serenidad viril, si el hábito de pensar en lo futuro le mantiene apartado de las facciones henchidas de apetitos.  En todo tiempo fue de sabios poner a salvo los ideales de la propia juventud, simplificando la vida entre las gracias de la naturaleza, propicias a la meditación.  Que en la hora del ocaso es dulce la disciplina iniciada por Zenón, renovada por Séneca y Epicteto, practicada por Marco Aurelio, cumbres venerables de la trova ejemplar cuyo ideal cantó Horacio en versos inmortales.  Y fácil es, como desde una altura abarcan a las nuevas generaciones en una mirada de simpatía, no turbada por la visión de sus pequeños errores.

 

Quien tiende hacia la perfección procura armonizar su vida con sus ideales.  Obrando como si la felicidad consistiera en la virtud, se adquiere un sentimiento de fortaleza que ahuyenta el dolor y vence la cobardía.  Todos los males resultan pequeños, frente al supremo bien de sentirse digno de sí mismo.  (No basado en la fuerza o en la cobardía del otro).  La santidad es de este mundo; entran a ella los hombres que merecen pasar al futuro como ejemplos de una humanidad más perfecta.

"Rectilíneo debe ser el servicio de un ideal" y no es un ideal cuando es un trabajo remunerado. Quien ha concebido un arquetipo de "VERDAD" o de "BELLEZA", de "VIRTUD" o de "JUSTICIA", solo puede acercársele resistiendo mil asechanzas que le desvían.  La vida ascendente exige una vigilancia de todas las horas; el favor y la intriga conspiran contra la dignidad de la juventud, apartándola de sus ideales mediante fáciles prebendas.  Toda concesión, en el orden moral, produce una invalidez, todo renunciamiento es un suicidio.  La historia reciente de Chile nos lo comprueba.

 

Avergüenzate joven, de torcer tu camino cediendo a tentaciones indignas.  Si eres artesano evita enlodazarte recibiendo cosa alguna que no sea compensación de tus méritos; si eres poeta, no manches la técnica de tu musa cantando en la mesa donde se embriagan los cortesanos; si eres sembrador, no pidas la protección de ningún amo espera la espiga lustrosa que al encantamiento de tus manos rompe el vientre de la tierra; si eres sabio, no mientas, si eres maestro, no engañes, si eres policía no cometas delitos, ni calles los delitos de tus compañeros.  Pensador o filósofo, no tuerzas tu doctrina ante los poderosos que la pagarían sobradamente; por tu propia grandeza debes medir tu responsabilidad y ante la estirpe entera tendrás que rendir cuenta de tus palabras.  Sea cual fuere tu habitual menester, - hormiga; ruiseñor o león- trabaja, canta y ruge con entereza y sin desvío: vibre en ti una partícula de tu pueblo.

 

Joven Servidor del pueblo, no imites al siervo que se envilece para aumentar la ración de su escudilla.  Desprecia al corruptor, acúsalo y compadece al corrompido.  Desafía, si es necesario el encono y la maledicencia de ambos, pues nunca podrán afectar lo más seguramente tuyo de ti: tu personalidad.  Ninguna turba de domésticos rastreros, puede torcer a un hombre libre.  Es como si una piara (manada de cerdos) diese en gruñir contra el chorro De La Fuente dulce y fresca: el agua seguiría brotando sin oír y, al fin los mismos gruñientes acabarían por abrevarse en ella.

 

Algo necesita cada hombre de los demás; respeto.  Debe conquistarlo con su conducta.  No es respetable el que obra contra el sentir de su propia conciencia; todos respetan al que sabe jugar su destino sobre la carta única de su dignidad.

 

No hay delincuentes respetables, ni inductores, complotadores, cómplices, encubridores, ayudistas y cobardes que guardan silencio u obstruyen la justicia.  Todo es doblemente sancionable cuando proviene de Organizaciones policiales o policías individualmente.  Pierde la autoridad moral y la dignidad y queda destinada a la desaparición toda la organización

 

La firmeza es acero en la palabra y diamante en la conducta.  La palabra es sonora cuando es clara; todos la oyen si la pasión se caldea y a todos contagia si inspira confianza.  La autoridad moral es su eco, la multiplica.  Más vale decir una palabra transparente que murmurar mil enmarañadas.  Los que tienen una fe o una ideología desdeñan a los retóricos y a los sofistas; nunca se construyen templos con filigranas, ni se ganaron batallas con fuegos de artificios.

 

Cuando es imposible hablar con dignidad, solo es lícito callar.  Decir a medias lo que se cree, disfrazar las ideas, corromperlas con reticencias, hacer concesiones a la mentira hostil, es una manera hipócrita de traicionar el propio ideal.  Las palabras ambiguas se enfrían al ir de los labios que las pronuncian a los oídos que las escuchan; no engañan al adversario que en ellas desprecia la cobardía, ni alientan al amigo que descubre la defección.

 

De la palabra debe pasar a la firmeza de la conducta.  No se cansaban los estoicos de recordar el gesto firme del senador Helvitio Prisco.  Pidiole un día Vesasiano que no fuera al Senado, para que su austera palabra no perturbara sus planes.

 

- Está en vuestras manos quitarme el cargo, pero mientras sea senador no faltar‚ al Senado.

 

- Si vais, repuso el emperador, será para callar vuestra opinión.

 

-          No me pidáis opinión y callar‚

 

- Pero si estáis presente no puedo dejar de

pedírosla.

 

- Y yo no puedo dejar de decir lo que creo justo.

 

- Pero si la decís os haré morir...

 

- Los dos haremos lo que está en nuestra conciencia y depende de nosotros.  Yo diré la verdad y el pueblo os despreciará.

 

Vos me haréis morir y yo sufrir‚ la muerte sin quejarme.  ¿Acaso os he dicho que soy inmortal?.

 

Graba este ejemplo en tu memoria Joven Oficial Policial, ahora que eres artesano, estudiante, poeta, sembrador o filósofo.  Probable es que no puedas imitarlo en grado heroico, pero no lo olvides de tu habitual escenario.  Haz de él un mandamiento de tu credo.  Piensa que el porvenir de tu pueblo está en el temple moral de sus componentes.

 

"El que duda de sus fuerzas morales está vencido".  Manos que tiemblan no pueden plasmar una forma, apartar un obstáculo, izar un estandarte.  La confianza en las fuerzas morales debe ser integral para actuar con eficacia.  La vida es lucha incesante para los caracteres firmes, pues los intereses creados reclaman complicidad en la rutina común.  No puede resistir quien teme ceder.

 

Firme es el hombre que sabe corregir sus juicios, reflexionando sobre la experiencia propia o la ajena; voluble es el que sigue las últimas opiniones que escucha o acepta por temor las que otros le imponen.

 

Firmeza es virilidad lúcida, distinta de la ciega testarudez; tan grande es la excelencia del que sabe querer porque ha pensado, como pequeña es la miseria del que se obstina en mantener decisiones no pensadas.

 

La firmeza puesta al servicio de una causa justa, que beneficie a una mayoría sin perjudicar a una minoría, alcanza al heroísmo cuando contra ella se adunan los domesticados y los serviles.  En toda lucha por un ideal se tropieza con adversarios y se levanta enemigos, el hombre firme no los escucha ni se detiene a contarlos.  Sigue su ruta, irreductible en su fe, imperturbable en su acción. Quien marcha hacia una luz no puede ver lo que ocurre en la sombra.

 

Nada deben los pueblos a los que anteponen el inmediato provecho individual al triunfo de finalidades sociales, más remotas cuanto más altas; todo lo esperan de jóvenes capaces de renunciar a bienes, aún contradiciendo a su mujer; a honores aun contradiciendo a su egoísmo y a la vida, antes que traicionar la esperanza puesta en cada nueva generación.

 

"Los jóvenes sin derrotero moral son nocivos para la sociedad".  La incomprensión de un posible enaltecimiento los amodorra en las realidades más bajas, acostumbrándolos a venerar los dogmatismos envejecidos.  Su personalidad se amolda a los prejuicios, su mente adhiere a las supersticiones, su voluntad se somete a los yugos.  Pierden la posición de su yo, la dignidad, que permite abstenerse de la complicidad en el mal.  La historia reciente de cada individuo en Carabineros nos ha demostrado que ha aumentado en un 500% la cantidad de ingreso a otros credos, sectas o religiones no católica, principalmente a los evangélicos.  ¿Qué cree Ud. que induce que cinco veces más Carabineros busquen el refugio en una nueva fe desde 1980?.

 

Se envilece a la juventud aconsejándole el fácil camino de las servidumbres lucrativas. Cierren los jóvenes el oído a esas palabras de tentación y de vergüenza.  Quien ame la grandeza de su pueblo debe enseñar que el buen camino suele resultar el más difícil, el que los corazones acobardados consideran peligroso.  No merecen llamarse libres los que declinan su dignidad.  Con temperamentos mansos que forman turbas arrebañadas, capaces de servir pero no de querer.  Aquí empieza la Ley del Rebaño.  Donde se diluyen las responsabilidades individuales, en la multitud de los iguales.

 

La dignidad se pierde por el apetito de honores actuales, trampa en que los intereses privados aprisiona a los hombres supuestamente libres; solo consigue renunciar a los honores el que siente superior a ellos.  La gacetilla fugaz, el pasquín indecente o el liviano volante promocional, escribe sobre arena ciertos nombres que suenan con transitorio cascabeleo; los arquetipos de un pueblo son los que anhelan esculpir el propio en los sillares de la raza.

 

"No es digno juntar migajas en los festines de los poderosos".  Si jóvenes deshonran su juventud, la traicionan, prefiriendo la dádiva a la conquista.  En toda actividad social, arte, ciencia, incluso en las policías, fórmanse con el andar del tiempo castas de hombres que han llegado a perder su dignidad.  Desean mantener las cosas como están, oponiéndose a cuanto signifique renovación y progreso; son los enemigos de la juventud, sus corruptores.

 

Todos, insisto, todos ofrecen a cambio de la adulación y del renunciamiento, sinecuras en la burocracia, rangos en las academias.  Aceptar es complicarse con el pasado.  Juventud que se entrega es fuerza muerta, pierde el empuje renovador.

 

La burocracia es una podadora que suprime en los individuos todo brote de dignidad.  Uniforma, enmudece, paraliza.

 

NO puede existir moralidad en la nación mientras los hombres se alivianen de méritos y se carguen de recomendaciones, acumulándolas para ascender, sin más anhelo que terminar su vida en la jubilación.  Una casta de funcionarios es la antítesis de un pueblo.

 

Donde los parásitos abundan, se llega a mirar con desconfianza la iniciativa y parece herejía toda vibración de pensamiento, vigor de músculo y despliegue de alas, No se emprende cosa alguna sin el favor del Estado, convirtiendo al erario en muleta de lisiados y paralíticos.  Las andaderas, las muletas y la ortopedia, son disculpables para los niños y para los enfermos, el adulto que no puede andar solo es un inválido; la organización del Estado que no puede andar sola o no cumple sus objetivos no es válida para la sociedad y esta invalidez real debe ser compensada en forma efectista, con falsos méritos, honores y piochas que adornen su magra existencia.

 

Libres son los que saben querer y ejecutar lo que quieren; nunca hacen cosa alguna que les repugne, ni intentan justificarse culpando a otros de sus propios males.

 

Esclavos son los que esperan el favor ajeno y renuncian a dirigirse a sí mismos incurriendo en mil pequeñas vilezas que carcomen su conciencia.

 

"La independencia moral es el sostén de la dignidad".  Si el hombre aplica su vida al servicio de sus propios ideales, no se baja nunca.  Puede comprometer su rango y perderlo, exponerse a detracción y al odio, arrastrar las pasiones de los ciegos y la oblicuidad de los serviles, pero salva siempre su dignidad.  Nunca se avergüenza de sí mismo, meditando a solas.

 

El que cifra su ventura en la protección de los poderosos vive desmenuzando su personalidad, perdiéndola a pedazos, como cae en fragmentos un miembro gangrenado.  Su lengua pierde la aptitud de articular la verdad.  Aprende a besar la mano de todos los amos y, en su afán de domesticarse, él mismo los multiplica, para todo ello, debe mejorar su presentación y su apariencia, ingresando a las filas del hedonismo, que considera al placer como único fin en su vida.

 

Para seguir el derrotero de la dignidad deben renunciarse a las cosas bastardas que otorgan los demás; todas tienen por precio una ABDICACION MORAL.  El mayor de los bienes consiste en no depender de otros y en seguir el destino elaborado por las propias manos.

 

Joven que piensas, estudias y trabajas, que sueñas y amas, joven que quieres honrar tu juventud, nunca desees lo que solo puedes obtener por favor ajeno; anhela con firmeza todo lo que pueda realizar tu propia energía.  Si quieres incar tu diente en una fruta sabrosa, no la pidas; planta un árbol y espera.  La tendrás, aunque tarde, pero la tendrás seguramente y será toda tuya y sabrá a miel cuando la toquen tus labios.  Si la pides, no es seguro que la alcances; acaso tardes en obtenerla mucho más que si hubieras plantado un árbol, y, en teniéndola tu paladar sentirá el acíbar (acidez) de a servidumbre a que la debes.

 

"Las fuerzas morales convergen al sentimiento del deber".  La personalidad solo es coherente y definida a quien llega a formularse deberes inflexibles, que impliquen un pacto rectilíneo con los mandatos de dignidad.  Sin ser Ley escrita, el sentimiento del deber es superior a los mandamientos revelados y a los códigos legales: impone el bien y execra el mal, ordena y prohibe.  Refleja en la conciencia moral del individuo la conciencia moral de la sociedad; en su nombre juzga las acciones, las conmina o las veta.

 

El deber no es una vana premisa dogmática de viejas morales teológicas o racionales.  Más que eso, mejor que eso, es toda la moral efectiva y afectiva, toda la moralidad práctica: un compromiso entre el individuo y la sociedad.  Nace y varía en función de la experiencia social; con ella se encuentra o se abisma.  En la medida en que la justicia va consagrando los derechos humanos, surgen los deberes que son su complemento natural y les corresponden como la sombra al cuerpo.  Puesto que los hombres no viven aislados, es deber de cada uno concurrir a todo esfuerzo que tienda al mejoramiento de su pueblo, desempeñando con eficacia las funciones apropiadas a sus aptitudes.  Por tanto si no tiene aptitudes debe renunciar a esa función en busca de su propia identidad.  El hombre que elude el deber social es nocivo a su gente, a su raza, a la humanidad.

 

En los jóvenes que no deshonran su juventud, los deberes son el reflejo de los ideales sobre la conducta, cuanto más intensa es la fe en un ideal, más imprescindible es el sentimiento que compele a servirlo.

"El deber es un corolario de la vida en sociedad".  Si la moral es social, los deberes son sociales.  Quimérica es toda noción de un deber que no se refiera al hombre y a su conducta afectiva; el deber trascendental, divino o categórico, ha sido una hipótesis ilegítima de las antiguas morales especulativas e intimidantes.  En todas las razas y en todos los tiempos existió el sentimiento del deber, pero manifestado concretamente en deberes variables con la experiencia social, distintos en cada época y en cada sociedad, todos perfectibles, como la moralidad misma.

 

Han aumentado simultáneamente los derechos reconocidos por la justicia y los deberes impuestos por la solidaridad.  Reducir el deber a un mandamiento sobrenatural o a un concepto de la razón, importa substraerlo a la sanción real de la sociedad y relegarlo a sanciones hipotéticas e indeterminadas.

 

Ignorando el origen social del deber, no lo pudieron definir los estoicos, aun concibiendo magníficamente la perfección humana, por desconocer ese origen dieron los dialécticos en construir con genio admirable absurdas doctrinas del deber absoluto.  Absurdas, como todo lo que contradice a la naturaleza.  Si la justicia fuese perfecta en la sociedad, podría concebirse el deber absoluto; pero esa hipótesis no ha sido efectivamente realizada en ninguna sociedad, ni es posible cosa alguna invariable en una realidad que eternamente varía y variará.

 

La injusticia ha existido y existe, creando el privilegio que es violación del derecho.  De ello no se infiere que no ha existido el deber, ni que debe existir respetando la injusticia.

 

El sentimiento del deber, si absoluto en la conciencia del individuo, es relativo en la justicia de la sociedad.  Donde es violado el derecho, tórnase menos imperativo, cuando todos los derechos son respetados, cada hombre se inclina a cumplir sus deberes.  Ninguna fuerza coercitiva impone normas de conducta contrarias a la propia conciencia moral.  La obligación del deber solo reconoce la sanción de la justicia.

 

En efecto, el hombre que dobla su conciencia bajo la presión de ajenas voluntades ignora el más alto entre todos los goces, que es obrar conforme a sus inclinaciones; se priva de la satisfacción del deber cumplido por el puro placer de cumplirlo.  La obediencia pasiva es domesticidad y servilismo sin crítica y sin contralor, signo de sumisión, audacia e insolencia; el cumplimiento del deber implica entereza y valentía, cumpliéndolo mejor quien se siente capaz de imponer sus derechos.

 

Afirmar que el deber es social no significa que el Estado o la Autoridad puedan imponer su tiranía al individuo.  El sentimiento del deber es siempre individual y en él se refleja la conciencia moral de la sociedad; pero cuando el Estado, la Autoridad o los Jefes circunstanciales no son la expresión legítima de la conciencia social, puede consistir el deber en la desobediencia, aun a precio de la vida misma.  Así lo enseñaron con alto ejemplo los mártires de nuestra independencia, de la libertad y de la justicia.  Cuando la conciencia moral considera que la Autoridad es ilegítima, obedecer es una cobardía y el que obedece traiciona a su sentimiento del deber.  Acaso sea ésta la única falla de Socrates en la cárcel, si hemos de creer en la letra de su platónico diálogo con Critón, donde el respeto a la Ley impone la obsecuencia a la injusticia.

 

La sociedad y el individuo se condicionan recíprocamente.  Por el respeto a la justicia medimos la civilización en la primera; por la austeridad en el deber valoramos la moralidad del segundo.  La fórmula de la justicia social es garantizar al hombre todos sus derechos; la fórmula de la dignidad individual es cumplir todos los deberes correspondientes.  Los pueblos nuevos como Chile, persiguen ese equilibrio ideal.  Quien siempre habla de nuestros derechos, sin recordarnos nuestros deberes traiciona a la justicia; pero mancilla nuestra dignidad, quien predica deberes que no son la consecuencia natural de los derechos efectivamente ejercitados.

 

"El rango solo es justo como sanción al mérito".

 

En efecto, en Carabineros el rango debiera ser filosóficamente justo, como sanción del mérito. No van siempre juntos, ni guardan armónica proporción, menos en organizaciones militarizadas y jerarquizadas.

 

El rango se recibe, es adventicio y su valor fluctúa con la opinión de los demás, como las acciones de la bolsa, pues necesita la convergencia de sanciones sociales que le son extrínsecas; el mérito se conquista, vale por sí mismo y nada puede amenguarlo, porque es una síntesis de virtudes individuales intrínsecas.

 

Una madre no es madre porque pare a un hijo, si no hasta cuando este hijo es un adulto honesto que hace el bien a la sociedad.  Cuanto mayor es la inmoralidad social, más grande es su divorcio; el mérito sigue siendo afirmación de aisladas excelencias, el rango se convierte en premio a la complicidad en el mal.

 

Los jóvenes funcionarios que olvidan estos distingos viven geniflexos, rindiendo homenaje al rango ajeno para avanzar el propio; empampanándose de cargos y de títulos medran más que resistiendo con firmeza la tentación de la domesticidad.  Cegados por bastos apetitos llegan a creer, al fin, que los funcionarios de más bulto son los hombres de mayor mérito y se encumbran a medirlos por el número de favores que pueden dispensar.  El aumento de los delincuentes así lo dice.

 

En mérito está en ser y no en parecer, en la cosa y no en la sombra.  Construir una doctrina, arar un campo, crear una industria, escribir un poema, son obras cuajadas de méritos, nimban de luz la frente y en ella encienden una chispa de personalidad: nebulosa, astro, estrella.

 

El mérito del pensador, del sabio, del energeta, del artista, es el mismo en la cumbre o en el llano, en la gloria o en la adversidad, en la opulencia y en la miseria.  Puede variar el rango que los demás le conceden, pero si es mérito verdadero sobrevive a quienes lo otorgan o niegan, y crece, y crece, prolongándose hacia la posteridad, que es la menos injusta de las injusticias colectivas.

 

La servidumbre moral es el precio del rango injusto.  En las generaciones sin ideales, se advierte una sorda confabulación de mediocridades contra el mérito.  Todos los incapaces de crear su propio destino conjugan sus impotencias y las condensan en una moral burocrática que infecta a la sociedad entera.  Los hombres aspiran a ser medidos por su rango de funcionarios; el culto cuantitativo de la actitud suplanta el respeto cualitativo de la aptitud.

 

Cuando el mal es hondo, como ocurre en el fracaso de la lucha antidelincuancia y el crecimiento de la inseguridad ciudadana, adquiere esta inmoralidad estructura de sistema, los individuos se miden entre sí según sus jerarquías, como fichas de valor diverso en una mesa de juegos.

 

El hábito de ver tasar a los demás por los títulos que  ostentan, despierta en todos un obsesivo anhelo de poseerlos y hace olvidar que el Estado puede usar en su provecho la competencia individual, pero no puede conferirla a quien carece de ella.  Se distrae en beneficio propio, en perjuicio del país.

 

En el engranaje de la burocracia, no es necesariamente el mejor economista el catedrático universitario, ni mejor astrónomo el director del observatorio, ni historiador el archivero, ni escritor el secretario, como hemos visto, tampoco es fuerza obligada que sea estadista el gobernante.

 

Las más de estas personas respetadas por su rango, ruedan al anonimato el mismo día en que lo pierden; en esa hora se mide la vanidad de su destino por el empeño que sus serviles domésticos alaban a los nuevos amos que los sustituyen.

 

El hombre que se postra ante el rango de fetiches pomposos, logra hacer carrera en el mundo convencional a que sacrifica su personalidad; lo merece, su destino es frecuentar antesalas para mendigar favores, perfeccionando en protocolos serviles su condición de siervo, obnubilado en la apariencia de los demás.

 

Desdeñen las nuevas generaciones de policías esos falsos valores creados por la complicidad con la ignorancia y en el hartazgo.  Burlándose de ellos, el hombre libre es un amo natural de todos los necios que lo admiran.  Respetando la virtud y el mérito, antes que el rango y la influencia, aprenderán los jóvenes a emanciparse de la servidumbre moral y dedicarán más tiempo y sus mejores esfuerzos en la producción fundacional.  La prevención y el control de la delincuencia.

PAELLAS A DOMICILIO EN SANTIAGO Y TEMUCO 09-3427300

      Solo el que ha poblado de ideales su juventud y ha sabido servirlos con fe entusiasta, puede esperar una madurez serena y sonriente, bondadosa con los que no pueden y tolerante con los que no saben.

 

      Los ideales dan confianza en las propias fuerzas.  Concluimos que para ser entusiastas no basta ser joven de años, hay que formarse un ideal, sobreponiéndose a las imperfecciones de la realidad actual y concibiendo por la imaginación, por la creatividad individual sus perfecciones posibles.  Para servirlo eficazmente, hay que entregarse a él, al ideal, sin reservas.  Y debe ser fruto de las propias habilidades y experiencias si ha de embellecer su vida con los resultados generados con su accionar; el que se apasiona ciegamente, es un fanático al servicio de pasiones ajenas, pierde su independencia como persona.  Sin estudio ni cuestionamiento positivista no se tiene ideales, sino fanatismos; el entusiasmo vidente de los hombres que piensan no es confundible con la exaltada ceguera de los ignorantes, que encubren su carencia en la fuerza de la manada en falsos honores o en diplomas.

 

      El entusiasmo es incompatible con la superstición; el uno es fuego creador que enciende el porvenir, la otra es miedo paralizante que se refugia en el pasado.  El entusiasmo acompaña a las creencias optimistas, la superstición a las pesimistas.  Aquél es confianza en sí mismo, ésta es renunciamiento y temor a lo desconocido.  Los entusiastas saltan cada amanecer el cerco de un jardín para aspirar el perfume de nuevas flores; los supersticiosos entran cada crepúsculo al mismo cementerio; El entusiasmo es ascua; la superstición es ceniza.

 

      "La inercia frente a la vida es cobardía".  Un hombre incapaz de acción es una sombra que se escurre en el anónimo de un pueblo.  Para ser chispa que enciende, fuego que templa, arado que ara, debe llevarse el gesto hasta donde vuele la intención.

 

No basta en la vida pensar un ideal, hay que aplicar todo el esfuerzo en su realización.  Cada ser humano es cómplice de su propio destino; miserable es el que mal precia su dignidad, esclavo el que se forja la cadena, ignorante el que desprecia la cultura, suicida el que vierte la estricnina en su propia copa

 

No debemos maldecir la fatalidad para justificar nuestra pereza; antes debiéramos preguntarnos en secreta intimidad; ¿volcamos en cuanto hicimos toda nuestra energía?, ¿pensamos bien nuestras acciones primero, y pusimos después en hacerlas la intensidad necesaria?.

 

La energía no es fuerza bruta; es pensamiento convertido en fuerza inteligente.  El que se agita sin pensar lo que hace, no es un energeta, ni lo es el que reflexiona sin ejecutar lo que concibe.  Deben ir juntos el pensamiento y la acción, como brújula que guía y hélice que empuja, para ser eficaces.  "Ahonde más su arado el labriego para que la mies sea proficua"; "haga más hijos la madre para enjardinarse el hogar"; "ponga el poeta más ternura para invitar corazones".

 

La acción carece de eficacia cuando escasea la energía.  Para adaptarse a la naturaleza y transformarla en beneficio propio, el hombre debe obtener el rendimiento máximo de su esfuerzo ordenado y continuo.  En las grandes y en las pequeñas contingencias la acción debe ser la suficiente para alcanzar el resultado, sin que vacile en mitad del camino, sin que desmaye al llegar a la meta.

 

"El pensamiento vale por la acción que permite desarrollar".  El hombre piensa para obrar con más eficacia y multiplicar el área en que desenvuelve su actividad.  Corrompen el alma de la juventud los retardados filósofos que aun la entretienen con disputas palabristas, con demagogia, en vez de capacitarla para tratar los problemas que interesan al presente y al porvenir de la humanidad.  Los jóvenes deben ser actores en la escena del mundo, midiendo sus fuerzas para realizar acciones posibles y evitando la perplejidad que nace del meditar sobre finalidades absurdas, abusivas o injustas.

 

El primer mandamiento de la Ley humana, o sea del derecho natural, por sobre todas las que se puedan creer, es aprender a pensar; el segundo es hacer todo lo que se ha pensado.  Aprendiendo a pensar se evita el desperdicio de la propia energía; el fracaso en todas las acciones humanas. Individuales o institucionales son debido a simple ignorancia de las causas que lo determinan.  Para hacer bien las cosas, para controlar la delincuencia, toda la delincuencia, hay que pensarlas certeramente.  No las hacen bien los que las piensan mal, equivocándose en la evaluación de sus fuerzas; como el niño que, errando el cálculo de la distancia insiste en tirarle piedras al sol que se esconde en el horizonte.

 

Nunca se equivoca quien ha aprendido a medir las cosas a que aplica la energía, no se arredra jamás quien ha educado su eficacia mediante el esfuerzo coordinado y sistemático.  La confianza en sí mismo, lo asegura el Dr. Saveu H.  Edatam, los sicólogos y siquiatras, es una elevación de su propia temperatura moral; llegando al rojo vivo se convierte en fe, que hace desbordar la voluntad con pujanza de avalancha.  Así ocurre a los genios: viven todo ideal que piensan, sin detenerse por la incomprensión de los demás, sin perder tiempo en discutirlo con los que no lo han pensado.

 

"La energía juvenil crea la grandeza moral de los pueblos".  Cada generación de Oficiales debe llegar como ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales; juventud que no embiste, es peso muerto para el progreso de su institución y de su pueblo, No podemos dejar de insistir, que la policía perdió al menos 25 años de progreso.  Los que hoy mandan en Carabineros están estáticos al ver su derrota y buscan afanados mil argucias, incluso la pretenden justificar en la falta de medios, pero en verdad, como hemos dicho antes, no ha coincidido la capacidad de pensar con el entusiasmo por la acción, ya que esta ecuación perjudica el bienestar personal y el progreso económico de los Jefes, en perjuicio de la sociedad que se siente defraudada por tener una policía inoperante y que no hace mayores protestas de estas falencias inconstitucionales por el terror que esos mismos 25 años se ha aplicado sobre la gente.

 

La energía es virtud juvenil; quien no la adquiere precozmente, muere sin ella, incluyendo las Instituciones.  Solo la juventud tiene la mente plástica para abarcar el panorama de la vida y el brazo elástico para vencer las resistencias ancestrales.  ¿Cuántas veces hemos escuchado? "escoba nueva siempre barre bien".  Lo mismo pensaron los Asesores del General Carlos Ibañez del Campo, cuando fundieron las policías, creando los Carabineros de Chile en abril de 1927.  La verdadera historia Institucional, la sin falsos héroes, la con estadísticas reales, la que prefería el servicio en la población a los desfiles militares, la que solo tenía 5 generales y ellos estaban directamente ligados al servicio de seguridad, la que no necesitó de cofradía de alguaciles y falsos amigos que profitan de las facilidades otorgadas por las debilidades que da la inoperancia; la que los Oficiales gustaban de su "pega" y eran conocidos en todo el barrio por sus buenas acciones.

Todas estas razones sobre la distorsión del equilibrio entre el pensamiento y el accionar han impedido el desarrollo funcional de Carabineros y lo que es peor, ni siquiera ese escaso pensamiento y capacidad les permite aceptar críticas... so amenazas de penas del infierno.

 

Los hombres y mujeres sin energía no cooperan en cosa alguna de común provecho; dudan y temen equivocarse, porque no han sabido pensar.  Y nunca adquieren la confianza en sí mismos y la fe en los resultados, indispensables para acometer empresas.

 

La eficacia personal finca en la cultura y en los ideales, pero no es más eficaz el que más cultura tiene como hemos dicho, sino el que la sabe aplicar; en Carabineros la cultura y la capacitación personal, solo se ha basado en el mejoramiento económico y el bienestar laboral, la Institución en términos generales no se nutre de esta cultura, es más, le resulta generador de envidias y apatías que finalmente disocian a los funcionarios, constituyendo esto otro factor de inoperancia funcional; la apatía del indolente y el fracaso de los agitados se incuban en la rutina y en la ignorancia.  La incapacidad de prever y de soñar obstruye la expansión de la personalidad.

 

Entonces, tenemos que los que se dedican a estudiar para capacitarse, que supuestamente son los más habilidosos, no se dedican al control de los delincuentes dejándole esa función a los menos habilidosos o menos aptos, lo que es un ilógico para la función policial.  Cuando los más aptos se han capacitado con todas las facilidades y mejores sueldos, la mayoría se acoge a retiro con todos los beneficios y los que no, quedan en lugares de oficina alejados de la parte funcional u operacional de la seguridad.  Entonces, los menos habilidosos o menos capacitados, son los que están enfrentando a los delincuentes por menos sueldo.  Es esta la clave, aunque nadie lo quiere reconocer del porqué las estadísticas de la inseguridad ciudadana tienen alarmados a los ciudadanos honestos.

 

Educando la energía, enseñando a admirarla, se plasmarán nuevos destinos de los pueblos, con más seguridad, con nuevas policías.  Repitamos a la juventud chilena que ningún hermoso ideal fue servido por paralíticos y obstusos.

 

No pueden marchar lejos los tullidos mentales.  Ni contemplar los ciegos un hermoso amanecer.  Los jóvenes que no saben mirar hacia el porvenir y trabajar para él, son miserables lacayos del pasado y viven asfixiándose entre sus escombros.

 

"Después de pensar, querer".  La decisión oportuna es el secreto de los grandes caracteres.  Por el pensamiento medimos, en toda empresa, nuestra fuerza ante los obstáculos; equivocarse es una culpa.  Una vez pronunciado el ­ sí!- claro, recto como un rayo de luz - la voluntad debe ser inflexible.  Vacilar en mitad del camino es traicionar el pensamiento, desfallecer es repudiarlo.  Las experiencias y la historia ha demostrado que Carabineros de Chile, o mejor dicho que la Dirección General de Carabineros, a contar de 1970, distorsionó el pensamiento de las personas que fundaron la Institución, en esos momentos, traicionaron el objetivo básico...: "defender a la ciudadanía de los delincuentes".

 

Los sucesivos Directores Generales y sus asesores directos situados en el Consejo Asesor Superior, creado por el General Inspector Sr. Julio De La Fuente Duarte (mi tío) en l978, han perdido el rumbo prefiriendo el pago del servilismo y la mansedumbre con cómodos cargos y bien remunerados (SINECURAS), en perjuicio siempre de la sociedad toda. Ahora, en el año 2000 no hay mecánico que arregle el embrague de ese motor agotado, porque el dueño del vehículo tiene miedo de quien lo maneja y este conductor, no ha sabido aprovechar la potencia de la máquina ni llevarlo por un camino menos pedregoso y se ha enfrentado a la inseguridad ciudadana, por simple "tozudez" y por falta de seso, con la improductividad de sus policías, que resiente a la sociedad toda.

 

La voluntad sana jamás traiciona ni repudia; cuando falla el hombre, la Institución es una escoria y solo se sostiene en el miedo de los cobardes que no se atreven a innovar.

 

Por tanto, sin firmeza de conducta no hay moral, no puede haberla.  Las buenas intenciones que no se logran cumplir son la caricatura de la virtud.  Esto es en la actualidad Carabineros de Chile.  Los hombres sin voluntad se proponen a volar y acaban arrastrándose, persiguen la excelencia y se enlodan en la ciénaga.  Conciben poemas y ejecutan críticas, sueñan vivir intensamente y se agitan en perpetua agonía.

 

Nunca dicen "hago", que es la fórmula del hombre sano; prefieren decir "haré", que es el lema de la voluntad enferma.  Miles de declaraciones que a diario vemos en los medios de comunicación lo aseguran y nadie se atreve a decirlo, porque en la actualidad la sociedad le teme a Carabineros, porque los hechos han demostrado que impera el espíritu de cuerpo sobre la lógica, sobre la justicia.  La experiencia ha demostrado que Carabineros NO resiste una simple crítica, por todo lo que antes hemos expuesto.

 

Toda personalidad grande o pequeña, individual o colectiva, posee principios que orientan su acción, solo puede sentirse libre la que es capaz de seguirlos, sobreponiéndose a cuantas contingencias intenten desviarla.

 

La voluntad no es frágil juguete de un albedrío absurdo; su tensión es más grande cuanto más lógicamente responde a las premisas del carácter y su eficacia se multiplica al aplicarse a la realización de fines bien pensados.

 

Es una matemática muy simple, el que sabe querer, puede querer, el que no sabe solo debe justificar su incapacidad de querer, o sea su odio.

 

"La voluntad se prueba en la acción".  Existen ciertamente empresas desatinadas y es de ignorantes el emprenderlas; pero es mayor el número de las que se miran como imposibles por falta de voluntad para ejecutarlas.  ¿No le parece que esta es la explicación para el control delictual?.  Todos estamos de acuerdo en que los holgazanes no emprenden nada y pretenden justificarse desacreditando las empresas ajenas o la falta de medios; si algo comienzan, obligados por las circunstancias, nunca llegan al término de su obra. Vacilan y dudan, tropiezan y caen y cuando no caen, es porque el sistema todo está totalmente corrupto e imperiosamente hay que partir de nuevo más temprano que tarde.

 

Tenemos harina porque el segador no duda ante la espiga madura; estatuas porque el dudar no paraliza la mano del artista; ciencia, porque no vacila el sabio al entrar al laboratorio; poemas, porque el poeta no se detiene a discutir la utilidad de su canto; amor prole, y moral, porque el corazón no duda en latir, ni el hijo al nacer, ni la virtud al obrar.  Y todo ello es vida intensa, que solo  la merecen vivir los hombres de rectilíneo querer.

 

En las voluntades enfermas se apaga la esperanza de la perfección.  La conquista de la personalidad y el entusiasmo por un ideal tórnase imposibles cuando flaquea el esfuerzo que ponemos en perfeccionarnos.  Ahora, una Institución está enferma cuando sus componentes, pretenden perfeccionarse a través de la comodidad personal y la adquisición de bienes materiales, entonces, hay que variar el concepto de perfección colectivilizándolo, porque en este caso y bajo el punto de vista de la casi totalidad de los dirigentes de Carabineros, se creen y sienten perfectos e inigualables y hasta puede que así sean algunos, pero la práctica ha demostrado que puede que ellos sean perfectos como personas, más en el conjunto, no  son perfectos y están muy lejos de serlo en la parte laboral, ya que no han logrado su objetivo fundacional, el control de la delincuencia.

 

Los hombres maduros, sabemos que las más frecuentes infelicidades arraigan en nuestra propia pereza y si no lo sabemos es porque o no somos lo suficientemente hombres o no estamos maduros, por lo tanto, la sociedad primero debe detectar el problema, que todos sabemos es la inseguridad ciudadana, luego determinaremos quién se encargará de solucionar ese problema, si es capaz, dotarlo de medios, siempre que sea capaz de solucionarlos.

 

Como en este caso se trata de problemas delictuales o contravenciones legales, nuestros representantes deben contar además con el respaldo de las fuerzas morales, ya que todos también sabemos, que no "podemos dejar al perro cuidando la carnicería", aquí no basta afirmar que el diablo es un ángel rebelde y que por eso lo echaron del cielo.  En las policías sanas lo que realmente vale es la actitud y la verdadera experiencia, nunca la jerarquía o el mando.

 

El respaldo moral, por ejemplo, se pierde cuando los Jefes de Carabineros a través de la "pomposamente" llamada Academia de Ciencias Políticas, dependiente del Instituto Superior se permite dar dos grados académicos de "MAGISTER", ­toma ya!, en criminología y seguridad pública y Educación Social preventiva a los operadores que son el mercado más cautivo de la economía nacional, con patrocinadores y todo... pero es que estos señores van perdiendo por goleada y no le han ganado a nadie, ni a los simples raterillos, porque no estamos hablando de delitos mayores, estamos hablando de simples delitos.

 

El respaldo moral se pierde cuando la Universidad Bernardo O"Higgins, se permite dar un post-grado en seguridad ciudadana con profesores como el General (r) de ejército Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, procesado en varias oportunidades por violación de los derechos humanos, y muchos otros supuestos catedráticos, cuyo currículum es moralmente inaceptable.

 

Son militares y ni siquiera son ex Carabineros o de Investigaciones, todos presentan un currículum plagado de procesos en calidad de autores directos, cómplices o encubridores, también como ayudistas y responsables intelectuales.  Es tan simple, como si un minero enseñe a pescar a un marinero o tan ridículo como cuando el Bafona, Ballet Folklórico Nacional, enseña cueca chilota en los pueblos de esa Isla.

 

Y otros ejemplos que resultan tan descarados e inmorales como los anteriores.  Todos son MORALMENTE NULOS y hasta podrán ser justificados por sus autores, así mismo debiera suspenderse la acreditación ante los Ministerios de Educación, de Trabajo y de Defensa, de todos los Institutos y Universidades que los imparten y finalmente, no es moralmente posible para una sociedad sana, que criminales reconocidos estén enseñando la aplicación del derecho o como controlar a la delincuencia a quiénes en definitiva, son lo representantes de la sociedad toda para esa función.  A la distancia y con el tiempo lo veremos como una película de "Fellini", increíble, pero cierto.

El barco, señores, no avanza si el marino soñoliento no abre sus velas a la hora propicia, se desvía de su derrotero si el piloto no da a tiempo el buen golpe de timón.  Por eso, la voluntad debe ser siempre lista para actuar; un solo minuto de vacilación puede perder al hombre, si en ese minuto coincide la oportunidad.

 

En verdad, más del 30% de los casos resueltos por la policía, se debe al factor azar, o sea, a la suerte de que justo estaban ahí o pasaban simplemente y más del 50% restante se debe a la información voluntaria de terceras personas.  Solo entre el 5 y el 10% del éxito, es una producción real y objetivamente, un logro de la aplicación de la voluntad.  Con este rendimiento, cualquier empresa pública o privada, quebraría en menos de un año.

 

Solo los necios se consuelan confiando en la Providencia; es más seguro, y más digno confiar en las fuerzas propias.

 

Es mejor ayudarse que esperar ilusoria ayuda, entonces a qué se debe que las policías pidan ayuda a la ciudadanía para tener éxito en una actividad que es su obligación cumplir.  ¿No es como pedirle al carnicero o al panadero que te ayude a mitigar el hambre? o que te ayuden a encontrar trabajo para poder pagarles por sus productos.  ¿Es o no una cuestión de moral?.

 

Para hacer lo que se ha decidido, la ocasión suele sobrar al hombre; lo que le falta generalmente es la voluntad en el momento propicio.

 

La incapacidad de querer, engendra miedo de vivir.  Tanto se apaga la vida como decrece la voluntad.  La pereza y la inacción son los gérmenes de la miseria moral; el hábito de holgar suprime en los parásitos la aptitud para el trabajo.  La abulia es el castigo final de los perezosos; no es en ellos una desgracia, sino una culpa.  Se adquiere por obra del paciente mismo, como las enfermedades vergonzosas.

 

Carabineros de Chile en un estudio de rendimiento objetivo, produjo la curva de su máxima perfección entre el año 1930 y 1960, cuando empezó una curva descendente, hasta 1973, cuando cayó en una "picada" de la que no se ha podido recuperar en 27 años, porque desde 1973 hasta 1978 aproximadamente, simplemente las funciones policiales fueron escasas, casi nulas, considerando también que el conocimiento de los hechos históricos y los Tribunales han determinado, que la mayor criminalidad se produjo entre esas fechas y lo que es peor con participación directa de funcionarios activos de Carabineros.  En conclusión ya no controlaron o evitaron los delitos, sino que los gestaron, lo que les quita todo respaldo moral y ético, imposible de borrar para una sociedad que se quiera sanar.

 

Los filósofos aseguran "La vida humana es gimnasia incesante de funciones armónicas", el Dr. Saveu H. Edatam, dice "Deber natural del hombre es ejercitar su brazo y su mente; quien viola ese deber comete una inmoralidad".

 

Este autor con respecto a Carabineros de Chile acuñó la siguiente frase; "Los órganos se amodorran y el espíritu se envilece".  Pero en los hechos, la inercia, la inoperancia y la distracción en otras actividades opaca la vida de los holgazanes, tornándolos incapaces de hacer cosa alguna para sí mismos y para los demás.  Cruzarse de brazos ante un mundo moral que incesantemente se renueva, es suicidarse, es morir de sed, junto, a la vera De La Fuente de la vida.

 

Quien haya atentado así contra su dignidad, debe adecuarse reeducando las funciones de su organismo y de su entendimiento.  El que no reconoce que está enfermo, recorre el doble del camino para recuperarse, el que se quiere sanar solo, lo acompaña.  Para aprender de nuevo a ejecutar lo que se piensa es necesario olvidar la palabra "mañana".

 

Ahora o nunca, "mañana" es una mentira piadosa con que se engañan las voluntades moribundas.

 

Son hombres los que harán su propio surco. Toda creación es fruto de la libre iniciativa y llega a su término sostenida por sentimientos de total independencia.

 

Cuando has aprendido a querer y sabes lo que quieres, no te detengas en buscar fuera de ti los medios para ejecutarlo.

 

Ahora hagamos el siguiente ejercicio:

 

Si Carabineros pretende saber lo que quiere, porque así lo aseguran sus autoridades, ¿porqué no lo hace? y justifica su inoperancia en la falta de medios o dotación.

 

Carabineros, bajo el punto de vista de este autor, carece de la fuerza moral, tanto de sus funcionarios en forma individual como colectivamente, caso contrario, resultaría que ese funcionario que se considere personalmente con la fuerza moral necesaria, tendría la "obligación moral" y el "deber legal" de denunciar, primero las incapacidades detectadas, o sea, reconocer que se es incapaz y segundo, denunciar los delitos cometidos por sus compañeros.  Situaciones ambas que no han ocurrido desde hace bastante tiempo.

 

Y como este ejercicio de moralidad lo suponemos es un Ensayo serio, un solo ejemplo de los que tenemos muchísimos: Casi todos los días distintos medios de comunicación titulan sus primeras páginas con hechos policiales graves y entrevistan al ex coronel Pedro Valdivia, quien en la actualidad es el encargado de la seguridad ciudadana en una Municipalidad del barrio alto de Santiago, puede que sus consejos algunas veces sean acertados y la pregunta es ¿porqué no lo hizo cuando era Coronel de Carabineros? O la más grave ¿por qué no denunció con la misma fuerza y con publicidad a sus compañeros como el "negro Avila" o al "Blanco de la 6ta? Comisaría; a Julio Benimelli Ruz, a Carlos Millar Moretti a Manuel Díaz Vieyra a Carlos Villarroel Gamboa a Mackencie Miranda y a tantos otros próceres muertos y vivos, de doloroso recuerdo y que tienen entrampado el desarrollo nacional.  Es este un ejemplo NETO de inmoralidad, ya no de doble estándar.  Un sueldo de casi $2.000.000, es la justificante.

 

En la actualidad los Prefectos tienen en la seguridad privada un mercado nunca más cautivo, ya que ellos mismos prestan asesorías, cobrando por supuesto y en el más decente de los casos, presentan, o sea hacen de negociadores entre ex coroneles y las empresas privadas, actúan como verdaderos agentes comerciales, anegando el libre mercado.

 

Es por lo anterior, que a contar de septiembre de l973 la Institución Carabineros de Chile se descargó de aquellos funcionarios que atrevidamente osaron denunciar las incompatibilidades anteriormente descritas, con la función policial, recibiendo el triste resultado de una sanción social que perjudicó a cada una de esas familias

 

Entonces se da un contrasentido, entre lo moral y lo social, donde lo judicial ha resultado muy desesperadamente lento.  Es así que los que actuaron moral y legalmente, en la actualidad son todos pobres, salvo los que han recibido algún tipo de ayuda familiar; y los ilegales e inmorales, tienen una buena situación económica formada, cuando no son ricos, muchos permanecen aún en la Institución y ejercen mando con resultados de casi nulo provecho para la sociedad.

 

Al respecto, no ha sido raro escuchar .."Si yo hubiera matado a un par de "huevones" no sería pobre" o "por decir la verdad, estoy en esta situación" o la mujer que majaderamente le dice a su marido... "tú, calla y obedece ¿qué te importa lo que pase?

 

Estas frases tienen todas un eco moral y solo en una sociedad gravemente enferma, el que defiende la moral y el derecho, sale perjudicado.  Hay que rectificarlo a la brevedad

 

Ninguna escuela, ninguna secta, ninguna camarilla, podrá sentir como tú, intensamente, el ideal del arte, de verdad, de justicia que tú mismo has concebido y que solo tu puedes realizar.  Poeta o filósofo, apóstol o artesano, ten confianza en ti mismo, no sigas rutas ajenas, no subordines tu voluntad a otras voluntades, no te ampares en las sombras que empañan ni persigas protecciones que atan.  De los que saben más, aprende sin imitarlos; de los que ofrecen más, apártate, no pidas.  Si eres capaz de realizar tu ideal no los necesitas, si te sientes impotente, nadie te capacitará para realizarlo.

 

Quiere, quiere con firmeza, con toda tu mente y con todo tu corazón, poniendo en el querer lo mejor de ti, la fe en tus fuerzas morales.

 

En Carabineros, es este el momento en que el individuo debe dejar de pertenecer a la manada, porque como hemos dicho antes, a lo mejor lograrás beneficios económicos, pero la experiencia nos ha demostrado, que a cambio se pierde la independencia, la felicidad, la tranquilidad en la vejez, la familia y todos esos valores morales que son importantísimos pero que son vitales a contar de los 50 años de edad.  En resumen podrás tener bienes, pero no los disfrutarás, vivirás escondido bajo de esos bienes.

 

¿Porqué no aparecen ya jubilados en la vida pública, ni siquiera en la guía telefónica?; ¿qué esconden?; ¿de quién se esconden?.. ¿De un pasado poco honorable?.

 

El porvenir de los pueblos está en la libre iniciativa de los jóvenes.  Que los pueblos se desarrollen en forma armónica es responsabilidad de las nuevas generaciones de Oficiales de una policía con fuerza moral, no con fuerza bruta.

 

Las nuevas generaciones de Oficiales de policía, se medirán por el inquieto afán de renovarse, por el deseo de emprender obras dignas y no hay obras dignas a la fuerza, se destacarán por la incesante floración de sueños capaces de embellecer la vida.  Joven es quien siente dentro de sí la fuerza de su propio destino, quien sabe pensarlo contra la resistencia ajena, quien puede sostenerlo contra los intereses creados.  Sin ideales no puede haber iniciativa, no hay iniciativa a la fuerza; a la fuerza, no hay creación.

 

A los delincuentes se les gana con imaginación; a los delincuentes se les gana por goleada antes de que empiecen el partido.

 

El gran defecto de Carabineros de Chile, es que impide la libre iniciativa por tratarse de una organización militarizada.  La libre iniciativa, permite adelantarse a los demás y es este el gran defecto de Carabineros, falta prevención.  El que se resigna a recorrer caminos consuetudinarios envejece prematuramente y se torna esclavo de la costumbre.  El que no osa leer un nuevo libro, encenderse por un nuevo anhelo, acometer una nueva empresa, escuchar las críticas, simplemente ha renunciado a vivir.  Es sombra de ajenas voluntades, hoja otoñal que arrastran todos los vientos, pieza mecánica de un engranaje cuyo resorte ignora.

 

La libre iniciativa es un renunciamiento a la complicidad de los demás y se revela en toda rebelión a la rutina: buscando una verdad, transmutando un valor estético, corrigiendo una injusticia, inventando en las artes o en las industrias, irrigando un campo, formando una biblioteca, plantando un rosal.

 

Todo progreso es variación e implica rebeldía, como dicen los Carabineros, presenta actitud "díscola"; "desobediente"; "indócil"; "insumiso"; "indisciplinado".  Entonces nuevamente, tenemos la moral en contra del sistema militarizado.

 

En Carabineros de Chile, simplemente "todas las buenas ideas son del jefe" y las malas son falta de respeto e indisciplina.

 

Todo progreso es variación, así ha sido desde el Homus Erectus, es propio de la juventud, por tanto de las nuevas generaciones de Oficiales policiales plasmar los perfeccionamientos; es inherente a la vejez oponerse a toda innovación.  Cuando se pierde la libre iniciativa desaparece el carácter; el hombre tórnase parásito de la sociedad, obra por impulso ajeno, se marchita, es por eso que está tan preocupado de la apariencia y de que brille el uniforme, de las piochas y galones, que en definitiva es su escondite, es la penumbra.

 

Deja de ser el mismo.  No existe.  Y no existiendo no sirve para el pueblo no contribuye al porvenir, hay que reemplazarlo, cuando menos hacerle profundas modificaciones.

Merece llamarse hombre libre el que tiene capacidad de iniciativa frente a la coerción ajena, la libertad moral es la aptitud para obrar en el sentido determinado por la propia experiencia, imprimiendo a la conducta el sello inequívoco de la personalidad.

 

Ahora, el general (r) de ejército Augusto Pinochet Ugarte, el afán de poder y servilismo del general Mendoza y la cobardía de la gran mayoría de los generales, coroneles y jefes, le impuso a Carabineros una determinada personalidad por medio de la fuerza, en complicidad con la ignorancia unánime y el miedo.  Esa personalidad militarizante, es en la actualidad destructiva para una sociedad civilizada.

 

A Carabineros entonces, hay que cambiarle la personalidad individual colectivizada, porque dicha personalidad es opuesta a los intereses morales del pueblo de Chile.

 

Los encargados de cambiar esa personalidad, aplicando mayor pensamiento que fuerza, deben ser, por tanto personas, que no presenten el mismo círculo defectuoso, o sea, tengan los conocimientos necesarios, avalados más por la experiencia que por los honores, un respaldo moral incuestionable y NO ESTEN comercializados.  Como los Carabineros presentarán un ostracismo defendido con fuerza, además de las características anteriores, el rectificador o modificador, también debe aportar un poquito de valentía expresada en la convicción de su NUEVA doctrina institucional.

 

La dependencia es incompatible con la dignidad.  "Los mansos y los ignorantes", son "mensos y desafiantes", por falta de confianza en sus propias fuerzas, entregan su destino a la complicidad de los demás.  Todo lo esperan de la beneficencia providencial del Estado: Profesan los "catecismos" de sus Escuelas; obedecen las órdenes de sus funcionarios, esperan la protección de sus leyes, imploran la merced de sus favores.  Su vida está basada en un potencial SINECURA.

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L I B R O  I V.

 

 

 

U N A  M O R A L

 

 

 

A G N O S T I C A  O  C I E N T I F I C A.

 

 

 

P A R A  C A R A B I N E R O S

 

 

 

Manual de la MORALIDAD

 

 

 

De un verdadero Servidor público.

 

 

 

MARIO ARNOLDO DE LA FUENTE FERNANDEZ.

Santiago de Chile, 27 de abril del 2000.-

 

 

Edicion Especial para WWWELDARDO.CL

            MDELAFF@HOTMAIL.COM

 

 

Reg. Prop. Intelectual N.-113.657.-

 

 

 

 

 

 

 

 

ORGANIZACION DE MILITARES DEMOCRATICOS DE CHILE,"OMIDECHI"(m.r.) INSTITUTO DE ESTUDIOS POLICIALES. EDICIONES "COMANSESTE".(m.r.)

 

 

Otras obras del autor relativos a seguridad Pública.

 

Libro I.:

-LA SICOLOGIA AL INTERIOR DE CARABINEROS DE CHILE (1992)

 

Libro II.:

-POLICIA DEMOCRATICA. (1994-1996) (dos ediciones)

 

Libro III.:

-LA ETICA AL INTERIOR DE CARABINEROS. (1999) Presentado al Concurso de Ensayos de la Universidad Diego Portales.

 

Libro IV. :

-UNA MORAL AGNOSTICA O CIENTIFICA PARA CARABINEROS. (2000).

 

Libro V.:

-CARTAS AL DIRECTOR: ¿POR QUE SE NEGARON A PUBLICARLAS? (2000).

 

Libro VI.:

-CURSO BASICO DE INTELIGENCIA MILITAR PARA CIVILES.

 

En preparación: WEB SITE: WWW.OMIDECHI.CL.

                          WWW.ELDARDO.CL            

              

 

NOTAS: Tiraje 2.000 ejemplares por edición, de circulación restringida.  Distribución gratuita hasta el 30. marzo 2000.  Existen ediciones en diskets que pueden ser pedidas a la Editorial "COMANSESTE" F:56-2-5311565 Santiago de Chile.  Valor por ejemplar $20.000 más cargo de envío. (Contiene llave de ingreso con virus).

 

Todos los medios de comunicación están autorizados para sacar ideas y/o copiar textos, que deberán incluir OBLIGATORIAMENTE la totalidad de las oraciones entre puntos aparte y haciendo referencia a esta procedencia.-

 

Los Periódico "LA FIRME",”EL HOCICON” Y “ESPAÑA EXTERIOR”, están autorizados para instalar en su portal de internet,  estas obras.

 

 

 

P R E S E N T A C I O N.

 

Para que la humanidad pueda sacar todo el provecho que la naturaleza le concede esperar de cada uno de los descubrimientos con los que ha ido, y va, enriqueciéndose el mundo, son necesarios después de cada uno de ellos, dos estudios, más o menos fáciles, más o menos difíciles: Técnico el primero y MORAL el segundo.

 

Delante de la máquina acabada de inventar, se impone el estudio de su funcionamiento antes de usarla.  He aquí el estudio técnico.  Pero después hay otro estudio de carácter moral.  Es decir, estudiar cuándo y cómo su uso será bueno o perjudicial para la sociedad y para el individuo, no sólo con respecto al fin de esta vida, sino también, con la vista puesta en el fin último del hombre.

 

Esta cuestión, a veces, parece pasar inadvertida, porque, en algunas ocasiones, ni se plantea ya, por ser demasiado clara para todo el mundo.  Por ejemplo: inventada la guillotina, nadie se propuso estudiar si sería buen uso el emplearla para cortar cabezas de inocentes.  Todos hubieran visto enseguida, que esto había de ser un mal uso, de tal manera, que si sólo nos hubiera servido para esto o, mejor dicho, si la humanidad sólo la hubiera hecho servir para este fin, más hubiera valido que no hubiese sido inventada.

              

Sin esta segunda cuestión, o estudio, no tendríamos de las cosas y de los inventos más que una ilustración, y, por más necesitados que nos halláramos de su recto uso, nunca llegarían a aprovecharnos.  No tendríamos la formación moral.  Y si está, dada la propensión de nuestra naturaleza al mal, cada nuevo invento, en vez de sernos provechoso, nos sería perjudicial por el mal uso que de él siempre haríamos.

 

Cada invención, cada sistema, cada servicio, o descubrimiento tiene un fondo ético o moral, que debe estudiarse para poner en claro su recto o mal uso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A D V E R T E N C I A   D E L   A U T O R.

 

Prima en todo buen hombre el concepto de un idealismo ético, por sobre la experiencia social, contra los capciosos y los idealistas de la vieja metafísica.

 

Este Libro complementa la visión panorámica de una Etica Funcional, es una crítica a la absurda moralidad existente, una deontología de la moralidad científica.

 

Cada generación de Oficiales debiera renovar sus ideales.  Si este Libro pudiera estimular a los jóvenes a descubrir los propios, quedarían satisfechos los anhelos del autor, que siempre estuvo en la vanguardia de la suya y espera tener la dicha de morir, como dice la canción "sentado frente al mar", antes de envejecer.

 

 

ANTECEDENTES: Los AGNOSTICOS, somos ateos, o sea negamos la existencia de un Dios ya que creemos en el conocimiento científico de las cosas supuestamente divinas, creemos en la evolución de las especies.  (Elemento químico, más-menos temperatura, genera reacción y una cadena de infinitas combinaciones).

 

Los GNOSTICOS (sin A), también son ateos, pero disponen un conocimiento intuitivo de lo divino. Estudian lo divino, o sea, les importan.

 

Los ESCEPTICOS, son ateos que le quitan la capacidad al hombre de conocer la verdad.

 

Estas son las principales convergencias de ateos latinos.

 

 

 

D E D I C A T O R I A.

 

Dedico este modesto trabajo a mi abuelito el Alférez Mayor de Carabineros

 

Dn. JULIO DEL CARMEN DE LA FUENTE (Q.E.P.D.)

 

Quien, a pesar de su limitada cultura, sostenía:

 

"""La función No es la que hace el órgano -como se ha dicho y repetido hasta el hartazgo- sino, que el órgano es el que se hace en vista de la función""".-

 

 

            

A G R A D E C I M I E N T O S.-

 

Agradezco, como siempre, la valentía y predisposición de los Oficiales de Carabineros en servicio  activo y en retiro, que aún siendo muy pocos, cooperaron muy sutil y solapadamente, pero sobre todo, con un afán rectificatorio de sus comportamientos.

 

Lamentablemente, pocos se han dado cuenta que estas criminales e inmorales actitudes individuales, pero colectivizadas, están perjudicando a la sociedad en un desarrollo con equidad.

 

También agradezco a la Dra. Sra. ANA C. ABAHC de la Universidad Mayor de Berlín, Alemania, quien realizó algunas traducciones y ha distribuido los trabajos anteriores en la Unión Europea.-

 

 

 

 

L A S   F U E R Z A S   M O R A L E S.

 

 

Las Fuerzas Morales se transmutan sin cesar en la humanidad.  En el perpetuo fluir del universo nada es y todo deviene, como anunció él, en ese tiempo obscuro, Heráclito Efesio.  Al par de lo cósmico, lo humano vive en eterno movimiento; la experiencia social es incesante renovación de conceptos, normas y valores.  Las fuerzas morales son plásticas, proteiformes, amebiformes como las costumbres y las instituciones en estados democráticos.  No son tangibles ni mensurables, pero la humanidad siente su empuje.  Imantan los corazones y fecundan los ingenios.  Dan elocuencia al apóstol cuando predica su credo, aunque pocos lo escuchen y ninguno le siga; dan heroísmo al mártir cuando afirma su fe, aunque le hostilicen escribas y fariseos.  Sostienen al filósofo que medita largas noches insomnes; al poeta que canta un dolor o alienta una esperanza; al sabio que enciende una chispa en su crisol; al utopista que persigue una perfección ilusoria.  Seducen al que logra escuchar su canto sirenio; confunden al que pretende en vano desoírlo. 

Son tribunal supremo que transmite al porvenir lo mejor de lo presente, lo que embellece y dignifica su vida.  Todo rango es transitorio sin su sanción inapelable.  Su imperio es superior a la coacción y la violencia.  Las temen los poderosos y hacen temblar a los tiranos.  Su heraclia firmeza vence, más pronto que tarde a la injusticia, hidra generadora de la inmoralidad social actual.

 

El hombre que atesora esas fuerzas adquiere valor moral, recto sentimiento del deber que condiciona su dignidad.  Piensa como debe pensar, dice como siente, obra como quiere.  No persigue recompensas ni le arredran desventuras.   Recibe con serenidad el contraste y con prudencia la victoria.

 

Acepta las responsabilidades de sus propios yerros y rehusa su complicidad con los errores ajenos.  Sólo el valor moral puede sostener a los que impenden la vida por su arte o por su doctrina, ascendiendo al heroísmo.  Nada se le parece menos que la temeridad ocasional del matamoros, del pretoriano, del nazi, del fundamentalista o del totalitario, que afrontan riesgos estériles por vanidad o por mesada.

 

Una hora de bravura episódica no equivale al valor de Sócrates, de Spinoza, del Dr. Saveu H. Edatam, constante convergencia de pensamientos y de acción, pulcritud de conducta frente a las insanas supersticiones del pasado y a la avaricia del presente.

 

Las fuerzas morales, no son virtudes de catálogo, sino moralidad viva.  El perfeccionamiento de la ética no consiste en reglosar categorías tradicionales.  Nacen, viven y mueren, en función de las sociedades; difieren en el Rig-Veda y en la Ilíada, en la Biblia y en el Corán, en el Romancero y en las Enciclopedias.  Las corrientes de los catecismos usuales, poseen el encanto de una abstracta vaguedad, que permite acomodarlas a los más opuestos intereses.  Son viejas, multicelulares; están ya apergaminadas.  Las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Templanza, Coraje y Justicia, eran ya para los socráticos, formas diversas de una misma virtud: la Sabiduría.  Las conservó Platón, pero supo idealizar la virtud en un concepto de armonía universal.  Aristóteles, en cambio, las descendió al ras de la tierra, definiendo la virtud como el hábito de atenerse al justo medio y de evitar en todo los extremos.  De ésta visión no se apartó Tomás de Aquino, que a las cardinales del estagirita agregó los teologales, sin evitar que sus continuadores las complicáran.  Estáticas, absolutas, invariables, son frías escorias dejadas por la fervorosa moralidad de culturas pretéritas, reglas antibiológicas que, de tiempo en tiempo, resucitan nuevos retóricos de añejas teologías.  Poner la virtud en el justo medio fue negarle toda función en el desenvolvimiento moral de la humanidad; punto de equilibrio entre las fuerzas contrarias que se anulan, la virtud resultó, apenas, una prudente transacción entre las perfecciones y los vicios.

 

La concepción dinámica del universo relega a las vitrinas de un museo esas momias éticas, inútiles, ya para el devenir de la moralidad en la historia humana.  Sólo merecen el nombre de virtudes las fuerzas que obran en tensión activa hacia la perfección, funcionales, generadoras.

 

En su vidente libro de juventud escribió Renán..: "El gran progreso de la reflexión moderna ha sido sustituir la categoría del devenir a la categoría del ser, la concepción de lo relativo a la concepción de lo absoluto, el movimiento a la inmovilidad".  Pocas sentencias son más justas que las del sutil maestro del Idealismo.

 

Para una joven generación de principios del siglo XXI, en Chile, es esencial conocer las fuerzas morales en las sociedades contemporáneas y que en la actualidad se encuentran en estado latente, por el miedo existente en una sociedad desmembrada.  Estas virtudes, aunque lo parezcan, no descansan bajo ninguna cúpula, ni siquiera la del terror.  Más que enseñarlas o difundirlas, en la actualidad conviene despertarlas en la juventud que virtualmente las posee. 

Si la catequesis favorece la perpetuación del pasado, la mayéutica, es propicia al florecimiento del porvenir.

 

Dichosas las nuevas generaciones de Oficiales Policiales, los chilenos y los pueblos de América Latina si los jóvenes de las nuevas generaciones, descubren en sí mismo, las fuerzas morales necesarias para la magna obra...: Desenvolver la justicia social en una nacionalidad continental.

 

"Jóvenes son todos los que no tienen complicidad con el pasado".  Atenéa inspira su imaginación, da pujanza a sus brazos, pone fuego en sus corazones.  La serena confianza en un Ideal convierte su palabra en sentencia y su deseo en imperio.  Cuando saben querer, se allanan a su voluntad las cumbres más vetustas.  Savia renovadora de los pueblos, ignoran la esclavitud de la rutina y no soportan la coyunda de la tradición ni de la traición.  Sólo sus ojos pueden mirar hacia el amanecer, sin remordimiento.  Es privilegio de sus manos, esparcir semillas fecundas en surcos vírgenes, como si la historia comenzara en el preciso momento en que forjan sus ensueños.

 

Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardos apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia.

 

En esa hora deben los jóvenes empuñar la antorcha y pronunciar el verbo; es su misión renovar el mundo moral y en ellos ponen su esperanza los pueblos que anhelan ensanchar los cimientos de la justicia.  Libres de dogmatismo, pensando en una humanidad mejor, pueden aumentar la parte de felicidad común y disminuir el lote de comunes sufrimientos.

 

Es ventura sin par la de ser jóvenes en momentos que serán memorables en la historia de Chile.  Las grandes crisis ofrecen oportunidades múltiples a la generación incontaminada, pues inician en la humanidad una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional.  Una nueva conciencia histórica deviene en la Patria y transmuta los valores tradicionales de la Justicia, el Derecho y la Cultura.

 

 Intérpretes de ella, los que entrarán a la vida Institucional de Carabineros de Chile, sembrando fuerzas morales generadoras del porvenir, desafiando el recrudecer de las actuales resistencias inmorales que apuntalan el pasado.

 

Los jóvenes cuyos ideales expresan inteligentemente el devenir constituyen una nueva generación, de "buenistas" que es tal por su espíritu, no por su edad.  Basta una sóla actitud, pensadora y actuante, para dar a los Carabineros de Chile, personalidad en la nación.  La justa previsión de un destino común permite unificar el esfuerzo e infundir en la vida social normas superiores de solidaridad, de las que actualmente carecemos. 

 

El siglo XX se cansó de inválidos y de sombras, de enfermos y de viejos, de hipocondríacos, de obesos de paranoicos y de mentirosos.  En el siglo XXI no se puede seguir creyendo en las virtudes de un pasado que hundió al mundo en la maldad y en la sangre.  Todo se espera de una juventud entusiasta y viril.  (donde viril

NO es tener mucho sexo).

 

La juventud es levadura moral de los pueblos y las Instituciones.  Cada generación anuncia una aurora nueva, la arranca de la sombra, la enciende con su anhelar inquieto.  Si mira alto y lejos, es fuerza creadora.  Aunque no alcance a cosechar los frutos de su siembra, tiene segura recompensa en la sanción de la posteridad.  La antorcha lucífera no se apaga nunca, cambia de manos. 

Cada generación de oficiales abre las alas donde las ha cerrado la anterior, para volar más lejos.

 

Cuando una generación las cierra en el presente, no es juventud, sufre de senilidad precoz.  Cuando vuela hacia el pasado, está agonizando; peor, ha nacido muerta.

 

Los hombres que no han tenido juventud piensan en el pasado y viven en el presente, persiguiendo las significaciones inmediatas que son el premio de la domesticidad y el servilismo.  Débiles por pereza o miedosos por ignorancia, medran con paciencia y algunos medios de más, pero sin alegría.  Tristes, resignados, escépticos, acatan como una fatalidad el mal que los rodea, aprovechándolo si pueden en su propio beneficio.  De seres sin ideales ninguna grandeza esperan los subordinados, de esta desorganización ética, nada puede esperar un pueblo.

 

La juventud sana reúne el entusiasmo por el estudio y la energía para la acción, que se funden en el gozo de vivir.  El joven que piensa y trabaja es optimista; acera su corazón a la vez que eleva el entendimiento.  No conoce el odio ni le atormenta la envidia.  Cosecha las flores de su jardín y admira las del ajeno.  Se siente dichoso entre la dicha de los demás.  Ríe, canta, juega, ama, sabiendo que el hado es siempre propicio a quien confía en sus propias virtudes generadoras.

 

La juventud es prometéana cuando asocia el ingenio y la voluntad, el saber y la potencia, la inspiración de Apolo y el heroísmo de Hércules.  Un brazo vale cien brazos cuando lo mueve un cerebro ilustrado; un cerebro vale cien cerebros cuando lo sostiene un brazo firme.  Descifrar los secretos de la naturaleza, en las cosas que la constituyen, equivale a multiplicarse para vivir entre ellas, gozando sus bellezas, comprendiendo sus armonías, dominando sus fuerzas.  A la delincuencia no se le gana con la fuerza, no se le controla con los años de servicio.  Se le vencerá sólo con el ingenio y la voluntad, con el saber aplicar la potencia, con la inspiración de Apolo y el heroísmo de Hércules, pero por sobre todo, se le vencerá con la única fuerza que vence, la Fuerza Moral.

 

Los hombres envejecidos no ven la magnitud de ambos problemas.  Niegan la urgencia de asentar sobre más justas bases el equilibrio social; niegan la necesidad de solidarizar nuestro pueblo, como única garantía de su independencia futura.  Es misión de los futuros Oficiales de Carabineros de Chile, o de las futuras policías preventivas tomar a estos ciegos de la mano y guiarlos hacia el porvenir.  Arrastrándolos si dudan; abandonándolos si resisten.

 

Todo es posible, menos convencerlos.

 

A cierta altura de la vida la ceguera es un mal irreparable.  Los futuros Oficiales perderán su tiempo cuando esperen el impulso de los viejos.  Es más razonable obrar sin ellos, como hicieron otrora los próceres, cuando supieron hacerse independientes y sembrar veinte gérmenes de una gran civilización continental.

 

Entusiasta y osada ha de ser esta juventud. Sin entusiasmo no se sirven hermosos ideales, sin osadía no se acometen honrosas empresas.  Un joven escéptico está muerto en vida, para sí mismo y para la sociedad.  Un entusiasta, expuesto a varias equivocaciones, es preferible a un indeciso que no se equivoca nunca.  El primero puede acertar; el segundo jamás.

 

El entusiasmo, era ya para los platónicos una exaltada inspiración divina que encendía en el ánimo el deseo de lo mejor.  El entusiasmo es salud moral; embellece el cuerpo más que todas las piochas y condecoraciones, más que todos los diplomas; prepara una madurez optimista y feliz.

 

El joven entusiasta corta las amarras de la realidad y hace converger su mente hacia un ideal; sus energías son puestas en tensión por su voluntad y su adrenalina le enseña a perseguir la quimera soñada.  Olvida las tentaciones egoístas del camino que empiezan en la prudencia y acaban en la cobardía; adquiere fuerzas desconocidas por los tibios y los timoratos.

 

El enamorado de un ideal, de cualquier ideal-pues sólo es triste el que no tiene ninguno, -es una chispa; contagia a cuanto le rodea el incendio de su ánimo apasionado.  Los entusiastas despiertan los temperamentos afines, los conmueven, los afiebran, hasta atraerlos a su propio camino;obran  como si todo obedeciera a un gesto, como si hubiera fuerza de imán en sus deseos, en sus palabras.

 

La juventud termina cuando se apaga el entusiasmo,no cuando han pasado muchos años, entonces, en la actualidad tenemos una policía vieja, porque los que supuestamente debieran pensar para dirigirla, no tienen el entusiasmo necesario para cumplir los objetivos fundacionales de Carabineros de Chile. 

 

No hay mayor privilegio que conservar el entusiasmo hasta bien entrada la edad viril; es don de pocos y parece un milagro en quien lo atesora hasta la ancianidad.  Como Sócrates a su demonio inspirador. 

En ese único secreto reside la eficacia de los escritores fieles a su doctrina y que saben afirmarla, proclamarla, repetirla: en cien formas, como las del torbellino, apasionadas.  Son los heraldos de su tiempo y encuentran eco en el corazón de la juventud, siempre esquiva al razonamiento frío, enemiga de los sofistas solapados y de los capciosos contemporizadores.  Sólo cosechan simpatía los que siembran su propio entusiasmo.

 

La juventud escéptica y dócil es flor sin perfume.  De jóvenes sin credo,que no significa falta de religión, se forman cortesanos que mendigan favores en las antesalas, retóricos que hilvanan palabras sin ideas, abúlicos que juzgan la vida sin vivirla: valores negativos que ponen piedras en todos los caminos para evitar que anden otros lo que ellos no pueden andar.  La juventud obsesionada por las religiones o por la fe, sin ser su medio de vida, son incapaces de sentirse seguros materialmente.  La fe no necesariamente puede centrarse en Dios o en algún tipo de creencia, los comportamientos sociales de los últimos se han encargado de demostrarlo.

 

 

El hombre que se ha marchitado es una juventud apática, por no haber vivido a tiempo, llega pronto a una vejez pesimista.  Es esta otra razón filosófica de la incapacidad operacional de Carabineros, las actuales autoridades, perdieron más de 30 años, o sea, toda su madurez joven en actividades militares, no policiales, como dice el vulgo "gatos de chalet".

 

La belleza de vivir hay que descubrirla pronto, si no eres feliz en lo que haces como medio para ganarte la vida, te transformas en un "ganapán", que es la peor enfermedad, el cáncer de la burocracia y un schock en las policías.  Si no lo descubres pronto o, peor si lo "encubres" por la incapacidad de desarrollarte en otro campo, nunca lo descubrirás.

LA MORAL EN CARABINEROS DE CHILE COMO FACTOR DE INSEGURIDAD CIUDADANA CAP.2

El hombre perfectible, si considera incompleta su doctrina o insegura su posición, busca fórmulas nuevas que superen el presente, en vez de cerrar los ojos para volver a los errores tradicionales.  La juventud cuando duda, rectifica su marcha y sigue adelante; la vejez incapaz de vencer el obstáculo, desiste y vuelve atrás.  Es este el gran problema filosófico que en la actualidad tiene entrampada a la sociedad chilena con las FF.AA.  En Carabineros se han modernizado solo los medios técnicos y se han postergado, incluso retrasado los procedimientos y comportamientos morales.

 

En todos los campos de actividad el deseo de perfección impone deberes de lucha y de sacrificio; el que dice, enseña o hace, despierta la hostilidad de los quietistas.  No afrontan ese riesgo los hombres moralmente envejecidos, han renunciado a su propia personalidad, entrando a las filas, marcando el paso, vistiendo el uniforme del conformismo.  Incapaces de esfuerzo, será siempre contra los ideales de la nueva generación, aunándose en defensa de los intereses creados y sintiéndose respaldados por el complejo aparato coercitivo que les proporciona la misma sociedad.  La forma natural de la defensa social será entonces el restar poder coercitivo, por ejemplo restándoles el "ministerio de la fe", o creando otras organizaciones que cumplan esa función social.

 

Amar la perfección implica vivir en un plano superior al de la realidad inmediata, renunciando a las complicidades y beneficios del presente.  Por eso los grandes caracteres morales se han sentido atraídos por una gloria que emanará de sus propias virtudes; y como los contemporáneos no podían discernir la vivieron imaginativamente en el porvenir, que es la posteridad.

 

Camino de perfección es vivir como si el ideal fuese realidad.  Fácil es mejorarse pensando en un mundo mejor; está cerca de la perfección el que se siente solidarizado por las fuerzas morales que en su rededor florecen.  Es posible acompañar a todos los que ascienden, sin entregarse a ninguno se puede converger con ideales afines sin sacrificar la personalidad propia.

 

No es bueno que el hombre esté solo, pues necesita la simpatía que estimula su acción, pero es temible que esté mal acompañado, pues las imperfecciones ajenas son su peor enemigo.  Hay que buscar la solidaridad en el bien, evitando la complicidad en el mal.

 

El hombre perfectible sazona los más sabrosos frutos de su experiencia cuando llega a la serenidad viril, si el hábito de pensar en lo futuro le mantiene apartado de las facciones henchidas de apetitos.  En todo tiempo fue de sabios poner a salvo los ideales de la propia juventud, simplificando la vida entre las gracias de la naturaleza, propicias a la meditación.  Que en la hora del ocaso es dulce la disciplina iniciada por Zenón, renovada por Séneca y Epicteto, practicada por Marco Aurelio, cumbres venerables de la trova ejemplar cuyo ideal cantó Horacio en versos inmortales.  Y fácil es, como desde una altura abarcan a las nuevas generaciones en una mirada de simpatía, no turbada por la visión de sus pequeños errores.

 

Quien tiende hacia la perfección procura armonizar su vida con sus ideales.  Obrando como si la felicidad consistiera en la virtud, se adquiere un sentimiento de fortaleza que ahuyenta el dolor y vence la cobardía.  Todos los males resultan pequeños, frente al supremo bien de sentirse digno de sí mismo.  (No basado en la fuerza o en la cobardía del otro).  La santidad es de este mundo; entran a ella los hombres que merecen pasar al futuro como ejemplos de una humanidad más perfecta.

"Rectilíneo debe ser el servicio de un ideal" y no es un ideal cuando es un trabajo remunerado. Quien ha concebido un arquetipo de "VERDAD" o de "BELLEZA", de "VIRTUD" o de "JUSTICIA", solo puede acercársele resistiendo mil asechanzas que le desvían.  La vida ascendente exige una vigilancia de todas las horas; el favor y la intriga conspiran contra la dignidad de la juventud, apartándola de sus ideales mediante fáciles prebendas.  Toda concesión, en el orden moral, produce una invalidez, todo renunciamiento es un suicidio.  La historia reciente de Chile nos lo comprueba.

 

Avergüenzate joven, de torcer tu camino cediendo a tentaciones indignas.  Si eres artesano evita enlodazarte recibiendo cosa alguna que no sea compensación de tus méritos; si eres poeta, no manches la técnica de tu musa cantando en la mesa donde se embriagan los cortesanos; si eres sembrador, no pidas la protección de ningún amo espera la espiga lustrosa que al encantamiento de tus manos rompe el vientre de la tierra; si eres sabio, no mientas, si eres maestro, no engañes, si eres policía no cometas delitos, ni calles los delitos de tus compañeros.  Pensador o filósofo, no tuerzas tu doctrina ante los poderosos que la pagarían sobradamente; por tu propia grandeza debes medir tu responsabilidad y ante la estirpe entera tendrás que rendir cuenta de tus palabras.  Sea cual fuere tu habitual menester, - hormiga; ruiseñor o león- trabaja, canta y ruge con entereza y sin desvío: vibre en ti una partícula de tu pueblo.

 

Joven Servidor del pueblo, no imites al siervo que se envilece para aumentar la ración de su escudilla.  Desprecia al corruptor, acúsalo y compadece al corrompido.  Desafía, si es necesario el encono y la maledicencia de ambos, pues nunca podrán afectar lo más seguramente tuyo de ti: tu personalidad.  Ninguna turba de domésticos rastreros, puede torcer a un hombre libre.  Es como si una piara (manada de cerdos) diese en gruñir contra el chorro De La Fuente dulce y fresca: el agua seguiría brotando sin oír y, al fin los mismos gruñientes acabarían por abrevarse en ella.

 

Algo necesita cada hombre de los demás; respeto.  Debe conquistarlo con su conducta.  No es respetable el que obra contra el sentir de su propia conciencia; todos respetan al que sabe jugar su destino sobre la carta única de su dignidad.

 

No hay delincuentes respetables, ni inductores, complotadores, cómplices, encubridores, ayudistas y cobardes que guardan silencio u obstruyen la justicia.  Todo es doblemente sancionable cuando proviene de Organizaciones policiales o policías individualmente.  Pierde la autoridad moral y la dignidad y queda destinada a la desaparición toda la organización

 

La firmeza es acero en la palabra y diamante en la conducta.  La palabra es sonora cuando es clara; todos la oyen si la pasión se caldea y a todos contagia si inspira confianza.  La autoridad moral es su eco, la multiplica.  Más vale decir una palabra transparente que murmurar mil enmarañadas.  Los que tienen una fe o una ideología desdeñan a los retóricos y a los sofistas; nunca se construyen templos con filigranas, ni se ganaron batallas con fuegos de artificios.

 

Cuando es imposible hablar con dignidad, solo es lícito callar.  Decir a medias lo que se cree, disfrazar las ideas, corromperlas con reticencias, hacer concesiones a la mentira hostil, es una manera hipócrita de traicionar el propio ideal.  Las palabras ambiguas se enfrían al ir de los labios que las pronuncian a los oídos que las escuchan; no engañan al adversario que en ellas desprecia la cobardía, ni alientan al amigo que descubre la defección.

 

De la palabra debe pasar a la firmeza de la conducta.  No se cansaban los estoicos de recordar el gesto firme del senador Helvitio Prisco.  Pidiole un día Vesasiano que no fuera al Senado, para que su austera palabra no perturbara sus planes.

 

- Está en vuestras manos quitarme el cargo, pero mientras sea senador no faltar‚ al Senado.

 

- Si vais, repuso el emperador, será para callar vuestra opinión.

 

-         No me pidáis opinión y callar‚

 

- Pero si estáis presente no puedo dejar de

pedírosla.

 

- Y yo no puedo dejar de decir lo que creo justo.

 

- Pero si la decís os haré morir...

 

- Los dos haremos lo que está en nuestra conciencia y depende de nosotros.  Yo diré la verdad y el pueblo os despreciará.

 

Vos me haréis morir y yo sufrir‚ la muerte sin quejarme.  ¿Acaso os he dicho que soy inmortal?.

 

Graba este ejemplo en tu memoria Joven Oficial Policial, ahora que eres artesano, estudiante, poeta, sembrador o filósofo.  Probable es que no puedas imitarlo en grado heroico, pero no lo olvides de tu habitual escenario.  Haz de él un mandamiento de tu credo.  Piensa que el porvenir de tu pueblo está en el temple moral de sus componentes.

 

"El que duda de sus fuerzas morales está vencido".  Manos que tiemblan no pueden plasmar una forma, apartar un obstáculo, izar un estandarte.  La confianza en las fuerzas morales debe ser integral para actuar con eficacia.  La vida es lucha incesante para los caracteres firmes, pues los intereses creados reclaman complicidad en la rutina común.  No puede resistir quien teme ceder.

 

Firme es el hombre que sabe corregir sus juicios, reflexionando sobre la experiencia propia o la ajena; voluble es el que sigue las últimas opiniones que escucha o acepta por temor las que otros le imponen.

 

Firmeza es virilidad lúcida, distinta de la ciega testarudez; tan grande es la excelencia del que sabe querer porque ha pensado, como pequeña es la miseria del que se obstina en mantener decisiones no pensadas.

 

La firmeza puesta al servicio de una causa justa, que beneficie a una mayoría sin perjudicar a una minoría, alcanza al heroísmo cuando contra ella se adunan los domesticados y los serviles.  En toda lucha por un ideal se tropieza con adversarios y se levanta enemigos, el hombre firme no los escucha ni se detiene a contarlos.  Sigue su ruta, irreductible en su fe, imperturbable en su acción. Quien marcha hacia una luz no puede ver lo que ocurre en la sombra.

 

Nada deben los pueblos a los que anteponen el inmediato provecho individual al triunfo de finalidades sociales, más remotas cuanto más altas; todo lo esperan de jóvenes capaces de renunciar a bienes, aún contradiciendo a su mujer; a honores aun contradiciendo a su egoísmo y a la vida, antes que traicionar la esperanza puesta en cada nueva generación.

 

"Los jóvenes sin derrotero moral son nocivos para la sociedad".  La incomprensión de un posible enaltecimiento los amodorra en las realidades más bajas, acostumbrándolos a venerar los dogmatismos envejecidos.  Su personalidad se amolda a los prejuicios, su mente adhiere a las supersticiones, su voluntad se somete a los yugos.  Pierden la posición de su yo, la dignidad, que permite abstenerse de la complicidad en el mal.  La historia reciente de cada individuo en Carabineros nos ha demostrado que ha aumentado en un 500% la cantidad de ingreso a otros credos, sectas o religiones no católica, principalmente a los evangélicos.  ¿Qué cree Ud. que induce que cinco veces más Carabineros busquen el refugio en una nueva fe desde 1980?.

 

Se envilece a la juventud aconsejándole el fácil camino de las servidumbres lucrativas. Cierren los jóvenes el oído a esas palabras de tentación y de vergüenza.  Quien ame la grandeza de su pueblo debe enseñar que el buen camino suele resultar el más difícil, el que los corazones acobardados consideran peligroso.  No merecen llamarse libres los que declinan su dignidad.  Con temperamentos mansos que forman turbas arrebañadas, capaces de servir pero no de querer.  Aquí empieza la Ley del Rebaño.  Donde se diluyen las responsabilidades individuales, en la multitud de los iguales.

 

La dignidad se pierde por el apetito de honores actuales, trampa en que los intereses privados aprisiona a los hombres supuestamente libres; solo consigue renunciar a los honores el que siente superior a ellos.  La gacetilla fugaz, el pasquín indecente o el liviano volante promocional, escribe sobre arena ciertos nombres que suenan con transitorio cascabeleo; los arquetipos de un pueblo son los que anhelan esculpir el propio en los sillares de la raza.

 

"No es digno juntar migajas en los festines de los poderosos".  Si jóvenes deshonran su juventud, la traicionan, prefiriendo la dádiva a la conquista.  En toda actividad social, arte, ciencia, incluso en las policías, fórmanse con el andar del tiempo castas de hombres que han llegado a perder su dignidad.  Desean mantener las cosas como están, oponiéndose a cuanto signifique renovación y progreso; son los enemigos de la juventud, sus corruptores.

 

Todos, insisto, todos ofrecen a cambio de la adulación y del renunciamiento, sinecuras en la burocracia, rangos en las academias.  Aceptar es complicarse con el pasado.  Juventud que se entrega es fuerza muerta, pierde el empuje renovador.

 

La burocracia es una podadora que suprime en los individuos todo brote de dignidad.  Uniforma, enmudece, paraliza.

 

NO puede existir moralidad en la nación mientras los hombres se alivianen de méritos y se carguen de recomendaciones, acumulándolas para ascender, sin más anhelo que terminar su vida en la jubilación.  Una casta de funcionarios es la antítesis de un pueblo.

 

Donde los parásitos abundan, se llega a mirar con desconfianza la iniciativa y parece herejía toda vibración de pensamiento, vigor de músculo y despliegue de alas, No se emprende cosa alguna sin el favor del Estado, convirtiendo al erario en muleta de lisiados y paralíticos.  Las andaderas, las muletas y la ortopedia, son disculpables para los niños y para los enfermos, el adulto que no puede andar solo es un inválido; la organización del Estado que no puede andar sola o no cumple sus objetivos no es válida para la sociedad y esta invalidez real debe ser compensada en forma efectista, con falsos méritos, honores y piochas que adornen su magra existencia.

 

Libres son los que saben querer y ejecutar lo que quieren; nunca hacen cosa alguna que les repugne, ni intentan justificarse culpando a otros de sus propios males.

 

Esclavos son los que esperan el favor ajeno y renuncian a dirigirse a sí mismos incurriendo en mil pequeñas vilezas que carcomen su conciencia.

 

"La independencia moral es el sostén de la dignidad".  Si el hombre aplica su vida al servicio de sus propios ideales, no se baja nunca.  Puede comprometer su rango y perderlo, exponerse a detracción y al odio, arrastrar las pasiones de los ciegos y la oblicuidad de los serviles, pero salva siempre su dignidad.  Nunca se avergüenza de sí mismo, meditando a solas.

 

El que cifra su ventura en la protección de los poderosos vive desmenuzando su personalidad, perdiéndola a pedazos, como cae en fragmentos un miembro gangrenado.  Su lengua pierde la aptitud de articular la verdad.  Aprende a besar la mano de todos los amos y, en su afán de domesticarse, él mismo los multiplica, para todo ello, debe mejorar su presentación y su apariencia, ingresando a las filas del hedonismo, que considera al placer como único fin en su vida.

 

Para seguir el derrotero de la dignidad deben renunciarse a las cosas bastardas que otorgan los demás; todas tienen por precio una ABDICACION MORAL.  El mayor de los bienes consiste en no depender de otros y en seguir el destino elaborado por las propias manos.

 

Joven que piensas, estudias y trabajas, que sueñas y amas, joven que quieres honrar tu juventud, nunca desees lo que solo puedes obtener por favor ajeno; anhela con firmeza todo lo que pueda realizar tu propia energía.  Si quieres incar tu diente en una fruta sabrosa, no la pidas; planta un árbol y espera.  La tendrás, aunque tarde, pero la tendrás seguramente y será toda tuya y sabrá a miel cuando la toquen tus labios.  Si la pides, no es seguro que la alcances; acaso tardes en obtenerla mucho más que si hubieras plantado un árbol, y, en teniéndola tu paladar sentirá el acíbar (acidez) de a servidumbre a que la debes.

 

"Las fuerzas morales convergen al sentimiento del deber".  La personalidad solo es coherente y definida a quien llega a formularse deberes inflexibles, que impliquen un pacto rectilíneo con los mandatos de dignidad.  Sin ser Ley escrita, el sentimiento del deber es superior a los mandamientos revelados y a los códigos legales: impone el bien y execra el mal, ordena y prohibe.  Refleja en la conciencia moral del individuo la conciencia moral de la sociedad; en su nombre juzga las acciones, las conmina o las veta.

 

El deber no es una vana premisa dogmática de viejas morales teológicas o racionales.  Más que eso, mejor que eso, es toda la moral efectiva y afectiva, toda la moralidad práctica: un compromiso entre el individuo y la sociedad.  Nace y varía en función de la experiencia social; con ella se encuentra o se abisma.  En la medida en que la justicia va consagrando los derechos humanos, surgen los deberes que son su complemento natural y les corresponden como la sombra al cuerpo.  Puesto que los hombres no viven aislados, es deber de cada uno concurrir a todo esfuerzo que tienda al mejoramiento de su pueblo, desempeñando con eficacia las funciones apropiadas a sus aptitudes.  Por tanto si no tiene aptitudes debe renunciar a esa función en busca de su propia identidad.  El hombre que elude el deber social es nocivo a su gente, a su raza, a la humanidad.

 

En los jóvenes que no deshonran su juventud, los deberes son el reflejo de los ideales sobre la conducta, cuanto más intensa es la fe en un ideal, más imprescindible es el sentimiento que compele a servirlo.

"El deber es un corolario de la vida en sociedad".  Si la moral es social, los deberes son sociales.  Quimérica es toda noción de un deber que no se refiera al hombre y a su conducta afectiva; el deber trascendental, divino o categórico, ha sido una hipótesis ilegítima de las antiguas morales especulativas e intimidantes.  En todas las razas y en todos los tiempos existió el sentimiento del deber, pero manifestado concretamente en deberes variables con la experiencia social, distintos en cada época y en cada sociedad, todos perfectibles, como la moralidad misma.

 

Han aumentado simultáneamente los derechos reconocidos por la justicia y los deberes impuestos por la solidaridad.  Reducir el deber a un mandamiento sobrenatural o a un concepto de la razón, importa substraerlo a la sanción real de la sociedad y relegarlo a sanciones hipotéticas e indeterminadas.

 

Ignorando el origen social del deber, no lo pudieron definir los estoicos, aun concibiendo magníficamente la perfección humana, por desconocer ese origen dieron los dialécticos en construir con genio admirable absurdas doctrinas del deber absoluto.  Absurdas, como todo lo que contradice a la naturaleza.  Si la justicia fuese perfecta en la sociedad, podría concebirse el deber absoluto; pero esa hipótesis no ha sido efectivamente realizada en ninguna sociedad, ni es posible cosa alguna invariable en una realidad que eternamente varía y variará.

 

La injusticia ha existido y existe, creando el privilegio que es violación del derecho.  De ello no se infiere que no ha existido el deber, ni que debe existir respetando la injusticia.

 

El sentimiento del deber, si absoluto en la conciencia del individuo, es relativo en la justicia de la sociedad.  Donde es violado el derecho, tórnase menos imperativo, cuando todos los derechos son respetados, cada hombre se inclina a cumplir sus deberes.  Ninguna fuerza coercitiva impone normas de conducta contrarias a la propia conciencia moral.  La obligación del deber solo reconoce la sanción de la justicia.

 

En efecto, el hombre que dobla su conciencia bajo la presión de ajenas voluntades ignora el más alto entre todos los goces, que es obrar conforme a sus inclinaciones; se priva de la satisfacción del deber cumplido por el puro placer de cumplirlo.  La obediencia pasiva es domesticidad y servilismo sin crítica y sin contralor, signo de sumisión, audacia e insolencia; el cumplimiento del deber implica entereza y valentía, cumpliéndolo mejor quien se siente capaz de imponer sus derechos.

 

Afirmar que el deber es social no significa que el Estado o la Autoridad puedan imponer su tiranía al individuo.  El sentimiento del deber es siempre individual y en él se refleja la conciencia moral de la sociedad; pero cuando el Estado, la Autoridad o los Jefes circunstanciales no son la expresión legítima de la conciencia social, puede consistir el deber en la desobediencia, aun a precio de la vida misma.  Así lo enseñaron con alto ejemplo los mártires de nuestra independencia, de la libertad y de la justicia.  Cuando la conciencia moral considera que la Autoridad es ilegítima, obedecer es una cobardía y el que obedece traiciona a su sentimiento del deber.  Acaso sea ésta la única falla de Socrates en la cárcel, si hemos de creer en la letra de su platónico diálogo con Critón, donde el respeto a la Ley impone la obsecuencia a la injusticia.

 

La sociedad y el individuo se condicionan recíprocamente.  Por el respeto a la justicia medimos la civilización en la primera; por la austeridad en el deber valoramos la moralidad del segundo.  La fórmula de la justicia social es garantizar al hombre todos sus derechos; la fórmula de la dignidad individual es cumplir todos los deberes correspondientes.  Los pueblos nuevos como Chile, persiguen ese equilibrio ideal.  Quien siempre habla de nuestros derechos, sin recordarnos nuestros deberes traiciona a la justicia; pero mancilla nuestra dignidad, quien predica deberes que no son la consecuencia natural de los derechos efectivamente ejercitados.

 

"El rango solo es justo como sanción al mérito".

 

En efecto, en Carabineros el rango debiera ser filosóficamente justo, como sanción del mérito. No van siempre juntos, ni guardan armónica proporción, menos en organizaciones militarizadas y jerarquizadas.

 

El rango se recibe, es adventicio y su valor fluctúa con la opinión de los demás, como las acciones de la bolsa, pues necesita la convergencia de sanciones sociales que le son extrínsecas; el mérito se conquista, vale por sí mismo y nada puede amenguarlo, porque es una síntesis de virtudes individuales intrínsecas.

 

Una madre no es madre porque pare a un hijo, si no hasta cuando este hijo es un adulto honesto que hace el bien a la sociedad.  Cuanto mayor es la inmoralidad social, más grande es su divorcio; el mérito sigue siendo afirmación de aisladas excelencias, el rango se convierte en premio a la complicidad en el mal.

 

Los jóvenes funcionarios que olvidan estos distingos viven geniflexos, rindiendo homenaje al rango ajeno para avanzar el propio; empampanándose de cargos y de títulos medran más que resistiendo con firmeza la tentación de la domesticidad.  Cegados por bastos apetitos llegan a creer, al fin, que los funcionarios de más bulto son los hombres de mayor mérito y se encumbran a medirlos por el número de favores que pueden dispensar.  El aumento de los delincuentes así lo dice.

 

En mérito está en ser y no en parecer, en la cosa y no en la sombra.  Construir una doctrina, arar un campo, crear una industria, escribir un poema, son obras cuajadas de méritos, nimban de luz la frente y en ella encienden una chispa de personalidad: nebulosa, astro, estrella.

 

El mérito del pensador, del sabio, del energeta, del artista, es el mismo en la cumbre o en el llano, en la gloria o en la adversidad, en la opulencia y en la miseria.  Puede variar el rango que los demás le conceden, pero si es mérito verdadero sobrevive a quienes lo otorgan o niegan, y crece, y crece, prolongándose hacia la posteridad, que es la menos injusta de las injusticias colectivas.

 

La servidumbre moral es el precio del rango injusto.  En las generaciones sin ideales, se advierte una sorda confabulación de mediocridades contra el mérito.  Todos los incapaces de crear su propio destino conjugan sus impotencias y las condensan en una moral burocrática que infecta a la sociedad entera.  Los hombres aspiran a ser medidos por su rango de funcionarios; el culto cuantitativo de la actitud suplanta el respeto cualitativo de la aptitud.

 

Cuando el mal es hondo, como ocurre en el fracaso de la lucha antidelincuancia y el crecimiento de la inseguridad ciudadana, adquiere esta inmoralidad estructura de sistema, los individuos se miden entre sí según sus jerarquías, como fichas de valor diverso en una mesa de juegos.

 

El hábito de ver tasar a los demás por los títulos que  ostentan, despierta en todos un obsesivo anhelo de poseerlos y hace olvidar que el Estado puede usar en su provecho la competencia individual, pero no puede conferirla a quien carece de ella.  Se distrae en beneficio propio, en perjuicio del país.

 

En el engranaje de la burocracia, no es necesariamente el mejor economista el catedrático universitario, ni mejor astrónomo el director del observatorio, ni historiador el archivero, ni escritor el secretario, como hemos visto, tampoco es fuerza obligada que sea estadista el gobernante.

 

Las más de estas personas respetadas por su rango, ruedan al anonimato el mismo día en que lo pierden; en esa hora se mide la vanidad de su destino por el empeño que sus serviles domésticos alaban a los nuevos amos que los sustituyen.

 

El hombre que se postra ante el rango de fetiches pomposos, logra hacer carrera en el mundo convencional a que sacrifica su personalidad; lo merece, su destino es frecuentar antesalas para mendigar favores, perfeccionando en protocolos serviles su condición de siervo, obnubilado en la apariencia de los demás.

 

Desdeñen las nuevas generaciones de policías esos falsos valores creados por la complicidad con la ignorancia y en el hartazgo.  Burlándose de ellos, el hombre libre es un amo natural de todos los necios que lo admiran.  Respetando la virtud y el mérito, antes que el rango y la influencia, aprenderán los jóvenes a emanciparse de la servidumbre moral y dedicarán más tiempo y sus mejores esfuerzos en la producción fundacional.  La prevención y el control de la delincuencia.

 

 

El mérito puede medirse por las resistencias que provoca.  Toda afirmación de la personalidad suscita un erizamiento de nulidades; los jóvenes que alienten ideales deben conocer esos peligros y estar dispuestos a vencerlos.  En el campo de la acción y del arte, del pensamiento y del trabajo el mérito vive rodeado de adversarios; la falta de éstos es inapelable testimonio de insignificancia.

 

Aspero es todo sendero que se asciende sin cómplices; los que no pueden seguirlo conspiran contra el que avanza, como si el mérito ofendiera por el simple hecho de existir.  La rebeldía de los caracteres firmes humilla a los que se adaptan con blandura de molusco; la originalidad de los artistas que crean subleva a los académicos cautelosos; el verbo nuevo de los sabios desconcierta a los glosadores de la ruina común.  Todos los que se han detenido son enemigos naturales de los que siguen andando.

 

Sobresalir es incomodar; las medianías se creen insuperables y no se resignan a celebrar el mérito de quien las desengaña.  Admirar a otros es un suplicio para los que en vano desean ser admirados.  Toda personalidad eminente mortifica la vanidad de sus colegas y contemporáneos y los inclina a la venganza.

 

El anhelo de acrecentar los propios méritos obliga a vivir en guardia contra infinitos enemigos imperceptibles; de cada inferioridad humillada manan sutiles ponzoñas, de cada‚ mulo rezagado parte una flecha traidora.  Los jóvenes que sueñan una partícula de gloria deben saber que en su lid sin término solo tienen por arma sus obras; el mérito está en ellas y triunfa siempre a través del tiempo, pues la envidia misma muere con el hombre que la provoca.  Por eso tener ideales es vivir pensando en el futuro, sin acomodarse al azar de la hora presente; para adelantarse a ésta es menester vivir desorbitados, pues quien se entrega a la masa, envejece y muere con ella.  Si el mérito culmina en creaciones geniales, ellas son de todos los tiempos y para todos los pueblos

 

"Valorizando el tiempo se intensifica la vida".  Cada hora, cada minuto, debe ser sabiamente aprovechado en el trabajo o en la distracción del placer y del descanso.  Vivir con intensidad no significa extenuarse en el sacrificio ni refinarse en la disipación, sino realizar un equilibrio entre el empleo útil de todas las aptitudes y la satisfacción deleitosa de todas las inclinaciones personales.  La juventud que no sabe trabajar es tan desgraciada como la que no sabe divertirse.

 

Todo instante perdido lo está para siempre; el tiempo es lo único irreparable y por el valor que le atribuyen puede medirse el mérito de los hombres.  Los perezosos, indolentes, gandules, y desidiosos viven hastiados y se desesperan no hallando entretenimiento para sus días interminables; los activos no se tedian nunca y saben ingeniarse para centuplicar los minutos de cada hora.  Mientras el flojo no tiene tiempo para hacer cosa alguna de provecho, al laborioso le sobra para todo lo que se propone realizar

 

El estéril no comprende cuando ni como trabaja el fecundo, ni adivina el ignorante cuando estudia el sabio.  Y es sencillo: trabajan y estudian siempre, por hábito, sin esfuerzo.  Descansan de ejecutar, pensando; descansan de pensar, ejecutando.  Al conversar aprenden lo que otros saben; al reír de otros aprenden a no equivocarse como ellos.  Aprenden siempre, aun cuando parece que pararan, porque de toda actividad propia o ajena, es posible sacar una enseñanza y ello permite obrar con más eficacia, pues tanto puede el hombre cuanto sabe.

 

El tiempo es el valor de ley más alta dada la escasa duración de la vida humana.  Perderlo es dejar de vivir.  Por eso cuanto mayor es el mérito de un hombre, más precioso es su tiempo; ningún regalo puede hacer más generoso que un día, una hora, un minuto.  Quitárselo, es robar el tesoro; gran desdicha es que lo ignoren los holgazanes.

 

"Cada actividad es un descanso de otras.  El organismo humano es capaz de múltiples trabajos que exigen atención y voluntad; la fatiga producida por cada uno de ellos puede repararse con la simple variación del ejercicio.

 

Solamente el conjunto de fatigas parciales produce una fatiga total que exige el reposo completo de las actividades conscientes: el sueño.

 

No necesita el hombre permanecer inactivo, mientras esté despierto.  Del trabajo muscular se descansa por el ejercicio intelectual; de las tareas de oficina con un poco de gimnasia; de las faenas rudas, por la delectación artística; de la actividad sedentaria, por los deportes o simplemente caminar.  Es innecesario reparar una fatiga parcial con un reposo total, renunciando a otras actividades independientes de esa fatiga; el sentimiento de pereza y el hábito de la holgazanería son insuficiencias vitales muy próximas a la enfermedad.

 

El hombre solo tiene conciencia de vivir su vida durante la actividad voluntaria y en rigor nadie vive más tiempo del que ha vivido conscientemente; las horas de pasividad no forman parte de la existencia moral.  Nada hay, por eso, que iguale al valor del tiempo.  El dinero mismo no puede comparársele, pues éste vuelve y aquél no; en una vida se pueden rehacer diez fortunas, pero con diez fortunas no se puede recomenzar una vida.  La pasividad es la madre de todos los vicios.

 

Cada hora es digna de ser vivida con plenitud; cada día el hombre debiera preguntarse si ha ensanchado su experiencia, perfeccionado sus costumbres, satisfecho sus inclinaciones, servido sus ideales.  Estacionarse mientras todo anda, equivale a desandar camino.  La pasividad, en los jóvenes, es signo de prematuro (antes que maduro) envejecimiento.

 

Aprovechando el tiempo se multiplica la dicha de vivir y se aprende que las virtudes son más fáciles que los vicios; aquellas son un perfeccionamiento de las funciones naturales y estos son aberraciones que la desnaturalizan.

 

"La acción fecunda exige continuidad en el esfuerzo".  Toda actividad debe tener un propósito consciente: no hacer nada sin saber para qué, ni empezar obra alguna sin estar decidido a concluirla.  Solo llega a puerto el navegante que tan seguro está de su brújula como de la vela.

 

La brevedad de vivir impide realizar empresas grandes a los que no saben disciplinar su actividad.  Descontando la adolescencia y la vejez, no llega a durar cincuenta años la vida viril fecunda; de ese libro que tiene escasas cinco docena de hojas, el tiempo arranca una cada año.  A menos que se renuncia a hacer cosas duraderas, conviene regatear los minutos, pues las obras persisten en relación al tiempo empleado en pensarlas y construirlas.  Los jóvenes que se fijan un derrotero debe reflexionar sobre la angustia del plazo; hay que empezar temprano, jamás holgar, no morir pronto.

 

Con eso, y mediando las aptitudes que "Salamanca no presta", pueden realizarse empresas dignas de sobrevivir a su autor.

 

Los tipos representativos de la humanidad han sido hombres y mujeres que han sabido contar sus minutos con tanto escrúpulo como el avaro su dinero.  Todo el que persigue una finalidad vive con la obsesión de morir sin haberla alcanzado; pocos logran su objeto, siendo toda vida corta y largo todo arte.  Pero al llegar la edad en que las fuerzas fallan solo pueden esperar serenamente la muerte, los que aprovecharon bien el tiempo; si no alcanzaron su ideal en la medida que se proponían, les satisface la certidumbre de que, con medios iguales, hubiera sido imposible acercarse más.

 

"Hay estilo en toda forma que expresa con lealtad un pensamiento".  Las artes son combinaciones de gestos destinados a objetivar adecuadamente los modos de pensar o de sentir; cuando la forma expresa lo que debe y nada más que ello, tiene estilo propio.  No basta, en arte alguno, poseer concepciones originales; es necesario encontrar la estructura formal que fielmente las interprete.

 

Todo ritmo de pensamiento humano que alcanza expresión adecuada crea un estilo.  Cada característica intelectual, de un pueblo, de una empresa, de una institución de una época, es sentida con más intensidad por hombres originales que le dan forma y renuevan la técnica de la expresión y de la función; en torno a ellos los imitadores y continuistas se multiplican y forman escuela; que también puede ser una escuela de secuencias erróneas o degradantes, hasta que la sociedad siente su influencia, adapta a ella su gusto y surge una moda.  Seguir una escuela de no tener estilo personal, es por ello peligroso socialmente seguir tendencias quietistas o equivocadas, entregarse a una moda es el método más eficaz para carecer de originalidad.  En cualquier arte, en cualquier función humana, solo puede adquirir estilo propio quien repudia escuelas y desdeña modas, pues unas y otras tienden a poner marcos prestados a las inclinaciones naturales y a las necesidades sociales.

 

No se adquiere estilo glosando la forma ajena para expresar las ideas propias, ni torciendo la expresión propia para adular los sentimientos ajenos.

 

Estilo es afirmación de personalidad; el que combina palabras, colores, sonidos, líneas gestos o actitudes para expresar lo que no siente o no cree, carece de estilo, no puede tenerlo.  Cuando el pensamiento no es íntimo y sincero la expresión es fría y amanerada; se rumian formas ya conocidas, se retuercen, se alambican, procurando en vano suplir la ausente virilidad creadora con estériles artificios.

 

El arte de escribir, el más común en Carabineros, particularmente carece de excelencia mientras se preocupa de acariciar el oído o de engañar la razón con sofísticas oblicuas con mentiras o con doctrinas absoletas y comprobadamente insuficientes para las necesidades de la sociedad.  Una máxima de Epicteto, desnuda, sin adverbios pomposos ni adjetivos sibilinos, tiene estilo y deja una impresión de serena belleza incluso de heroísmo, nunca igualado por los retorcidos discursos que abundan en esta época de mal gusto; sobra, en la simple sentencia, la adecuación inequívoca de la forma al contenido, realizando una armonía que nunca alcanzan las prosas torturadas para disimular la oquedad.

 

El más noble estilo es el que transparenta ideales hondamente sentidos y los expresa en forma contagiosa, capaz de transmitir a otros el propio entusiasmo por algo que embellece la vida humana: salud moral, firmeza de querer, y serenidad optimista.

 

"La corrección preceptiva es la negación del estilo original".  En todas las artes el tiempo acumula reglas técnicas que constituyen su gramática y permiten evitar las más frecuentes incorrecciones de la expresión y del funcionamiento; cualquier hombre de inteligencia mediana puede aprenderlas y aplicarlas, sin que por ello adquiera capacidad de expresar en forma propia su pensamiento.  A nadie dan estilo las estéticas ni las retóricas que reglamentan la expresión, haciéndola tanto más impersonal cuanto más perfecta, esta situación conspira contra el caudillismo de los sistemas militarizados.

 

Los modelos y los cánones solo enseñan a expresarse correctamente, sin que la corrección sea estilo.  Las academias y las escuelas son almácigos de mediocridades distinguidas y oponen firmes obstáculos al florecer de los temperamentos innovadores.

 

La adquisición de un estilo personal suele comenzar cuando se violan cánones convencionales del pensamiento, del comportamiento y de la expresión.

 

En cada arte o género y en cada actividad humana existen normas de corrección, que son doblemente rigurosas para quien las aplica, pero no hay arquetipos de estilo, pues todo nuevo pensar requiere una nueva expresión; las formas que el tiempo ha consagrado como clásicas e indestructibles, fueron en su origen rebeldías contra las de las épocas precedentes.  Hablar de estilo, en si, es abstraer de todos los estilos individuales su común carácter de creación, omitiendo las diferencias que tipifican a cada uno y sin las cuales ninguno existiría.  El estilo es lo individual, lo que no se aprende de otros, lo que permite reconocer al autor en la obra sin necesidad de que la firme.  Por eso hay tanto estilo en la expresión de un artista como carácter en su personalidad; y siendo síntesis de su mente toda, vibrante  en la expresión integral, no puede ser forma sin ser antes pensamiento, por ello que es importante pensar, pensar en el bien, en el bien de la sociedad mayoritaria sin perjudicar a las minorías.

 

Lo militarista es igualitario, por tanto es lo opuesto a la diferencia que implica un estilo o forma de ser.

 

La técnica correcta es una cualidad que embellece la obra, como la ormentación al monumento, sin que por eso tenga valor propio fuera de la obra misma.  La corrección es anónima, no eleva aunque impide descender; rara vez requiere verdadero talento.  Un ejercicio suficiente permite escribir al más ágil, dibujar o construir con corrección; en un adiestramiento físico y para él no se requiere más ingenio que para poner diez centros seguidos tirando al blanco.

 

Muchos profesores eximios (no ex- simios) conocen las intimidades de la preceptiva y poseen la técnica correcta de su arte; son, sin embargo, banales prosistas, pintores o músicos, sin personalidad y sin estilo, por falta de ideas y sentimiento originales.  En cambio, sin corrección técnica, suelen resultar admirables las formas en que dicen un Dante o un Pascal, porque su estilo expresa una nueva orientación de ideas o de sentimientos, imposibles de remedar con mosaicos de palabras.

 

¿Qué sacan los Carabineros y preferentemente sus autoridades superiores, de tener tantos títulos, diplomas y honores; másteres, posgrados y doctorados; tantos supuestos conocimientos legales, técnicos y procesales, si van perdiendo por goleada en su partido contra la delincuencia?; y lo que es peor, no los aplican en beneficio de la sociedad y solo sirven para aumentar sus ingresos personales; ¿Qué sacan con disponer de inmensos salones, pinacotecas, los mejores atriles, la mayor variedad de pinturas, pinceles, aerógrafos, scáners computarizados y la más alta tecnología, si el cuadro que quieren pintar, resulta incomprensible para la sociedad?; es más, la sociedad se ha visto en la necesidad, y prefiere contratar a un pintor de brocha gorda, para que le pinte la casa o la empresa, en el mercado más cautivo de la economía nacional, la seguridad privada.

 

"La originalidad se revela en todas las formas de expresión".  Es raro que un hombre de genio culmine excelentemente en varias artes o géneros; pero si lo hace como Leonardo o Goethe, lo mismo tendrá estilo en la pintura y en la poesía en la novela y en la ciencia.

 

Pondrá su marca en todo lo que pase por sus manos, pensando lo más hondo, expresando lo más justo.  Es común, sin embargo, que se circunscriba a un arte o género, acentuando su estilo en una forma única de expresión.

 

A las dos grandes categorías mentales, la apolínea (Cristo no está hecho a semejanza del hombre) y la dionisíaca, (perteneciente al Dios Baco), corresponden dos tipos de estilo, dos idiomas diferentes, rara vez armonizados en un mismo pensador.  El uno es lógico y habla de la inteligencia; el otro es afectivo y habla del sentimiento.  Tal como el Quijote y Sancho, la misma historia con un distinto punto de vista o estilo.

 

El estilo que anhela expresar la VERDAD se estima por su valor lógico; su claridad es transparente, sus términos precisos, su estructura crítica; es el estilo que falta en Carabineros, ya que es el lenguaje de las ciencias.

 

Por su valor estético es eficaz el estilo que expresa su belleza; su fuerza es emocional; figurados sus términos, lírica su estructura.  Es el lenguaje de las artes.

 

Es raro que los valores lógicos y los valores estéticos culminen igualmente en un estilo.  A la concepción general de altos problemas suele llegarse por un solo camino; difícilmente el esteta aprende a interpretar la belleza en consonancia con la VERDAD, y es lógico, rara vez consigue caldear la VERDAD con el fuego de la belleza.  Es por ello que en Carabineros están tan preocupados de la estética, del protocolo, la parafernalia, (para hacer, es el medio que se utiliza para algo lograr), la presentación, los gestos y ademanes, los desfiles y las representaciones.

 

Acaso una educación especial permitiera desenvolver con paralela intensidad las aptitudes críticas y las imaginativas; pero los que en su juventud lo consiguieron, acaban prefiriendo un camino, el del arte o el de la ciencia, acentuando en su expresión las características del estilo estético o del lógico... Honestamente, el lector ¿cuál estilo cree que predomina en Carabineros?.

 

Una verdad expresada en teoremas puede ser comprendida por toda la inteligencia educada, pero mejor se comprendería si vistiera formas embellecidas de armonía y acaloradas de entusiasmo. Sensible es que la brevedad del humano vivir sea obstáculo a la formación de un estilo integral en que se combinen los más altos valores lógicos y estéticos, la verdad más diáfana con la más emocionante belleza.

 

La perfección ideal del estilo, en todas las artes, en todas las formas de vida humana, consiste en adecuar la expresión al pensamiento de tan manera que la transparencia de las ideas no sea empañada cuando la subraye el latir del corazón.

 

"No hay bondad sin tensión activa hacia la virtud".  La disciplina mansa, la condescendencia pasiva, la sumisión resignada, son simples formas de incapacidad para el mal, el hipócrita que obra bien por simple miedo a la coerción social es peor que el malo desembozado, pues sin librarse de su maldad la complica de cobardía.  Ese conformismo negativo, tan presente en Carabineros de Chile a contar de 1.973, suele dar a sus hombres el bienestar de la servidumbre; solo virtudes pasivas, militantes, pueden decrecer la propia felicidad y multiplicar la ajena.

 

Obediencia NO ES BONDAD. La excesiva domesticación paraliza en el hombre las más loables inclinaciones, cierra a la personalidad sus más originales posibilidades.  El respeto a los convencionalismos injustos corrompe la conciencia moral y convierte a cada uno en cómplice de todos. Los caracteres débiles acaban obrando mal por no contrariar la maldad de los demás.

 

Es perpetua lucha obrar bien entre malvados.  Sería fácil proceder conforme a la propia conciencia si la común hipocresía no conspirase contra el hombre recto, tentándole de cien maneras para conseguir su complicidad en el mal.  La mayor vigilancia es pequeña contra las redes invisibles tendidas en todas partes por lo intereses creados.

 

Es despreciable el juicio de los malos, aunque ellos sean los más.  El bueno es juez de sí mismo y se siente mejor cuanto más grande es la hostilidad que le rodea; sabe que cada gesto suyo es un reproche a los que no podrían imitarle.  Los hombres de conciencia turbia temen la amistad de los caracteres rectilíneos; huyen de ellos, como las alimañas de la luz.  La bondad activa reacciona sembrando tantos bienes que al fin los malos se avergüenzan de sí mismos.

 

"La bondad no es norma, sino acción".  Un acto bueno es moralidad viva (no es bueno ni es un acto si no es voluntario, por tanto NO remunerado) y vale más que cualquier agatología muerta (denuevo los dejé metidos).  El que obra bien traza un sendero que muchos pueden seguir; el que dice bien no puede encaminar a otros si obra mal.  La humanidad debe más a los mudos ejemplos de los santos hombres que a los sutiles razonamientos de los sofistas.

 

Si la bondad no está en la conducta y en los actos, sobra en las opiniones.  El hombre puede ser bueno sin el sostén de teorías filosóficas o de mandamientos religiosos; que son estériles patrañas en los doctores sin austeridad.  Ninguna confianza merece las buenas palabras de los que ejecutan malas acciones; solo puede prescribir celo moral a los demás el que renuncia a pedir indulgencia para sí mismo.

 

El hombre puede "abuenarse" adquiriendo hábitos que le orienten hacia alguna virtud; el largo camino sin desvíos ni término, hay que emprenderlo precozmente para acendrar (depurar) la personalidad, sembrando en la conciencia el pudor de las malas acciones.  El bueno se mejora al serlo, pues cada acto suyo marca una victoria sobre la tentación del mal; y mejora a los demás, educando con la inobjetable lógica del ejemplo.

 

Si generosa de favores ha sido con él la naturaleza, más obligado está el hombre a vivir de manera transparente; es justo que la exigencia del bien sea inflexible para con los que descuellan (elevan), porque su mal obrar tiene más grave trascendencia.

 

ATENCION: El que se encumbra está obligado a servir de modelo, sin que el exceso de ingenio pueda justificar la más leve infracción moral; cuanto más expectable es la posición de un hombre en la sociedad tanto más imperativos se tornan sus deberes para con ella.

 

"Donde disminuye la injusticia aumenta la bondad".  Hay hombres irremediablemente malos, la historia reciente de Carabineros de Chile, está plagada de esos malos ejemplos iban para buenos camuflándose en la manada, pero el 11 de septiembre de 1973 se les gatilló su gen "sof-3", felizmente son una ínfima minoría; los más, obran mal compelidos a ello por una supuesta injusticia de la sociedad.  El espectáculo de vicios reverenciados y de virtudes encarnecidas perturba la conciencia moral de la mayoría, haciéndole preferir el camino del rango al del mérito.

 

En una sociedad organizada sin justicia no resulta evidente que la conducta buena es de preferir siempre a la mala, pues lo refutan a menudo los beneficios inmediatos de la segunda.

 

Combatir la injusticia es la manera eficaz de capacitar a los hombres para el bien; ser bueno sería más fácil, y aun menos peligroso, cuando en todos los corazones vibrase la esperanza de que la bondad será alentada, no encontrando el mal atmósfera propicia.  Se puede entrenando, cultivar la bondad donde existe, lo que está haciendo este autor, sembrándola donde falta.  Aunque el resultado inmediato fuera ilusorio, el esfuerzo de cada uno para "abuenarse" podría disminuir los obstáculos que dificultan el advenimiento de una justicia cada vez menos imperfecta.  La ilusión misma es una fuerza moral y sentirse más bueno es mejorarse.

 

Con la bondad aumenta la propia dicha; el que no es bueno no puede creerse feliz, aunque de vez en cuando se ría  y utilice las compras compulsivas que le permiten la situación económica que le da la misma maldad como terapia.

 

Pero es necesaria la bondad de todos para que sea completa la felicidad de cada uno, pues el que soporta la maldad ajena, aunque no sea responsable directo de ella, está condenado a sacrificarle alguna parte de su dicha.  El problema individual de cada conducta está implícito en el de la ética social, en cuanto la bondad se desenvuelve en función de la justicia.

 

Cuando la policía comete actos injustos, aunque sean legales, está fuera la ética profesional y carece de la fuerza moral.

 

"La moralidad se renueva con la experiencia social".  No se ciñe a principios quiméricos que pudieran suponerse demostrados una vez para siempre, pues en cada tiempo y lugar se coordinan diversamente las relaciones entre los hombres.  Los criterios de obligación y sanción se vivifican sin cesar, regulando la adaptación del individuo a la sociedad y de ésta a la naturaleza, en un ritmo que varía a compás de la experiencia.

 

Una ética nueva no es una serie de normas originales, sino una nueva actitud frente a los problemas de la vida humana; determinar lo que puede hacer el hombre para su elevación moral, por cuáles medios, en qué medida, es más útil que teorizar sobre deberes imposibles y finalidades extrahumanas.

 

El eticismo afirma la preeminencia de los intereses morales en la vida social, prescindiendo de cualquier limitación tradicionalista o dogmática, pues la ética es un proceso activo que crea valores adecuados a cada ambiente en cada momento.  Ningún viejo catálogo de moralidad contiene preceptos universales o inmutables; sus cuerpos de mandamientos y sus sistemas de doctrinas solo expresan el interés de castas que pretenderán prolongar su influjo en el tiempo o dilatarlo en el espacio.  Síndrome que afecta a los Oficiales de Carabineros a contar de los 20 años de antigüedad.

 

El sentimiento de una obligación moral no es categoría lógica ni mandamiento divino, existe como producto de la convivencia y engendra sanciones efectivas en la conciencia social.  La vida en común exige la aceptación del deber por cada individuo y el respeto de los derechos por toda la sociedad; en la medida en que se armonizan lo individual y lo social, condicionándoseles recíprocamente la solidaridad reemplaza al antagonismo y la cooperación a la lucha, que es exactamente lo que le falta a la economía de libre mercado para transformarse en economía social de mercado.

 

En toda realidad social, según su coeficiente de experiencia, se elaboran ideales éticos que son hipótesis de futura perfección y difieren sin cesar de los que han servido en sociedades ya decaídas.  Las experiencias de los pueblos europeos son valederas en Chile como punto de referencia solo, no se pueden aplicar tajantemente, no debería un europeo entonces venir a dirigir nuestros comportamientos sociales, solo a explicar como se comportan ellos.  Lo mismo pasa en Carabineros, es imposible que su mismo personal sobre todo el más antiguo detecte sus errores y defectos, simplemente porque él es parte de ellos, de los defectos; está contaminado y comprometido.

 

Cada era, cada raza, cada generación, concibe diversamente las condiciones de la vida social y renueva en consecuencia los valores morales, por tanto la formación capacitación y perfeccionamiento de los futuros Oficiales policiales será externa totalmente, tanto los planes y programas, la malla curricular y los docentes, incluso la mayoría de las clase se realizarán en establecimientos universitarios y técnicos, conjuntamente y mezclados con estudiantes civiles.  En la actualidad los formadores e instructores son seleccionados precisamente por ser y constituir verdaderos discípulos continuistas de los errores morales y legales cada vez más frecuentes, siendo seleccionados por valores subjetivos, como la presentación personal, la talla, las notas brujas, las vinculaciones familiares, etc. etc., todo lo que se contradice con la capacidad operativo-profesional misma.

 

"Los dogmas son obstáculos al perfeccionamiento moral".  Los hombres de cada época adaptan su personalidad a relaciones sociales que incesantemente se renuevan.  Asisten primero a la formación del bien en mal, porque es lo más fácil, luego el mal en bien, porque es lo más difícil; la moralidad y la inmoralidad son muy distintas en la Ilíada, en la Biblia y en el Corán.  Frente a esta inestable realidad, es absurdo concebir la permanencia de dogmas abstractos que se pretendan eternos y absolutos.

 

Los intereses morales de la humanidad son hoy muy diversos de los que inspiraron las éticas clásicas, compuestas de cánones muertos cuya función normativa se ha extinguido con el tiempo. Hoy no es ayer, ni mañana será hoy; no es admisible para un individuo culto e inteligente, que fórmulas legítimas en algún momento del pasado puedan considerarse intransmutables en todo el infinito porvenir, incluso, en Chile lo que pareció ético entre 1973 y 1990, es exactamente lo contrario hoy el año 2.000.  Los dogmáticos tradicionales son grillos que en vano pretenden paralizar la eterna renovación de los deberes y de los derechos.

 

La moralidad es SAVIA VERDE que circula en las sociedades, condicionando la actividad recíproca de los individuos, sin cristalizarse en formularios, ni ajustarse a sentencias que limitan su devenir.  El arquetipo ideal de conducta se integra a través de experiencias inagotables que transmutan los juicios de valor, fundando la obligación y la sanción en cimientos adecuados a la cultura de cada sociedad.

 

No se piense por esto, que renovar los valores morales implica arrevesarlos, considerando bien todo lo que antes fuera mal y viceversa; tan desatinada interpretación, que intimida a los mismos tradicionalistas que la inventan, solo denuncia incomprensión, no siempre involuntaria.  Es esta la raíz del totalitarismo a través de cauces obsesivos.

 

Podar un árbol no es abatirlo ni cortar sus raíces; si no despojarlo del seco ramaje que floreció en la estación anterior y ya estorba a su retoñar en la siguiente.

 

Cada revisión de valores equivale a una poda del árbol de la experiencia moral, duradero como la humanidad, pero cambiante como las sociedades humana.

 

"En cada renovación aparecen gérmenes de nueva moralidad".  De tiempo en tiempo el contenido de la realidad social rompe los moldes formales de las instituciones, como la granada madura agrieta su corteza y muestra sus granos vitales por la roja herida, en esta situación se encuentra hoy 27 de abril de año 2000 Carabineros de Chile.  Al transformarse las relaciones entre los individuos y su sociedad, va acentuándose la ineficacia normativa de la moral precedente y se produce una decadencia.  Es vano esperar que ésta pueda remediarse apuntalando los preceptos que la engendraron.  Los hombres nunca descubrieron en el pasado antídotos eficaces contra los males presentes; las normas viejas no pueden regular las funciones de la vida nueva.

 

Cada hombre joven debe buscar en torno suyo los elementos de renovación que incesantemente germinan, cultivándolos en sí mismos, alentándolos en los demás.  La voluntad de vivir en continua ascensión y la energía para perseverar en el esfuerzo, exigen confianza en la dignidad propia y en la justicia social; quien logra fiar en ellas no necesita apoyarse en dogmatismos providenciales ni en preceptivas metafísicas.

 

La juventud es, de todas, la fuerza renovadora más digna de confianza; los hombres maduros son árboles torcidos que difícilmente se enderezan y los ancianos no podrían destorcerse sin morir.  Cada nueva generación contiene gérmenes de perfeccionamiento moral; guay (­Ay!) de los pueblos en que los viejos logren ahogar en la juventud los ideales y rebeldías que son presagio de renovación ulterior.  Los que afirman la peremnidad del orden moral presente, conspiran contra su posible perfeccionamiento futuro.

 

"La creencias colectivas se idealizan en función de la cultura".  En forma directamente proporcional, más ignorante, más idealismo, más fanatismo, más obsesión.

 

La honda emoción del hombre ante los misterios de la naturaleza dio origen a sentimientos religiosos, más tarde puestos al servicio del legítimo anhelo de la perfección moral; aquella emoción y este anhelo, consolidados en muchos milenios de experiencia, parecen destinados a persistir en la humanidad, aunque  variando de contenido y de forma.  A medida que aumenta la cultura se plasman y extinguen los mitos, nacen, mueren dogmas, se organizan y disgregan iglesias.  La emoción ante el misterio aspira a depurarse de su contenido supersticioso, el anhelo de perfección moral se eleva a voluntad de ser mejor y de vivir entre hombres mejores; el sentimiento religioso, al idealizarse, conviértese en puro amor, en pura idolatría al deber, a la justicia, a la belleza, a la verdad.

 

Convirtiendo en función colectiva ese sentimiento, organizándolo, las religiones han tenido en su comienzo un fin ético y han sido fuerzas eficientes de cohesión social, sin que a ello fuera obstáculo sus inevitables quimeras, debidas a la falsa explicación de lo desconocido por lo sobrenatural.

 

Solo más tarde, al constituirse en iglesias y ejercitar un poder temporal, han adquirido una estructura política y antepuesto los intereses materiales al fervor sentimental de sus orígenes. Al misticismo, rebeldía que afiebra las horas iniciales, ha seguido en las religiones el dogmatismo, osificación que apuntaba intereses creados.  Mientras los apóstoles creen recibir revelaciones y las narran en sus textos, los teólogos razonan para interpretar lo que no siempre creen y adaptarlo a las conveniencias de sus iglesias.

 

Frente a las religiones que envejecen y se materializan, el sentimiento místico sigue engendrando subjetivas herejías, que puede el tiempo convertir en nuevas religiones; las actuales han sido heréticas (herejes) de las precedentes el cristianismo, del judaísmo, el protestantismo del catolicismo, el unitarismo, del protestantismo etc.  etc..  En cada tiempo y lugar la herejía de los místicos ha sido un factor de progreso moral, ora desacatando los dogmas de las iglesias decadentes, ora afirmando la posibilidad de orientar el sentimiento hacia ideales menos imperfectos.

 

En el devenir multisecular los pueblos se han apartado gradualmente de sus primitivas supersticiones, humanizando sus creencias y adaptando las condiciones sin cesar renovadas de la  vida social.  A esto responde que el Papa Juan Pablo II, diga ahora que el cielo y el infierno no existen, que son estados de sensaciones personales y más recientemente que reconoce que el catolicismo mandó a asesinar miles de personas para imponer sus ideas y que el Papa Pio XII, se confabulo con Adolf Hitler para exterminar al pueblo judío y muchas otras modificaciones a sus dogmas con el fin de hacerse más creíbles, dado al desmesurado avance de otras creencias en todo el mundo.

 

Los dogmas de las iglesias pueden considerarse tanto menos adecuados a los fines éticos cuanto más divino y sobrenatural se pretende su origen, pues el mejoramiento de la moralidad efectiva, solo es posible en los límites de lo humano y lo natural.

 

"La moralidad está en razón inversa de la superstición".  Las religiones más supersticiosas son las menos morales, pues más atienden a la materialidad de las ceremonias que al contenido ético de la conducta.  Lo mismo ocurre entre los adeptos de cada religión; la masa ignorante posee menos moralidad que las minorías cultas.

 

En todas las actividades sociales modernas de fines del siglo XX, el menos capaz, él con menos mérito, él más depresivo, recurre a la superstición que excluye la primacía moral; son valores antiéticos.  Demás está decir lo inconveniente que es para la sociedad toda la agrupación de estas personas que necesitan aferrarse a algo para poder tener una vida más o menos digna; pero es aun peor para ellos porque la experiencia ha demostrado que son víctimas fáciles de embaucadores, falsos profetas, iluminados y todo tipo de delincuentes, que hacen de esta situación de indefensión social su forma de vida, ya que como decíamos anteriormente, solo se persigue la materialidad, tanto de las víctimas, que pretender por este medio mejorarse socialmente, como del delincuente embaucador.

 

Como decíamos anteriormente en Carabineros como actividad profesional es donde más se nota la modificación de sus costumbres religiosas, donde la mayoría era Católico no participante o no activo, se han equilibrado en cantidad con los evangélicos, testigos de Jehová, mormones, y otros.

 

Los elementos naturales del sentimiento religioso son permanentes.  La emoción ante lo incomprendido suele sobrevivir a la pérdida de las creencias ancestrales, engendrando formas superiores de misticismo, desmaterializada supuestamente.

 

Un dulce éxtasis optimista puede embargar a los que contemplan las armonías siderales, a los que buscan el unísono entre la mente humana y el infinito que le rodea a los que ansían aumentar la felicidad entre los hombres.  Las formas estéticas, morales, metafísicas o sociales del misticismo, son transmutaciones superiores del sentimiento religioso, libres de superstición y de dogmas.

 

El valor ético de la religiosidad no ha sido privilegio de ninguna iglesia determinada y las más bellas virtudes humanas no fueron gracia particular de cualquiera de los dioses.  Todas las creencias, alguna vez, inspiraron nobles ejemplos de conducta, que constituyen un patrimonio moral común a toda la humanidad.

 

Los pueblos que veneran más dioses o los han venerado, no son los que practican o han practicado más virtudes.  Solo después de adorar, astros, animales, héroes, imágenes, aprende el hombre a elevar su veneración hasta ideales éticos.  Es por ello que los miembros de la FF.AA. en Chile y fundamentalmente en Carabineros, que es el caso que nos reúne, cuando estos hombres, veneran supuestos ídolos generados a la fuerza o por la ignorancia y falta de valor de los seguidores, es doblemente difícil que se eleven a venerar ideales éticos, en su reemplazo, es que caen embaucados por el afán de consuelo.

 

En todas las religiones la abundancia de ofrendas y la crueldad de los sacrificios es signo de superstición, no de moralidad, exactamente lo contrario; las iglesias que manejan las unas y reglamentan los otros, son empresas en que la administración de los intereses temporales ha relegado a segundo plano las finalidades éticas.

 

"La fe es pasión de servir a un ideal".  Es eterna y eternamente se renueva, porque no implica una creencia particular sino un estado de conciencia que puede coexistir con todas.  Es por ello que las religiones son totalitarias, absorsivas e intolerantes con las otras religiones, en la práctica es el temor a que se puedan esfumar sus "clientes".

 

Nos referimos a iglesia, como un conjunto de personas de cualquier credo; en Chile, es costumbre llamar iglesia a la capilla, el templo, la basílica, etc. lo que es un error.

 

Los que aman apasionadamente un ideal demuestran fe si lo predican con firmeza o lo defienden con heroísmo.  Es por ello, las procesiones y las prédicas públicas.

 

La fe de los místicos es una fuerza para la acción, pero no es un método para llegar al conocimiento de la verdad.  Un estado de ánimo que impulsa a creer apasionadamente es útil para obrar, pero como pasión SE PERTURBA EL JUICIO, excluye la crítica y cristaliza la creencia, no es instrumento adecuado para investigar, sobre todo porque la historia ha demostrado que las agrupaciones religiosas, como las agrupaciones gremiales o profesionales, benefician ostensiblemente el espíritu de cuerpo, siempre en perjuicio de la ética y la moral y por tanto en contra de la verdad.  Porque, además el hombre ancestralmente y en su instinto animal se agrupa por protección y para ir de caza, como depredador, nunca para beneficiar a otro, siempre para beneficiarse, no importando el medio.

 

Por muchos senderos puede marcharse con igual fe, aunque persiguiendo distintos objetivos.  No obra la fe de igual modo cuando adhiere a supersticiones muertas y cuando entusiasma por ideales vivos.  Su intensidad puede ser la misma al servicio de la verdad o del error, pero obviamente, no son iguales sus resultados; ora sostienen un pasado que se derrumba, ora construyen un porvenir que deviene.

 

El sentimiento religioso expurgado de las supersticiones ancestrales, podrá convertirse, en hombres más cultos, en una pura aspiración moral que no contradiga a las verdades de su tiempo; perfeccionándose en función de las experiencias, inspirará el deseo de obrar moralmente, dignificando la vida individual y social.

 

Llegara el momento en que los hombres mejores no busquen la complicidad de utilitarios dioses, acaso inventados para consuelo de las víctimas o para la justificación de los verdugos; la fe acentuará entonces, las fuerzas morales que le impongan buscar en la sabiduría las FUENTES insecables del deber y de la responsabilidad.

 

Y cuando un hábito de siglos les haga mirar a los alto, verán que un cóndor, el ideal, tiende sin cesar las alas hacia una estrella, sin alcanzarla nunca.

 

La fe sobrevivirá a todas las supersticiones, compeliendo al hombre hacia la perfección moral que es infinita.

 

Entonces, ¿Por qué Agnóstico?.

 

La fisiología es la ciencia de los fenómenos que ocurren entre los seres vivientes.  A pesar de su claridad esta definición, impone la necesidad de explicar los principales términos que contiene.

 

Procuremos, pues, dilucidar los siguientes puntos

 

1. -Qué es un fenómeno.

 

2. -Cuáles son los fenómenos que ocurren entre los seres vivientes

 

3. -Qué es una ciencia.

 

1. -Fenómeno, es toda apariencia o manifestación que está bajo los sentidos.  Pero ¿Qué es lo que cae bajo los sentidos? o mejor ¿qué podemos conocer por los sentidos?.

 

La naturaleza sobre la tierra se compone de cuerpos inanimados o brutos y seres vivientes.  Los cuerpos brutos están constituidos por materia, forma y energía, íntimamente unidas; así el hidrógeno, el oxígeno, el cabón, el fierro, la madera, el azúcar, el agua, etc. están compuestos no solo de materia sino que también de energía.

 

La materia es el elemento inerte; nos da la noción de extensión y la de cantidad o masa de los cuerpos.

 

La energía es el elemento activo de la naturaleza animada; nos da la noción de intensidad, pero no posee ni extensión ni masa.

 

La materia y la energía están sometidas a ciertas leyes, de las cuales la más importante es conocida con el nombre de: principio de conservación de la energía...:

 

"Nada se crea, nada se pierde".  Todo lo que pasa en la naturaleza, en la tierra y en los sistemas y galaxias más remotas, no es sino una mutación de materia y de energía.

 

Cuando 12 Grms. de carbono y 32 grms. de oxígeno se combinan para dar nacimiento a 44 grms. de ácido carbónico, la cantidad permanece la misma (44 grms), pero la energía contenida en esos dos cuerpos, hasta entonces latente y potencial, aparece, por lo menos, en parte bajo la forma de luz y calor y medida en el "calorímetro", da 97,6 calorías.

 

Aplicado a una cierta cantidad de agua líquida el calor da nacimiento a una fuerza, que separa las moléculas de aquella y la convierte en "vapor de agua".  Esta fuerza o tensión del vapor es transformada en ciertas máquinas (locomotivas, dinamos, etc,) sea en fuerza motriz, sea en electricidad, las cuales a su turno, pueden ser convertidas en calor, en luz, en magnetismo, etc. Las cosas suceden como si hubiera un agente único (la energía) que revistiera sucesivamente variados aspectos (formas de energía).

 

Estas formas de energía, nacen la una de la otra y pueden volver, sin pérdidas de intensidad, a su forma inicial.  Se dice que son equivalentes.

 

Esta disgresión nos ha permitido arrojar una mirada sobre los elementos de la naturaleza inanimada.

 

Volvamos ahora a la cuestión inicial: ¿Qué podemos conocer por los sentidos?; ¿Para qué nos sirven?.

 

Los sentidos nos ponen en relación con el mundo externo por medio de órganos especiales, formados todos ellos con arreglo a un tipo único...:

 

Una célula situada en la periferia; Una célula situada en el centro y células intermedias que las unen.

 

La célula periférica recibe la impresión que viene de afuera y la transforma en influjo nervioso, que las células intermedias transmiten a la célula central.

 

Estas consideraciones bastan para demostrar que los sentidos no pueden ser impresionados sino por la energía, porque solo la energía puede ser cambiada en influjo nervioso, que no es en suma sino una forma de energía y puede ser transmitida así de la periferia al centro.  La energía es pues, el objeto común de nuestros sentidos, según sea uno u otro el sentido que impresione, decimos que estamos en presencia de una u otra de sus formas.

 

Así percibida por la vista la energía es designada con el nombre de luz o energía óptica; percibida por el sentido térmico es llamada calor o energía térmica, y estas dos formas de la energía, calor y luz, por nombrar algunas de las más básicas, parecen no ser en realidad más de dos grados diferentes de intensidad de una sola misma especie de energía, la energía eléctrica.  El tacto percibe la fuerza de resistencia; el oído percibe el sonido que son la sensación producida por la variación en la presión de aire; el gusto y el olfato, en fin son estimulados por la energía química.

 

Los sentidos aplicados a los instrumentos modernos son los medios de que dispone en la actualidad el hombre para estudiar la naturaleza, ahora bien, la imperfección de tales medios es innegable.

 

Desde luego los sentidos no son impresionados por todas las formas de energía; no poseemos sentidos especiales para la electricidad, para el magnetismo, los cuales solo podemos percibirlos transformados en energía óptica, térmica o mecánica.

 

Las mismas nociones de la energía adquiridas directamente por los sentidos no son perfectas. Así, no podemos ver los objetos muy pequeños o muy alejados o bien aquellos que pasan muy rápidamente delante de nuestros ojos.

 

Por el sentido térmico no podemos percibir las diferencias de temperatura sino hasta cierto grado bajo la temperatura de nuestro cuerpo o sobre ella.  Del mismo modo el oído no es impresionado por toda vibración del aire a las que sobrepasan un determinado ritmo o frecuencia o no llegan a él.  El tacto nos da nociones muy poco precisas sobre la energía mecánica.  En fin, el gusto y el olfato son medios de análisis químicos muy rudimentarios.

 

Por lo demás el hombre trata de ensanchar artificialmente el campo de investigación de sus sentidos, El microscopio, el telescopio, el termómetro, el teléfono, el método gráfico no hacen sino ampliar un poco los límites de acción de los sentidos.

 

Acción y reacción- causa efecto: esta es la vida.

 

Pero si tenemos sentidos para percibir ciertas formas de la energía, con todos los avances que nos ha dado la tecnología, no tenemos ninguno que perciba la materia, la cual no podemos conocer sino indirectamente, debido a constituir a su propiedad de constituir el substratum de la energía y emitirla bajo las diversas formas sensibles: luz, calor, fuerza mecánica, etc...  Así yo no percibo la materia de ese papel, pero si las radiaciones ópticas que refleja, ni la materia de la madera del cortaplumas, sino la fuerza de resistencia que opone a mi mano.

 

Aun más, si bien, gracias a los sentidos percibimos directamente la existencia de la energía e indirectamente la existencia de la materia, la ESENCIA, de estos dos elementos de la naturaleza permanece para nosotros inaccesible.  No sabemos, ni sabremos jamas, que es la materia ni que es la energía.

 

Hemos dicho que fenómeno es aquello que cae bajo nuestros sentidos.  Podemos agregar ahora, que un fenómeno es un hecho, un acto que se desprende de la energía en forma capaz de impresionar a nuestros sentidos.

 

Los fenómenos de la materia inanimada son las mutaciones de energía y de materia de los cuerpos brutos, percibidas por nuestros sentidos.

 

Pero:  ¿Qué debemos entender por fenómenos vitales o fenómenos propios de los seres vivos?.

 

Todo ser viviente tiene un cuerpo compuesto de materia y de energía.

 

El análisis químico elemental nos muestra que este cuerpo está formado por un pequeño numero de elementos, entre los cuales, los más importantes son: el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el azufre, el fósforo, el calcio, el magnesio y el fierro.

 

Estos elementos aparecen combinados en ciertas proporciones y forman una substancia compleja, el protoplasma y el bioplasma, que existe en todos los seres vivientes y que solo se encuentra en los seres vivientes.

 

El bioplasma constituye, por así decirlo, el substratum, de la vida, tal como la materia constituye el substratum de la energía.

 

Pero, así como un trozo de mármol no constituye una estatua, así una partícula aislada de protoplasma no constituye un ser viviente.

 

 

         En efecto, uno de los principales caracteres de los seres vivientes es la forma, y su elemento morfológico es la célula o plastina.  Para que el protoplasma pueda vivir, es menester que exista bajo la forma de célula.  Ciertos seres vivientes están formados de una sola célula, otros son pluricelulares y en este caso las células aparecen diferenciadas y reunidas para construir diversos órganos.

 

         Para que los fenómenos vitales puedan manifestarse en el ser vivo y en general en toda célula, deben ser colocados en un medio que llene ciertas condiciones, es decir, en un medio que contenga la materia y la energía bajo una cierta forma y en determinadas proporciones.

 

         Así el medio ambiente en que vive una célula debe contener ciertas substancias nitrogenadas, hidrocarbonadas, en la actualidad se les llama carbohidratos, grasas, minerales, debe contener agua y oxígeno y debe finalmente tener un determinado grado de temperatura, de luz y de presión.

 

         Cuando estas condiciones no se realizan la vida es imposible, un ser viviente colocado en un medio tal, muere.  Lo mismo le pasará a las organizaciones y a las actividades sociales, se iniciarán y acabarán bajo el mismo principio natural.

 

         A veces, sin embargo la vida persiste, pero no aparente (vida latente o potencial); privado de agua un grano de trigo puede permanecer inerte durante centenas de años, para enseguida manifestar su vida desde que encuentra condiciones favorables.

 

         En consecuencia, una organización especial y un medio conveniente son las condiciones indispensables para la manifestación de los fenómenos vitales.

         Cuando estas condiciones se realizan, la investigación de los sentidos, dirigida sobre un ser viviente, nos permite constatar los siguientes hechos...:

 

A.- Los seres dotados de vida, en presencia de las substancias químicas contenidas en el medio exterior (nitrogenadas, hidrocarbonadas, etc.) las liquidifican (vuelven líquidos), si son sólidas, las incorporan y las asimilan, es decir las transforman en substancias idénticas a las que entran en la constitución de su propio cuerpo.

 

Una parte de las substancias alimenticias es absorbida y almacenada en forma de reserva, destinada a ser aprovechada más tarde, la otra es elaborada y transformada en protoplasma.

 

Estos diversos actos que son designados bajo el nombre de funciones de nutrición, se observan con algunas variantes EN TODOS los seres vivos.

 

B.- Los seres vivientes son impresionados por la energía exterior.  Sometidos a la acción de la energía mecánica a radiaciones luminosas o calóricas de cierta intensidad, o bien a una corriente eléctrica, reaccionan por un movimiento, por un desprendimiento de calor, de luz, de electricidad, por una secreción glandular, y al mismo tiempo emiten al medio ambiente, ácido carbónico, agua y substancias nitrogenadas como la urea.

 

En otros términos, el ser viviente, bajo la influencia de diversas formas de energía exterior, pone en libertad, actualiza, una parte más o menos considerable de la energía contenida en su substancia.  Al mismo tiempo una parte de esa substancia se degrada, es decir, es transformada en otra substancia, cuya energía potencial es más débil y que, convertida en inútil, es eliminada.  Estos actos conocidos bajo el nombre de funciones de relación, se observan en todos los seres vivos.

 

Estos hechos, estas funciones de nutrición y de relación constituyen los fenómenos vitales.

 

Ahora bien, estos fenómenos vitales no son sino mutaciones de energía y de materia; son en  consecuencia idénticos en su esencia a los fenómenos de la naturaleza inanimada.

 

Pero difieren de ellos porque están coordinados y se producen en vista de un fin determinado; LA CONSERVACION DEL INDIVIDUO VIVO.

 

La idea de finalidad, de armonía, de adaptación de medios a un fin preciso, caracteriza los fenómenos vitales.

 

Por otra parte, esos fenómenos son generalmente designados con el nombre de función (functis, de fungi, cumplir, descargarse) palabra cuya significación etimológica es: cumplimiento de un cargo, de un fin de una obligación.

 

En las palabras precedentes he pretendido explicar lo más simplemente posible, los resultados de la observación del ser viviente, de todos los seres vivientes a través de la historia del hombre y su misma evolución, por algo, esta rama de las ciencias se llama Fisiología Filosófica, sustentada en parte por Darwin en la evolución de las especies.

 

Hemos llegado, espero así lo hayan entendido, a constatar que todos los actos morfológicos y todos sus fenómenos fisiológicos se realizan siempre en vista de un objetivo útil y que este carácter de finalidad constituye el rango distintivo de la vida.

 

Hemos hecho enseguida, el examen de las hipótesis que tienen la pretensión de explicar la vida y hemos mostrado que el "materialismo", como su complemento la "generación espontánea "y el auxiliar de esta, el "darwinismo", no son sistemas erróneos que nada tienen en común con la ciencia.

 

Pero no basta demoler; es preciso colocar al en el lugar de lo que se destruye.  Es lo que vamos a hacer ahora:

 

Lo que buscamos es descubrir la causa de la finalidad morfológica y fisiológica que existe en los seres vivos.

 

La finalidad vital debe evidentemente ser una causa, porque en la naturaleza, todo tiene su causa y toda causa tiene su efecto.

 

Ahora bien, la finalidad considerada en general, solo puede tener una de estas causas:

 

1. -O es efecto de una voluntad, es decir, de un agente que concibe el fin y dispone los medios para realizarlo.  Algo superior, por ejemplo un Dios, un Hacedor.

 

2. -O es efecto del azar, de la casualidad, es decir, de un conjunto de circunstancias cuyo encuentro y concurso no son requeridos y son espontáneos.  Teoría de Darwin.

 

Con todos los avances del hombre, aun no se descubre otras causas distintas a las anteriores.

 

¿A cuáles de estas dos categorías pertenece la causa de la finalidad vital?.

 

Una ligera referencia tenemos que hacerle a Darwin al tratar de la causa de la finalidad vital.

 

La negación brutal de las causas finales, muy sencillas para los químicos y físicos cuyos estudios se refieren únicamente al estudio de los cuerpos que llamamos brutos o puros y a los cadáveres, es decir a las cosas desprovistas de finalidad aparente e inmediata para los humanos - debería repugnar, sin embargo, NO a los naturalistas y científicos modernos, que a cada paso, encuentran medios coordinados y adaptados a sus fines

 

Pero para ciertos naturalistas, se trataba antes que todo de salvar el "dogma materialista"; era preciso que, -en la posibilidad de negar la finalidad biológica, incompatible con el dogma, se buscase como atenuar su importancia, haciendo creer a la gente, que en realidad los seres vivos no representan sino una apariencia de finalidad, que resulta de causas puramente mecánicas, que es en efecto el azar, de la casualidad.

 

La hipótesis darwinista respondía a la perfección, a ese desiderátum y tal es la explicación de su celebridad y del favor merecido que goza aun hoy entre los otros naturalistas.

 

La doctrina darwinista (transformista- evolucionista) pretende que los seres vivos, están sometidos a una especie de selección, que reconoce tres factores principales, - por decirlo así mecánicos, -a saber: la variabilidad, la herencia y la lucha por la existencia.

 

La variabilidad produce modificaciones en los caracteres de los seres vivos, modificaciones de toda clase, ya indiferentes o bien útiles o dañinas para el individuo.  Según Darwin la variabilidad puede producir su efecto en cualquiera de los caracteres del ser dotado de vida (microorganismo- planta – animales – hombre - insecto, etc.) en direcciones indeterminadas y es ilimitada.

 

La herencia o atavismo hace que los seres vivientes transmitan a sus descendientes las modificaciones de los caracteres adquiridos por la variadas y la mezcla.  Según Darwin, la herencia perpetúa indefinidamente toda modificación de cualquiera de los caracteres.  (El perro siempre seguirá siendo perro, por mucho que evolucione).

 

La lucha por la vida tiene por objeto la exterminación de los seres, que, a consecuencia de la variabilidad han sufrido modificaciones inútiles o dañinas, de sus caracteres; no deja subsistir y perpetuarse más que a los seres cuyos caracteres se han modificado en un sentido útil.

 

El resultado de la colaboración de estos tres factores es la formación de seres que han tenido una organización cada vez más complicadas, - en otros términos, la formación de especies que se transforman las unas en las otras remontando progresivamente en la escala biológica.

 

Pero hay más: Los seres vivientes, gracias a las modificaciones útiles que se acumulan (porque también las hay inútiles) poco a poco en el curso de los tiempos, - modificaciones producidas por la variabilidad, transmitidas por la herencia, escogidas y fijadas por la lucha por la vida (que elimina todo lo que es inútil)- llegan finalmente a no poseer más que caracteres útiles y de tal suerte todos los actos y todos los fenómenos de estos seres PARECEN realizarse con la mira de un fin inmanente.

 

La finalidad vital no es, pues, una finalidad propiamente dicha, es decir - concebida, ideada, querida, sino solamente una apariencia de finalidad debida a la CASUALIDAD, al AZAR.

 

Esta hipótesis, seguida por la mayoría de los científicos más avanzados, por los principales intelectuales, líderes políticos y artistas, capaz de explicar la admirable armonía que reina en el mundo viviente, - sin necesidad de recurrir a la intervención de causas finales.- fue recibida por los materialistas con un entusiasmo indescriptible, porque venía a salvar su sistema de la caída que lo amenazaba.

 

El alto valor de la teoría de la selección de Darwin, consiste, como todo el mundo lo reconoce, en que explica la finalidad de la naturaleza orgánica por medio de principios puramente materiales y sin el auxilio de ninguna teología.

 

A este carácter es al que debe la teoría de la descendencia el ser hoy día generalmente aceptada en el mundo intelectual.  (De Vries, Teoría de las Mutaciones I, 1.901, pg.139; ver también L. Errera. Darwinismo, 2da edic. Bruselas, Lamertin, 1.904,pg.77.)

 

En realidad, creer que el darwinismo explica de un modo totalmente mecánico la finalidad suprimiéndola así del mundo viviente, es una pura ilusión.  En efecto, la variabilidad de los caracteres y la herencia suponen la existencia previa de una organización primordial y de la reproducción cuya finalidad indiscutible permanece inexplicada.

 

La observación prolongada durante muchos años, constata que el hombre permanece hombre, el árbol, árbol; la encima, encima; la mosca, mosca; etc.- en otros términos, que las especies sí son fijas.

 

Darwin pretende por el contrario, que las especies no son fijas, que se transforman las unas en las otras.

 

Para que tal hipótesis pudiera ser admitida en la ciencia, sería preciso, ante todo, que fuera probada.

Ahora bien, al hacer el examen crítico del darwinismo, hemos demostrado que Darwin no presenta ningún hecho que demuestre de una manera evidente, la transformación ni siquiera de una especie actual.

 

Hemos establecido igualmente, con pruebas palpables que contrariamente a lo afirmado por Darwin, en la naturaleza no se produce la variabilidad ilimitada de cualquiera de los caracteres del ser viviente, ni la transmisión hereditaria definitiva de toda modificación adquirida.

 

Hemos, en fin probado que, sin la ayuda de esos factores, la lucha por la existencia no puede efectuar la selección natural.  Y en efecto, la observación seria de los hechos demuestra que la lucha por la vida impide la alteración y degradación del tipo específico y constituye la principal causa de la fijación de las especies, en lugar de serlo de su transformación.

 

La selección imaginada por Darwin, no existe en realidad.  En consecuencia la explicación mecánica de la finalidad vital, edificada sobre un cimiento ficticio, tiene un valor igual a cero.

 

La crítica del darwinismo que nos ha permitido arrojar esa doctrina fuera de la ciencia, nos ha dado pues, al mismo tiempo, una respuesta al problema que nos preocupa.

 

De esta discusión que ha demostrado el vacío de los esfuerzos de los darwinistas, se produce de una manera indiscutible que la finalidad vital no es un efecto de la casualidad del azar.  Y como una finalidad no puede ser sino, o fortuita o producto de una voluntad, no siendo lo primero, la finalidad vital debe ser querida.

 

En otros términos, la finalidad vital reconoce por causa un agente que ha concebido un fin morfológico y fisiológico del ser viviente y que coordina los medios para que llegue a ese fin

 

Ensayemos dar una noción precisa de lo que es un agente de la finalidad vital; noción que una lógica rigurosa impone a nuestro espíritu.

 

Para traer un poco de luz a una cuestión tan obscura, -y sobre todo para no extraviarnos por caminos extracientíficos, - tomemos como punto de partida los hechos observables, de cuyo terreno no podemos separarnos jamás.

 

1. - La observación muestra que la finalidad de cada ser le es propia o inmanente (de in: en; y manere, pertenecer, morar), es decir, que todo lo que pasa en el ser tiene su término en el mismo ser, que mira solo a su propia utilidad y no a la de los demás seres, de ésta es más o menos independiente y aún a veces está en conflicto con ella.  Los ecologistas se preocupan de la convivencia armónica entre los seres vivos y el medio ambiente, igual los ambientalistas y otros grupos naturalistas que van ampliándose rápidamente, los activistas, de momento son la minoría.

 

En consecuencia, cada ser viviente posee en sí mismo el agente de la finalidad vital, agente que designaremos con el nombre de "ALMA", nombre consagrado por el uso de todas las épocas.

 

2. - La observación muestra que los hechos vitales de cada ser forman un conjunto armonioso donde todo concuerda y nada se contradice; esto nos conduce a admitir que la finalidad biológica es el efecto de un agente único para cada individuo.

 

El testimonio de la conciencia del hombre alega por lo demás en el mismo sentido, al atribuir todos los actos y todos los fenómenos vitales a un "YO" único.

 

3. - El agente de la finalidad vital no cae bajo la esfera de los sentidos.  Y como nuestros sentidos son impresionados solo por la energía física, se deduce de esto que este agente difiere por su naturaleza, de la energía física.

 

A fortiori, (id nuevamente al diccionario), difiere de la materia que es inerte (que no es un agente) y que, siendo substratum de la energía la emite en sus diversas formas.  Hemos explicado que el agente de la finalidad vital no puede ser ni la materia, ni la energía (que constituyen el cuerpo del ser) porque esos elementos no implican el atributo de la finalidad.

 

Se expresa esto diciendo que el ALMA es inmaterial.  La energía, la materia y el alma son los tres elementos constitutivos de la naturaleza.  Ahora bien, siendo imperecederas la materia y la energía, en virtud de la ley "nada se pierde, todo se transforma", es inverosímil que el alma haga excepción a la ley común; de allí la conclusión: el alma es igualmente imperecedera.  Es lo que se expresa diciendo: "el alma es inmortal".

 

En cada ser viviente, existe entonces, un alma única inmaterial, causa de la finalidad vital.

 

La impotencia de la Doctrina Materialista y de sus complementos, la Generación Espontánea y el Darwinismo, para explicar la finalidad vital, nos ha conducido a admitir que en cada ser viviente existe un ALMA, única e inmaterial.

 

Debemos agregar que la existencia del alma puede igualmente ser demostrada por la vía de la hipótesis.

 

Pero para que nuestras conclusiones sean irreprochables, sigamos el único procedimiento que emplean los sabios cuando quieren remontarse de los efectos a las causas, pues, como modelo e imitemos como ejemplo, el método que han empleado los físicos cuando se trataba de descubrir la causa de la propagación de la luz.

 

Para explicar la propagación de la luz, es decir, para determinar su causa eficiente, los físicos compararon desde luego este fenómeno al movimiento, al transporte de una bala de cañón.  Llegaron a la conclusión de que la fuente luminosa emite, en todas las direcciones y en línea recta, pequeños proyectiles, partículas de un fluido sutil, la luz, proyectiles cuyas trayectorias forman los rayos luminosos.

 

Tal es la hipótesis conocida en física bajo el nombre de la Teoría de la Emisión.

 

Como era imposible verificar, por la prueba y con contra- prueba experimentales, los sabios se contentaron con poner esta hipótesis en confrontación con los hechos de observación y la admitieron en la ciencia porque explicaba todos esos hechos de una manera satisfactoria.

 

Así, según la hipótesis de la Emisión, la reflexión de la luz no sería sino el rebote de los proyectiles luminosos, cuando llegan a encontrar un obstáculo, una superficie resistente.  Lo mismo, la refracción de la luz sería algo análoga al cambio de dirección que sufre una bala que atraviesa medios de diversa densidad, que, por ejemplo, pasa oblicuamente del aire al agua.

 

La teoría de la emisión parecería estar definitivamente afirmada, cuando se percibió que no podía dar cuenta de cierto fenómenos, tales como las franjas luminosas y la difracción, fenómenos con los cuales está en desacuerdo.

Esto bastó como para que llegara a ser considerada como sospechosa y se buscase como reemplazarla.

 

Los físicos buscaron entonces otro término de comparación sobre cual poder basar el razonamiento por analogía y lo encontraron en lo que pasa cuando se arroja una piedra en el agua tranquila de un lago: ondas concéntricas recorren la superficie del agua alejándose más y más del centro representado por punto donde la piedra tocó el líquido.

 

Se sacó la conclusión de que la propagación de la luz en análoga a la propagación de estas ondas.

 

Pero la propagación de estas ondas en la superficie del agua reconoce como causa las vibraciones de las moléculas de este líquido.  ¿Qué es lo que vibra en el caso de la propagación de la luz?.

 

Sabemos que la luz atraviesa los cuerpos sólidos (el vidrio) y los gaseosos (el aire); pero no son solo las vibraciones de las moléculas de estos cuerpos las que se propagan, porque atraviesan igualmente el vacío experimental y el de los espacios interplanetario e intergaláctico.

 

Los físicos se vieron obligados a imaginar un agente especial, - el éter físico, - cuya vibración sería la causa de la propagación de la luz.

 

Los físicos han llegado aun a apreciar las propiedades o atributos del éter y he aquí como han procedido para ello.  Han comparado el éter del agua, y después del control experimental, relativos a los efectos sensibles de estos agentes, han afirmado o negado para el éter las principales propiedades físicas del agua.

 

De esta manera han sido llevados  admitir que el éter constituye un medio continuo que baña todos los cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos y cada una de las moléculas y que además llena los espacios inteestelarios e intergalácticos y así mismo el vacío aéreo; que estén en medio es compuesto por moléculas capaces de vibrar, moléculas distintas a las de los cuerpos materiales, que es perfectamente elástico, que es imponderable y está uniformemente repartido en el universo.  Que no opone resistencia alguna al movimiento de los cuerpos celestes, en otros términos, que está desprovisto de densidad.

 

Tal es la hipótesis llamada de "la ondulación", hipótesis que explica todos los hechos de observación y que no está en contradicción con ninguno de ellos.

 

Sin embargo esta hipótesis no puede ser verificada directamente por la prueba y la contraprueba experimental.

 

Esto no ha impedido a los científicos investigadores, sabios y físicos introducirla en la ciencia y basar sobre ella la interpretación de los fenómenos de la naturaleza.

 

Para descubrir la causa de la propagaciónn de la luz y para definir el éter, los físicos han empleado el razonamiento por analogía, o más bien dicho, la hipótesis.

 

Apliquemos este método a la demostración de la existencia del alma; sigamos paso a paso el procedimiento de los hombres de ciencia; escojamos un término de comparación conveniente, un objeto que presente con el ser vivo, analogías reales cuya causa no sea conocida.  De esta causa podemos deducir la de la finalidad vital. -en la misma forma en que los físicos en que los físicos han deducido de la forma de propagación de las ondas del agua, el modo de la propagación de la luz.

Los materialistas han  comparado al ser viviente con los cuerpos brutos, con las piedras. Pero la piedra en nada se parece al ser vivo, en ella no hay rastros de finalidad morfológica o fisiológica, - y menos aun de conciencia.  La conclusión que han derivado, - por medio del razonamiento de analogía, -de la causa de una a la otra, ha sido forzosamente errónea.

 

Busquemos otro término de comparación que presente con el ser viviente analogías más íntimas.

 

Y bien, una máquina que funciona  se parece a un ser vivo, más que una piedra inerte.  En efecto, una máquina algo de parecido a la finalidad morfológica y fisiológica.  Está formada por órganos, que como los del ser viviente, están construidos y arreglados, siguiendo un plan concebido de antemano y en vista de un fin ulterior (finalidad morfológica).

 

Aun más, la máquina realiza fenómenos análogos a los de la nutrición (combustión del carbón, petróleo, gas, etc.) y a las funciones de relación (movimiento) de los seres dotados de vida, - y todos estos fenómenos están dirigidos a un fin determinado de antemano (finalidad fisiológica).

 

Es evidente pues, que el ser viviente semeja mucho más a una máquina que a una piedra.

 

Investigando la causa de una máquina como la descrita, podremos, gracias a un razonamiento por analogía, remontar a la causa de la verdadera máquina que es el ser vivo.

 

Ahora bien, toda la máquina supone un obrero constructor y conductor, que ha escogido los materiales, que los ha dispuesto, - siguiendo un plan preestablecido, - para formar los órganos y que dirige sus movimientos en vista de este fin.  Este obrero es la causa inmediata de la finalidad morfológica y fisiológica de la máquina.

 

Por analogía sacamos la conclusión de que el ser vivo debe tener, él también, un agente constructor y conductor, que construya los órganos del cuerpo, - siguiendo un plan preestablecido, - y presida a su funcionamiento, dirigiéndolo hacia un determinado fin.  Este agente es la causa inmediata de la finalidad morfológica y fisiológica del ser vivo.  A él es a quien hemos dado el nombre de alma, "ALMA".

 

El método experimental exige que toda hipótesis, - y el alma no tendría por qué ser la excepción a la regla, - sea confirmada por la prueba y por la contraprueba experimental, - o a lo menos que, en la imposibilidad de semejante demostración, explique todos los hechos y no esté en desacuerdo con ninguno de ellos.

 

Así, la hipótesis del éter - aunque no puede ser directamente demostrada por la prueba y la contra prueba experimental, - ha sido admitida en la ciencia porque llena esta última condición.

 

Lo mismo puede decirse de la hipótesis del alma.  En efecto, ella solo explica, de una manera satisfactoria el carácter de finalidad de los hechos vitales, morfológicos y fisiológicos.

 

Es el alma la que rige la división de las células, su diferenciación, su disposición en conformidad a un plan preestablecido, en vista de la formación de órganos de funciones especiales.  Que no se ejercerán sino más tarde.  Es el alma la que preside la evolución del ser y realiza su reproducción.

 

Es su ausencia la que constituye la muerte, es decir, el detenimiento definitivo de la evolución y la supresión de la finalidad vital, en el cuerpo que le servía de substratum y que en adelante vuelve a entrar en el dominio de la materia bruta.  Es todavía, el alma la que coordina los fenómenos vitales de nutrición y de relación en vista de un fin útil.  Ella, en fin, la que tiene por atributo la conciencia y es el agente de las maravillas que hemos estudiado bajo el nombre de instintos y de actos voluntarios.

 

Solo esta hipótesis nos permite comprender la imposibilidad de la generación espontánea y de la transformación de las especies, - imposibilidad demostrada por los hechos experimentales.

 

La hipótesis del ALMA, - bien que no probada directamente, - puesto que explica todos los hechos vitales y no está en contradicción con ninguno, reúne en forma satisfactoria las condiciones requeridas por la ciencia experimental.  Es, una teoría que puede ser introducida en la ciencia y de hecho lo es.

 

Se puede así mismo llegar a definir los atributos del alma por la vía de la hipótesis siguiendo el procedimiento empleado por los físicos para definir los atributos del éter, - procedimiento que consiste en una comparación seguida de una afirmación o negación, - después del control experimental.

 

Puede ser que haya entre nosotros los seres vivos espíritus positivos que, habituados a no ver sino las cosas concretas, experimenten todavía, a pesar de nuestra demostración, dificultad para admitir el alma que no puede percibirse por medio de los sentidos, - esperamos que se admiren de que en un ciencia experimental como la fisiología, se hable de agentes que no caen bajo el dominio de los sentidos.

 

A éstos, para acabar de convencerlos, me bastará recordarles que la física, ciencia experimental por excelencia, admite muchos elementos y agentes que, como el alma, escapa a los sentidos.  La materia es de ese número, como también el éter físico.

LA MORAL EN CARABINEROS DE CHILE COMO FACTOR DE INSEGURIDAD CIUDADANA CAP.3

 

         Si el alma no es percibida por los sentidos, esto prueba sencillamente que no es la energía física, porque, como lo hemos dicho, solo la energía física impresiona los sentidos.  En cuanto a las relaciones del alma con el cuerpo, es decir, con el protoplasma, no son más difíciles de definir que las que ligan a la energía con la materia.

 

         He aquí lo que, respecto al éter dice el gran físico Sir William Thomson (Lord Kelvin).  "Una cosa de que estamos ciertos, es la realidad y materialidad del éter luminoso."

 

         El Dr. Saveu H.  Edatam, de quien he tomado esta cita agrega, comentándola;  "los fundamentos lógicos de esta certidumbre son, en efecto, a lo menos tan poderosos para una inteligencia de este temple, como el testimonio de los sentidos, de los cuales, por lo demás se conoce los límites de penetración, la enfermedad y las alteraciones.  El éter no nos es revelado directamente por ningún sentido; lo es por los fenómenos para los cuales es factor necesario.  La hipótesis del éter no implica ninguna abdicación de parte de un espíritu científico y crítico".

 

         Esto es precisamente lo que afirmamos del alma, el alma no nos es revelada directamente por ningún sentido, lo es por los actos de los cuales es factor necesario.

 

         En lo que nos concierne, afirmamos alta y fuertemente que estamos tan ciertos de la existencia del alma, como de no importa cual de las verdades establecidas por la ciencia experimental.  Y esta no es una simple creencia sino una convicción profunda, adquirida científicamente.

 

         La ciencia, acabamos de verlo, demuestra la existencia del alma y define sus atributos.  Pero esto no quiere decir que se detenga en su camino. Siendo el conocimiento por las causas, debe preguntarse...:  ¿Cuál es la causa del alma?.

 

         Las almas de los seres vivos derivan evidentemente de las de sus padres que son, por así decirlo sus causas inmediatas.  Nos referimos a la carga genética.  Pero estas causas, no pueden ser, sino causas segundas, cuya serie no es ilimitada.

 

         Las almas de los hombres son creadas por y para cada individuo, para una causa primera que es la sociedad.

 

         En efecto, la vida no ha sido siempre posible sobre la tierra, pues, han comenzado a existir en un momento dado.  Ahora bien, como es absolutamente imposible que el alma sea efecto de la materia y de la energía.  (las almas, son de una esencia del todo diferente a la de la materia y la energía)- que, sobre la tierra, han preexistido, sin duda, - debemos concluir que ha habido en ese momento la intervención de una causa primera.

 

         La razón, apoyándose sobre el principio de la causalidad, "nada se hace sin causa y cada causa tiene su efecto" nos conduce necesariamente, a la noción de la existencia de una causa primera del alma, noción eminentemente científica, porque el principio de causalidad es la base de la ciencia.

 

         Y, notémoslo bien, esta noción, que es algo más que una hipótesis, porque no eso solo la conclusión de un razonamiento por analogía, - se impone con una fuerza irresistible a nuestro entendimiento, tanto más cuanto que rinde perfecta cuenta de todos los hechos de observación, - que sin ella permanecerían sin explicación, - y está en contradicción con ninguno de ellos.

 

         Saber que existe una causa primera del alma, no puede bastar al hombre de ciencia, que se pregunta todavía:  ¿Cuál es esta causa primera?; ¿cuáles son sus atributos?.

 

         Para responder a esta pregunta, volvamos a los hechos de observación, que no deben perderse jamás de vista.

 

         1. - La causa primera no es percibida por los sentidos, luego es inmaterial.

 

         La observación muestra que cada ser viviente está construido siguiendo: una serie de consignas reglamentadas de antemano, siguiendo un plan preestablecido, y que ese plan, con cortas diferencias, es igual para todos los seres de una misma especie.

 

         Ahora bien, el tipo morfológico de una especie difiere más o menos de los de las demás especies.  Pero bien que distintos los tipos de las diversas especies presentan entre ellos analogías manifiestas, por el hecho de poseer órganos homólogos.  Así, por ejemplo, todos los animales vertebrados tienen un aparato nervioso, y entre los aparatos nerviosos de los diferentes vertebrados existe una homología, una semejanza imposible de negar.

 

         Aun más, las formas sucesivas que toma un animal superior, en el curso de su desarrollo, presentan una cierta analogía con las formas de los otros animales de especies diferentes, llegando a su completo desarrollo.

 

         Hay, pues, una cierta uniformidad del plan morfológico.  De esta uniformidad de plan, de esta semejanza, - por medio de los razonamientos basados en premisas absurdas, - tales como las siguientes: toda cosa que se parece a otra deriva de ella. - premisa análoga del sofisma "post hoc ergo proter hoc", - se ha ensayado obtener pruebas a favor de la teoría de la transformación de las especies, sin darse cuenta de que, si la descendencia implica la semejanza, la inversa puede ser falsa, puesto que la semejanza no implica de ningún modo la descendencia.  Dos hojas de papel se parecen la una de la otra, pero insensato sería quién pretendiera que esta semejanza prueba que una de ellas deriva de la otra.

 

         Este plan morfológico que salta a la vista en la evolución del individuo y en la serie de los seres vivos, - una transición gradual de las formas, desde las más simples hasta las más complejas.

 

Si, además se toma en cuenta el hecho de existir igualmente una uniformidad del plan fisiológico; que la constitución química y los fenómenos fisiológicos son idénticos en todos los seres vivos, que todos esos seres, sin excepción, están formados por protoplasma, y todos, sin excepción, presentan los mismos fenómenos vitales de nutrición, de reproducción y de relación, se llega a la conclusión de que en el reino viviente existe una unidad en la variedad ilimitada de formas y de fenómenos, y que esto nos conduce a admitir que este reino es el efecto de una causa primera y única.

 

2. - La observación muestra que el ser viviente construye, con una perfección maravillosa, en mira de funciones determinadas, los diversos órganos que constituyen su cuerpo, - órganos que no funcionan sino más tarde, y cuyo funcionamiento está perfectamente adaptado a un fin útil.

 

Ahora bien, como lo hemos hecho notar en varias oportunidades, la construcción de los órganos y su funcionamiento se realizan sin saberlo el ser viviente.  Y lo que es más, este ser parece no haber concebido él mismo el fin de sus actos morfológicos y fisiológicos que ejecuta, porque ignora el absoluto ese fin.  Sigue un plan preestablecido del que no es autor, obedece ciegamente a una consigna recibida "en el origen" a la cual han obedecido igualmente sus padres, abuelos y toda su precedencia, desde que su raza y su especie existen.  Parece pues, que el alma, - que realiza la finalidad inmanente del ser por ella animado, - no es ella misma, propiamente hablando, la causa de esta finalidad, es decir, no es el agente que la concebido y querido.

 

Hay más, al lado de los hechos vitales que tienen por objeto la conservación del individuo, existe toda una categoría de actos y fenómenos que tienen por fin la perpetuación de la especie, - es decir cuya finalidad no es ya inmanente y propia respecto al individuo, sino que se refiere a otro o a otros individuos.  Ahora bien, si el alma no es la causa de la finalidad inmanente del ser al cual vivifica, a fortiori, no es la causa de una finalidad que se refiere a otro individuo.

 

La observación muestra todavía que, para formar los tejidos y para realizar los fenómenos vitales, para vivir en una palabra, todo ser dotado de vida tiene absoluta necesidad de substancias orgánicas y sobre todo de hidratos de carbono.  Pues bien, como lo hemos recordado en las hojas precedentes, solo las plantas verdes pueden fabricar los hidratos de carbono en forma natural a expensas de las substancias inorgánicas.  Sin ellas, la vida sobre la tierra sería imposible, porque los otros seres vivos (microorganismos, plantas, animales, etc.) son incapaces de subsistir por sí mismas.

 

La existencia de todos los seres vivientes depende, pues, de la de las plantas verdes, que son por decirlo así, las nodrizas de todo el reino de la vida.

 

La observación muestra igualmente que después de la muerte los seres superiores (animales y plantas), los microbios entran en escena y, por las fermentaciones, las descomposiciones y la putrefacción que determinan, disuelven la substancia orgánica que constituye el cuerpo de esos seres superiores, la simplifican, la llevan finalmente al estado de substancia inorgánica y la vuelven al mundo mineral de donde deriva y de donde vuelve a ser tomada por las plantas, por las plantas verdes que son las que contienen clorofila.

 

Sin los microorganismos, tales como los microbios, la superficie de la tierra sería cubierta y obstruida por innumerables cadáveres de animales y de plantas, lo que en un determinado momento haría imposible la vida de nuevos seres.  Realiza pues, la naturaleza una especie de cremación de cadáveres, porque el resultado de la putrefacción, de la descomposición, como el de la cremación, es la reducción de la substancia orgánica al estado mineral.

 

Los microbios no hacen sino destruir.  Se ha comprobado, por ejemplo, que las plantas fijan el nitrógeno del aire, por medio de la fotosíntesis, que consiste en absorber del aire el anhídrido carbónico (CO2) y desaprovechar el oxígeno, que es devuelto al aire y que aprovechamos los animales.

 

Al mismo tiempo, gracias a ellas, se cierra un inmenso cielo de energía y de materia que, partiendo del mundo inorgánico, pasa a través del mundo viviente y viene a terminar nuevamente en el mundo inorgánico.

 

Estas nociones que constituyen una de las más bellas conquistas de la CIENCIA, han puesto en evidencia la admirable armonía que reina en el mundo de la vida, así como la simbiosis gigantesca, del todos contra todos y a favor de todos, - en otros términos, la estrecha dependencia, - que liga entre sí a todos los seres vivientes.

 

Y esta armonía.  Esta maravillosa adaptación de medios a fines, no es ciertamente la obra de las almas que obran aisladamente, no puede ser obra sino de una CAUSA PRIMERA.

 

De todo esto se deduce, que la CAUSA PRIMERA, verdadero autor de la finalidad morfológica y fisiológica que se constata en los seres vivos, tomados en particular y en conjunto, presenta en un grado supremo, el atributo de la sabiduría, porque la finalidad concebida del efecto implica la sabiduría de la causa.

 

Demostrar la existencia de una CAUSA  PRIMER DE LA VIDA, UNICA, INMATERIAL Y DOTADA DE SABIDURIA; he aquí el término sublime a que llega la fisiología.

 

Esta causa primera es LA SOCIEDAD, el conjunto mismo de todos los seres vivos.

 

No es creo en Dios lo que debe decir el hombre culto y de ciencia, (credo in Deum), sino (Scio viverum Deum esse) sé que Dios es la viva sociedad.

 

Finalmente podemos ya dar a la pregunta ¿Cuál es la causa de la vida?, la respuesta siguiente que reúne todas las condiciones requeridas por el método científico:

 

LA VIDA ES EFECTO DE DOS CAUSAS: UNA CAUSA SEGUNDA O ALMA; otra CAUSA PRIMERA, LA SOCIEDAD DE TODOS LOS SERES VIVOS.

 

Concluimos entonces, que la sociedad, o sea, el conjunto de los seres vivientes es Dios, dicho de otra manera DIOS SOMOS TODOS Y CADA UNO DE LOS SERES VIVOS.

 

La idea de Dios es hoy una noción fundamental sin la cual la ciencia cae en el absurdo, o sea, la ciencia no puede tener resultados si solo observa para sus análisis un solo individuo, cualquiera sea, bruto o vivo, y tiene que, para ser efectiva, estudiar al individuo en el contexto de los otros individuos de su misma especie y finalmente en el contexto universal de los seres vivos.

 

La policía es una organización dispuesta por la sociedad de los humanos para que la defienda de toda interferencia que impida la buena relación y de subsistencia y de desarrollo en primer lugar de los humanos y en segundo lugar de todos los seres vivos, es esta la función impuesta históricamente por la humanidad, desde que el hombre es social. Dicho de otra forma, la policía debe defender a la mayor cantidad de Dios o de humanidad frente a las agresiones que impidan el normal desarrollo por parte de, cualquiera forma de agresión que también pudiera ser, un individuo o más perteneciente a esta misma humanidad.

 

Es esta la razón de ser más profunda y antigua de los organismos de seguridad, representados en nuestra sociedad de humanos por las policías y en Chile por Carabineros e investigaciones, según lo determina la Constitución Política del Estado, que es la norma máxima a la que tenemos que obedecer todos los humanos de nacionalidad chilena.

 

Entonces la policía siempre tiene que defender, en primer lugar a la mayoría, como impronta o primera reacción ante un evento social, luego defenderá a la sociedad de las agresiones impuestas por una parte de la misma, que impida el normal desarrollo de la vida humana.  Podría ser entonces, que una minoría esté siendo afectada por la mayoría y en ese caso la policía actuará en función del método científico, que es precisamente en que no se está usando actualmente en Chile.

 

¿Cuál de las dos o más causas que friccionan benefician más al desarrollo del hombre como especie en su contexto natural, ya no político, ya no económico, ya no inmediato, ya no sexista, ya no religioso, ya no regionalista o étnico, ya no lo legal? y la respuesta solo la tendremos a cada instante con policías más cultos y más inteligentes, que en el momento justo de la eventualidad, apliquen lo que beneficie en definitiva al desarrollo de los seres vivos.

 

La casuística es casi infinita.  Por lo que el criterio general será: Beneficiar a quien NO persiga su propio beneficio en primer lugar ni el beneficio sólo de un grupo por muy amplio que este parezca, ésta es la fórmula ideal.

 

        Todos los problemas sociales, tanto individuales como colectivos, en los que es posible una intervención de la policía en forma científica se basan en: el ALMA INDIVIDUAL o carácter, que puede ser de un sólo individuo o la agrupación de varios individuos que tengan el mismo carácter o pretensión y la búsqueda que ellos tienen del bienestar o felicidad.

 

         Son los dos factores que tendrá en cuenta en el momento de la eventualidad y en general, será la política o la forma de proceder científica y filosófica, por tanto en primer lugar tendrá en cuenta el policía esas pretensiones humanas, antes que la Ley y los preceptos legales mismos, que de momento pudieran ser injustos o ser sobrepasados por la fuerza en un caso  por el miedo y la ignorancia en otro caso.

 

         Es importante entonces, para la filosofía policial pro desarrollo armónico de la sociedad, tener en cuenta la...

 

 

RELACION ENTRE FELICIDAD Y PERSONALIDAD.

 

         Los sicólogos han establecido las reglas de este juego.  Intentar‚ resumirlas, pero primeramente...: ¿Qué es lo que se entiende por personalidad?...: Se trata sencillamente de la manera en que la persona hace frente a las diferentes situaciones que se le presentan durante su vida.  Es en esencia, nuestra actitud hacia la propia vida y la de nuestros semejantes, en un concepto más moderno, es nuestra actitud frente a todos los seres vivos, incluyendo las plantas, los animales y sus respectivos ecosistemas, según las descripciones ecologistas, y naturalistas.  Está por tanto, estrechamente relacionada con nuestra felicidad y depende mayormente de nuestra actitud mental y por lo tanto, de nuestra filosofía frente a la vida.

         Es un conjunto de hábitos que vamos adquiriendo con las reacciones que manifestamos frente a las situaciones que nos presentan día a día, o sea, en las relaciones que debemos mantener con nuestros semejantes.

 

         Cada día y durante toda la vida, necesitamos encarar situaciones...: Una persona extraña o conocida nos dirige la palabra en la calle, un amigo nos traiciona, un pariente fallece, recibimos un beneficio inesperado.

 

         Estas cosas nos suceden todos los días y debemos enfrentarlas.

 

         La manera en que lo hagan hoy o mañana, crea en ella un conjunto de hábitos, es cierto, pero también nos revela la clase de personalidad que tiene.  Dicen los entendidos, que es el deber de una personalidad afrontar estas situaciones en forma apropiada y que cada uno debe desarrollar dicha personalidad, de manera que pueda encarar eficientemente a medida que se desarrolla la vida. Creen que la personalidad, es pues, la capacidad de afrontar y resolver cada situación a medida que se presente.

 

         Por supuesto, mirada desde ese punto de vista, no es ya la personalidad una cosa misteriosa que algunos traen al nacer al mundo, sino un proceso de acondicionamiento al que cualquiera puede someterse y con razón se burlan los sicólogos de la vieja creencia, de que uno no puede cambiar de personalidad.

 

         Llegamos a la conclusión de que, si bien un cambio es posible, lo es solamente en la medida en que cambiemos nuestra filosofía de la vida, es decir, que las transformaciones que abarcan sólo la fase física e intelectual del ser no son completas.  La naturaleza humana es triple y su tercera fase, la espiritual, lo que anteriormente llamamos ALMA, debe transformarse también, para que todo el ser se encamine hacia la perfección hacia la cual se siente llamado.

 

         Esta es la razón por la cual el verdadero cambio de la personalidad, la transformación radical de ella, el único proceso que puede hacernos evolucionar hacia la bondad, para la mayoría, para los débiles y gentes de personalidad dependiente, tiene siempre un fondo religioso.

 

         Nadie puede llegar a la bondad genuina sino el que tiene, en primer lugar, un concepto de ella como que es sinónimo de entrega al prójimo, el cual se obtiene por auto convencimiento y equilibrio de los hábitos sociales o por el concepto que nos ofrece la noción de un Dios, de amor entregado por las distintas religiones, es decir, recibir fuerzas de él, para triunfar sobre los viejos hábitos malos e implantar en el lugar, otros nuevos, supuestamente buenos o tendientes a la bondad.

 

         Llegamos a un punto en que nos resulta forzoso resumir las opiniones de los sicólogos, en lo que respecta a la cuestión del bien y del mal. Ellos o por lo menos algunos de ellos, son los que más publicidad dan a sus ideas en este mundo materialista, sostienen que el hombre no es fundamentalmente malo, que su maldad es producto de los errores y falencias cometidos al educarlos, en la familia, en la escuela y en la sociedad, que se contagia con el ambiente y la imitación de lo que ve.  El hombre se interesa más en la tragedia como una forma indirecta de destacar sus escasas bondades o perfecciones, no debemos olvidar la socorrida frase..."es rico, pero es infeliz porque...", lo que este autor llama la "Teoría del bote a remo".  Los defectos del otro, en un actuar malévolo, nos hacen más grandes, siendo este un concepto egoísta de la forma personal de enfrentar la vida.

 

         Hay una escuela o tendencia que atribuye a procesos naturales ineludibles toda conducta perjudicial para el individuo mismo o la sociedad, con lo que se suprime toda la responsabilidad personal y quita al ser humano su carácter moral libre.  Esta situación es frecuente en el caso de algunos delincuentes (la sociedad lo exculpa o lo justifica en razón de su forma de vida o su crianza, negándole toda responsabilidad personal).

 

         Sin negar la influencia del ambiente y lo mucho con que la imitación contribuye a la formación de nuestra personalidad, es un hecho que en ninguna sociedad abierta se admiten las leyes y principios de irresponsabilidad para con esa sociedad, ya sean escritas como leyes positivas o preceptos morales no escritos, pero que constituyen una costumbre, buena o mala, de esa sociedad (aquí es donde nace el principio de peligrosidad de las sectas cerradas o herméticas).  Es decir que, para que la humanidad pueda subsistir, es necesario reconocer en cada ser humano perteneciente a esa sociedad un agente moral, que puede actuar o no actuar y si bien, si se tiene tendencia al mal y está rodeado por malos ejemplos de su infancia, debe resistir a las primeras y no imitar a los segundos (he aquí la importancia de la familia y la educación, en ese orden, en la formación de hábitos socialmente aceptados y la estrategia que se debe seguir para una efectiva readaptación en el caso de una transgresión social).  Esta es una responsabilidad individual cualquiera sea la filosofía personal frente a la vida.

 

         Ahora, en la práctica, aun los que no queremos reconocer filiación divina en la familia humana, tales como los ateos, gnósticos y agnósticos, debemos imponernos una responsabilidad moral que implica también el concepto de esa filiación, simplemente porque el bien no es de propiedad de las religiones, o dicho de otra manera, los ateos también son buenos o pueden serlo.  Para algunos de personalidad dependiente..

¿Será prudente privarles esta ayuda que de la religión cualquier religión, fe o creencia, puedan obtener, para prepararles con el fin de llevar satisfactoriamente esta responsabilidad individual hacia la vida y la sociedad?.  Creemos sinceramente que hay que examinar la posible validez de esas alternativas y valernos de ella en la medida de que cada individuo tiene, por razones naturales el poder de determinar su forma de enfrentarse a esta disyuntiva, sin que los unos menosprecien a los otros y se acepten mutuamente.

 

         Dedicar‚ algunos momentos a esta cuestión, específicamente a la fase de ella que se refiere al auxilio que necesita el ser humano para realizar un cambio de personalidad que beneficie a la sociedad, por tanto desarraigar el individualismo, el desánimo y la maldad que haya en él y reemplazarla por la solidaridad y la bondad fructífera en acciones útiles y nobles, en un servicio abnegado hacia sus semejantes, independiente del tipo de religión que se profese, si se es ateo o si se es agnóstico.  Al hacerlo trataremos de mantenernos fieles al propósito natural de la búsqueda eterna de la felicidad (sin que, cueste lo que cueste y sin que perjudique a quien perjudique, que es la diferencia filosófica entre el bien y el mal) Maquiavelo decía erróneamente "El fin justifica los medios".

 

         Debemos insistir que, la Ley natural positiva, o sea que beneficie a una mayoría "BUENISTA", indica cuatro necesidades humanas instintivas básicas, o sea del hombre como animal, la primera es sentirse seguro, en lo espiritual y en lo económico y material.  Veremos por tanto ¿donde podremos encontrar la seguridad espiritual?.

 

         En la práctica y si uno quiere hablar con sentido comparando los dichos con las cosas correspondientes o los dichos y los hechos, debe abstraerse y no hablar de moral, de religión, de política, de filosofía, ni de muchas otras cosas, subjetivas o valóricas, ya que cada individuo tiene el libre derecho de evaluarlo como quiera, sin que ello signifique que está en contra de lo otro o los de distinto pensar con respecto a la misma materia, que es el gran error de los que se aferran a una religión, que para ellos pasa a ser la verdad absoluta y los que piensan distinto, pasan a ser sus enemigos, lo es exactamente los contrario de la base filosófica profunda de todas y cada una de las religiones.  El que actúa así simplemente parte mal en su potencial perfeccionamiento espiritual.

 

         El pensamiento religioso evoluciona desde la intencionalidad individual, desde el querer ingresar a ese determinado sistema o creencia, mediante el auto convencimiento, hasta la inducción para que otros se adhieran, terminando en un fanatismo que como primera carga antisocial, es el responsable del abandono de las actividades tendientes a la obtención de las primeras necesidades básicas humanas, la necesidad de seguridad material y las responsabilidades colaterales de la familia, su propia familia.

 

         Propongo la siguiente argumentación... "Si uno no puede habitar en este planeta de manera de no pedir a Dios algo, a cualquier Dios, de orar, rogar, suplicar, si uno no pude evitar eso cuando se encuentra en situaciones supuestamente terribles, entonces en los tiempos en que no pide nada, no tiene el derecho a olvidarse de lo que antes ha pedido", En una estricta reacción de derecho y justicia natural.  La religión, bajo el punto de vista estrictamente natural no tiene nada que ver con las opiniones, doctrinas o enseñanzas, de todas y cada una de las religiones existentes, ya que nace de una necesidad humana...: el hombre no puede atravesar esta vida, sin pedir, rogar, sin orar.  Esa necesidad de recurrir a algún Dios, a algo supuestamente superior a la escala humana, la hace valer para toda la vida.  La religión, por tanto no tiene ninguna conexión con hechos materiales, ni con verdades comprobables, como la que usted exige diariamente a sus hijos, es adoctrinaria y se vincula única y  exclusivamente con las necesidades humanas individuales y colectivizadas.

 

         Es un mito el pensar que solamente las personas creyentes tienen para el presente y para el futuro más confianza que los no creyentes y que los no creyentes, están llenos de amarguras y de sospechas, ya que dudan de todos los hombres y de sus motivos.

 

         También es un mito que los creyentes son más felices.  Recientemente el Arzobispado de México dijo que las mujeres religiosas disfrutan más del sexo, lo que es una aberración y un contrasentido a las experiencias científicas.  Ya que es exactamente lo contrario.

 

         La razón por la cual los creyentes poseen en Su vida algo que los otros no pueden tener, estriba a que tienen algo a lo cual aferrarse.  Así como el ave necesita del nido y el barco un cómodo puerto, el ser humano necesita un refugio al cual poder acudir cuando su hogar se ha perdido el sentido de protección, que es el segundo sentido básico de los humanos.

 

         Ahora, estamos frente al "gatillo" que dispara la religiosidad.  El ave necesita de su nido, de su casa para descansar, procrearse, alimentar a su descendencia, etc.  El barco necesita del puerto para reabastecerse, dar descanso a la tripulación, dejar la carga, para sus  reparaciones de mantenimiento, etc.

 

         Si al ave se le llueve el nido o a él llega fácilmente un depredador, tiene necesariamente que fijar su domicilio en otro lugar, respondiendo a la primera necesidad animal instintiva y básica, la de sentirse segura, al igual que los lobos cambian rápidamente a sus cachorros de madriguera, ante el menor peligro de que un depredador pueda hacerle daño o comerse a los lobeznos.  Vea usted, también los lobos, que son los reyes de los depredadores, lo mismo le sucede a los leones que están en la parte superior de la escala de la subsistencia animal al natural.

 

         El barco no podrá atracar, no podrá cargar ni descargar, no podrá reabastecerse, si el muelle de ese puerto no reúne la tranquilidad y el espacio para estas necesidades básicas, para lo que él fue confeccionado, entonces, el capitán dispondrá la urgente necesidad de realizar estas actividades en otro puerto.  Ahí llega la fe en otra cosa, en otra parte.  Siendo la religión lo más fácil, lo más barato, lo más cómodo, por tanto, lo más lejos de la supuesta bondad que se persigue.

 

         Las religiones en términos generales son abrazibas ya que indican el camino a seguir, que no necesariamente inducen a la recuperación de la seguridad del individuo ni a la recuperación de los hechos y circunstancias que llevaron a la persona a concurrir a ella, y por otro lado, todas las religiones existentes y que han existido en la humanidad, históricamente sólo han inducido a la captación de nuevos creyentes, fundamentados en la posible solución del problema personal que induce al potencial cliente-creyente a ingresar, pero ninguna pone el punto o el momento en el cual se da por superado este problema, dándole la oportunidad al potencial creyente, para que, aplicado el derecho natural positivo, pueda revertir la situación y salirse, lo mismo que ocurre en otro tipo de agrupaciones humanas, tales como los partidos políticos, los clubes, etc.

 

         Bajo el punto de vista de este autor y en concordancia con lo sostenido por el Dr. Saveu H. Edatam, no existe ni ha existido persona, que con los sentidos bien puestos y sin el más absoluto prejuicio, haya concurrido a una religión sin pretender obtener nada, absolutamente nada de ella y que básicamente, sólo su intención fue ingresar para ayudar al prójimo.  Así como tampoco existe ninguna religión o creencia, que acepte abiertamente la posibilidad de que las otras creencias, o sea su competencia, puedan ser más positivistas o que brinden más beneficios que la que se ostenta.  Si lo miramos desde el actual punto de vista de la economía de libre mercado de la que, supuestamente, todos estamos de acuerdo, estoy completamente seguro, que en el marketing (o sea las cosas  que se dicen o hacen para dar a conocer un producto a los que no lo conocen)de las religiones, lo intangible y las supuestas espiritualidades, existe la más cruel de las competencias y descalificaciones, rivalidades e intolerancia, incluyendo las ventas de armas y las drogas.

 

         Estas fundamentaciones serán, sin lugar a dudas, las que impedirán que esta obra vea la luz del día, pero la verdad es la verdad y estoy dispuesto a pagar sus costos.

 

         Así, los creyentes tienen este refugio en la fe.  Es su valuarte en tiempo de estrechez, su consuelo en tiempo de dolor y su seguridad en tiempo de duda, aunque, personalmente, sostengo que para eso está la familia, y si es la familia la que está presentando el problema, como el ave, hay que trasladarse y formar otra familia, pero por ningún motivo hacer la vida imposible de soportar, con intención o sin ella, con responsabilidad o sin ella, para los otros miembros del grupo familiar y tampoco aceptar que le hagan la vida  imposible, para estas alternativas frente a la vida, siempre se considerará los estados normales de comportamiento y es allí, donde un sano juicio determinará, mediante la aclaración de los comportamientos o la actuación colegiada del núcleo familiar o el apoyo externo de profesionales, donde está, el o los problemas que inducen al deterioro de la buena convivencia familiar que están atentando en contra de la felicidad.

 

Tampoco se trata de que a buenas y a la primera, irse del hogar por menudencias o expulsar a algún miembro del grupo, ya que el factor de tolerancia y el conocimiento acabado de las circunstancias inductoras de la problemática, el reconocimiento de los errores personales y la disposición a la enmienda, son fundamentales para obtener un resultado positivo para la especie, ya no para la familia, ni para este u otro de los miembros.  En esta problemática, sencillamente NO hay ganadores y son todos, absolutamente todos perdedores, por muy triunfantes que momentáneamente parezcan, alguna o todas las partes en conflicto.

 

Reconociendo y tolerando la existencia del refugio de los creyentes en la fe, esta será tanto más valiosa, cuanto más sencilla.  Ya que nunca debemos olvidar e insistir, que el verdadero propósito de todas las religiones en la vida diaria, es la de reemplazar la duda por la seguridad y la confianza, las dos cosas que necesitamos para hacernos atravesar situaciones difíciles, de cualquier naturaleza que estas sean.

 

La religión que necesitas hoy para rehacer tu personalidad, la religión que necesitarán en mil años más, será básicamente la misma clase de religión que siempre necesitó el hombre, incluso antes de que las religiones organizadas existieran.

 

Una frase que leí hace años y que siempre me gustó es: "La religión que necesitáis hoy es esencialmente una acción y nada tiene de pasivo". Creo que la expresión en si me agrada porque indica que, para la personalidad, la mejor religión es la que induce a obrar y no solo a pensar, la religión es verbo dice la canción, es muscular y no es sujeto ni adjetivo.

 

Mi intención básica, es inducir a un punto un tanto más crítico y contestatario y por tanto consecuentemente objetivo, sin llegar a prejuiciar a las personas que abrazan una determinada creencia, ya que mi blanco en definitiva y el objeto de este Ensayo es la búsqueda de la felicidad también, o por lo menos, alumbrar algunos caminos para alejarse de la desgracia y la insatisfacción espiritual.

 

Es muy concurrida la anécdota del dirigente ultracomunista y atéo, al que se le murió un hijo y en el entierro manifestó al cura que quería la última bendición y que rogara a Dios por su alma. También aquella que dice... " soy comunista y ateo gracias a Dios".

 

También aquella que dice... "no hay ateos en las trincheras", ya que en situaciones extremas se vieron en la necesidad de pedir ayuda a Dios cuando era completamente imposible recibirla de sus semejantes.  Es esta la situación en que se encuentran los Carabineros con más de 20 años de servicio.

 

Existe un sinnúmero de casos similares, que obviamente, en el mundo latino están adaptadas al catolicismo, no obstante que las historias nacieron en países en que no se practicaba esa religión.

 

Por razones más que obvias nunca se dio mucha importancia al hecho de que Cristóbal Colón no era católico y que la gran mayoría de su tripulación, estaba en contra de los católicos y por ello mismo, perseguidos por la Santa Inquisición.  Por ese motivo Colón, hubo de simular su catolicismo para conseguir el financiamiento.  El y sus compañeros del primer viaje estuvieron semanas al garete, después de algunas imploraciones al cielo a algún indefinido Dios, se salvaron casi milagrosamente y pudieron tomar las corrientes marinas y los vientos, que permitieron realizar el descubrimiento y los sucesivos viajes.  Este hecho histórico no ha recibido mucha publicidad, porque se quiso dar en su momento el beneficio de un poder divino, específicamente católico, aunque las familias de los protagonistas fueron perseguidas por relatar como sucedieron realmente los hechos, situación que está olvidada intencionalmente hasta estos días.

 

El positivismo natural, digamos el "BUENISMO", aconseja la más absoluta libertad universal de creencias y acepta además la no creencia, pero en cualquiera de estos casos, nunca y nuevamente soy enfático, se debe ingresar, salir o actuar a favor o en contra de una creencia en función al temor a un Dios.  Ya que como hemos dicho Dios somos todos.

 

En situaciones extremas, como es el peligro de muerte, se han de volver hacia Dios, los pensamientos de la mayoría de los hombres.  Los científicos y los estudiosos no teológicos, consideran que pasado dicho peligro la gran mayoría se avergüenza de ello, porque lo consideran una debilidad.

 

Ya es bastante lamentable que muchos necesiten verse metidos en grandes problemas literalmente y figurativamente para recurrir a la oración, pero es aún peor avergonzarse luego o burlarse de sí mismo o de otros por haber orado. Eso si es debilidad, no reconocer los estados de falencia, porque con ello se impide el perfeccionamiento y el desarrollo armónico de la especie humana.

 

Cuando todo nos va bien, no sentimos la necesidad de la familia, ni la necesidad de un Dios o algo superior.  Muchos creen entonces que es señal de poder, de satisfacción, de logro personal o de hombría, aparentar despreocupación por los grandes problemas universales o por insignificantes problemas familiares.  Olvidaron la antigua importancia de su familia o de un Dios y le dan la espalda y cierran su corazón a los reiterados llamados.  Definitivamente, se avergonzarán de ello cuando vuelvan a los rediles familiares y a lo que están llamados por las circunstancias naturales de un desarrollo colectivo equilibrado.

 

Esta actitud, muy vista en economías emergentes y sorpresivas, la de los nuevos ricos, es un grave error y también hay cientos, miles de casos recientes en que algunos amigos, siendo de las mismas situaciones económicas, por las circunstancias o los abatares de la vida, se han proyectado económicamente en forma explosiva, constituyendo un conjunto de bienes muy superior a sus paralelos.  Prejuiciando negativamente sus hábitos y capacidades, imposibilitando el desarrollo de los otros y negándole todo tipo de apoyo y cooperación, incluso, llegando a romper relaciones por no merecer, supuestamente, este nuevo estado económico adquirido.

 

Con el correr de los años, esta situación es posible que se revierta y el que esté abajo, pase a tener una mejor posición con respecto al otro y por el contrario, su amigo pase por un mal momento, o sea que el que fue rico vuelva a ser pobre o cae en desgracia y se ve en la necesidad de volver donde sus padres o sus amigos.  Quienes deberán enrostrarle cotidianamente, oportuna y reiteradamente su grave error, de menosprecio hacia ellos y negársele cooperación y ayuda, como un castigo terrenal y humano por el comportamiento tenido para con ellos durante su periodo de gloria y bienestar.  No es bueno para la sociedad en su conjunto, que esta actitud de soberbia no tenga un castigo social importante y ejemplificador.

 

Acotar los sentimientos de amor a los descendiente más cercanos es un síntoma de egoísmo, dirigir esos sentimientos a simples condicionamientos materiales es un error.  Los sentimientos son naturales y los sentimientos religiosos deben cultivarse y no considerarse como algo de lo cual hay que avergonzarse.  Quienes por temor al ridículo o por cualquier otro motivo, los ahogan, atrofian su alma y producen un desequilibrio en su ser.

 

Los sentimientos constituyen un ejercicio de una de nuestras facultades más elevadas.  Para vivir felices necesitamos desarrollar las tres fases de nuestra naturaleza; física, intelectual y emotiva o espiritual.  Los sicólogos nos aconsejan para mantenernos sanos y equilibrados el reconocimiento necesario de tener una fe religiosa, un hobby o una entretención, el cambio de actividad.  He aquí el porqué en la actualidad la juventud se aferra al fútbol mayoritariamente y no a lo político a lo social o a lo religioso necesariamente, en la actualidad se pretende una mayor capacidad de discernimiento en la elección de las posibilidades del direccionamiento de la fe.

 

Aún los que no creemos en religiones y los que no se atreven a recomendarnos alguna religión pueden desconocer que en las frases: "Amar a nuestro prójimo y tener fe en Dios", hay objetivamente una sustentación natural como especie, la conservación de la especie, que es aún anterior y prima a la necesidad natural de sentirse seguro materialmente.

 

La fe no necesariamente puede centrarse en Dios o en algún tipo de religión, como decíamos anteriormente, los comportamientos sociales de principios del siglo 21 se han encargado de demostrarlo.  Los deportes y sus ídolos, los políticos y sus líderes, las empresas y sus presidentes, entre otros, compiten y hasta se contradicen públicamente en casos puntuales en interpretaciones éticas y morales, frente a quienes hasta hace poco ostentaban el monopolio de la moralidad, los sacerdotes y predicadores en todas su jerarquías.

 

Los medios de comunicación y la cultura han tenido para ello una influencia preponderante, cuando estos medios de comunicación no actúan con justicia, fomentan la injusticia y que se sepa la verdad tiempo después o a la distancia.

 

No puedo dejar pasar la oportunidad para recordar las frases "la ignorancia es la madre de la fe" y "la inactividad es la madre de los malos pensamientos".  Aquí, nuevamente encontramos una solución para los problemas de inseguridad y tranquilidad ciudadana: "La cultura y el trabajo, bajan los índices delictuales".

 

Con el correr de los años los sudamericanos fuimos influenciados por los cristianos españoles, quienes sostienen que Jesucristo es la única provisión de Dios para el pecado del hombre.  Solo mediante él puedes conocer y experimentar el amor a Dios y su plan para tu vida.

 

Esta aseveración fundamental de la religión católica, pero en general de todas las religiones cristianas es inminentemente errada y como decíamos anteriormente, sesgada ya que niega todo otro tipo de fe, lo que se contradice con sus propios postulados, que dice: "haz a los demás, lo que quieres que hagan contigo mismo... "Pero indudablemente son miles las críticas que les podemos hacer a todas y a cada una de las creencias, pero en el derecho natural positivo, en la ecología profunda, en el "buenismo", debemos en principio, aceptar la libertad de cada individuo para que libre e informadamente encamine su fe por donde quiera, es más, podrá simplemente no tener fe.

Para mayor aclarar, como se encuentra organizada la fe en el mundo y sin ánimo de entrar en mayores detalles en cuando a la calidad cantidad, lo explico de la siguiente forma:

 

ATEOS: (Niegan la existencia de un Dios)

 

GNOSTICOS: Conocimiento intuitivo de lo divino.

 

AGNOSTICOS: conocimiento científico de las cosas divinas, evolución de las especies por el accionar de la temperatura, la humedad, la química y la física.

 

ESCEPTICOS: Le quitan la capacidad al hombre de conocer la verdad.

 

CONFUCIONISTAS: (chinos y japoneses), Seguidores de Confucio.

 

MAHOMETANOS: Seguidores de Mahoma (Alcoraán) Islamismo, Musulmanes (Turquía).

 

BRAHAMANISMO: (India) Seguidores de Brahama.

 

BUDISTAS: Seguidores de Buda (Dhammada: libro de la moral budista

 

HINDOISTAS: Seguidores directos del Brahama.

 

HABRAISMO: Seguidores de Moisés JUDIOS: Hebreo israelita

 

SIONISTAS: Recuperadores de Israel (Judíos).

 

CRISTIANISMO: Seguidores de Cristo

CATOLICOS (Biblia)

PROTESTANTES (Luteranismo)

ORTODOXOS (Grecia-Rumanía)

COPTOS (Eutequianos) Egipto.

 

Otros miles de divisiones más.

 

RELIGIONES PRIMITIVAS DE DISTINTAS TRIBUS UNAS DE LAS OTRAS

 

SUPERTICIOSOS: LIBRES

 

SECTAS: Abiertas (Rosacruces, Hermandad Blanca Cristóforos, Comunidad Celestial etc. etc.

 

CERRADAS O HERMETICAS.

 

FANATICOS: LIBRES: Anárquicos, etc.

 

CELULAS: militarizadas, organizadas.

 

Tampoco voy a dejar pasar la oportunidad como para hacer las siguientes reflexiones, desde el punto de vista créo, absolutamente neutral y seguidor del "buenismo".

 

A.- Los que no tienen fe no son malos, pecadores, perversos ni egoístas por el simple hecho de no tener fe o de no pertenecer a ninguna religión.

 

B.- Por lo tanto, no sólo los creyentes son compasivos, pacientes y preocupados por los demás, ni sólo ellos dicen la verdad.

 

C.- Es naturalmente injusta la igualdad para todos, porque todos tenemos distintas capacidades,  potencialidades,y necesidades , por lo tanto, no todos pueden estar bien y ser felices, por el simple hecho de pertenecer a una fe. Si todos fueran felices, no habría religiones.

 

D.- Es falso que todas las cosas buenas provengan de Dios.  ¿Y las malas, de quién provienen? y si Dios en tan amplio y absoluto, ¿cómo es que permite el mal, las desgracias y las catástrofes?.

 

E.- El hombre por naturaleza, cualquiera sea su posición filosófica, puede hacer cosas buenas y duraderas y también de las otras.

 

F.- Todas las religiones tienen preferencias por el sexo masculino y los varones, dejando a las mujeres en segunda categoría social.

 

G.- Los que no están con Dios, no están necesariamente contra él y los que están contra él, no necesariamente serán sancionados por él, con el castigo del infierno.

 

H.- El cielo y el Infierno, son estados subliminales, inexistente en la naturaleza, son meros conceptos individuales y colectivizados.

 

I.- Las religiones y fundamentalmente, la religión católica, separan a Dios de los hombres, por ser pecadores y aún así sostienen que recibirán las gracias de Dios, lo que es un contrasentido.

 

J.- Los católicos sostienen que el hombre nació del pecado original, no obstante están obligados a reproducirse, situación que no acatan sus jerarquías por mantener el celibato, es más crean el matrimonio indisoluble como la única alternativa para vivir en pareja y procrear. De ha

demostrado que el Clero es la profesión con mayor

índice de criminalidad sexual, y apropiación indebida de espécies, en todo el mundo.

 

Toda esta situación es antinatural y cada día más, los postulados al respecto se distancian de la creencia de la mayoría de la gente educada.

 

El celibato terminará, al igual que el matrimonio en pareja heterosexual.

 

         K.- Todas las religiones se creen perfectas y niegan la existencia de otras creencias igual de perfectas.

 

         L.- La mayoría de las religiones y creencias ofrecen una vida eterna como uno de sus principales postulados benéficos a sus seguidores, quienes no se acuerdan siquiera del nombre de sus abuelos, no saben la fecha de nacimiento o matrimonio de sus padres y hermanos.  ¿Qué clase de vida eterna ofrecen, si los seguidores no respetan siquiera la memoria de sus padres o hermanos carnales?.

 

Podríamos estar así y dedicarle al tema varios volúmenes pero este Ensayo está en pro, del derecho natural positivo a través del "buenismo" y de la felicidad como blanco final.

 

Hay quienes piensan y aseguran que tener fe es evadirse de la problemática social y hay quienes aseguran que la fe es tan potente, que sirve para tratar males tanto físicos como mentales.

 

Personalmente creo, que cada individuo en su sano juicio, debe determinar su posición frente a Dios y más específicamente frente a la fe.

 

No creo que el naufragio de la razón se cure por simple fe, pero sí creo que puede ser un aporte para la recuperación de un enfermo.  Es más, la fe en el más amplio sentido, no sólo en el religioso, si es que ayuda a recuperar, creo, también, puede ser aporte para evitar la enfermedad y es aquí donde hay que tener cuidado con las dosificaciones, ya que hay que equilibrar la ración de fe, con el mal que se quiere evitar, quizás empezando por el simple aburrimiento o la búsqueda de la entretención, que es uno de los canales por los que se llega a un estado religioso, la depresión, la soledad, las necesidades materiales, el inconformismo, etc. etc. Tambien a la desgeneración

Sexual y social.

 

"No hay mejor policía que el más ladrón "o" No hay mejor ladrón, que el mejor policía", es una verdad irrefutable; la mejor descripción de la libertad, sólo la puede dar quien ha estado preso, más quién ha estado preso injustamente; los mejores consejos para dejar de beber o fumar, los dan quienes han sabido salir de estos vicios, las Comunidades terapéuticas.  ¿Dónde voy con estas aseveraciones?, me explico:

 

Los principales argumentos de las religiones para captar adeptos, son, al igual que un vendedor de seguros, infundir miedo al potencial creyente en el sentido de que:

 

"Esta creencia es la más perfecta y que si no se pertenece a ella, se recibirá los castigos de Dios o sólo se logrará el sufrimiento y la pérdida del alma...", otro anzuelo, es mediante los ejemplos personales de curaciones o sanaciones milagrosas, "que yo recuperé la vista"; "que yo encontré trabajo"; "que yo me había separado y hoy me reencontré con mi mujer gracias a Dios" y también podremos dedicarle miles de libros a desarrollar las distintas argumentaciones o estrategias para captar adeptos, que nosotros somos la mayor cantidad y que somos los más perfectos, que no hay que creer en estatuas, que ellos son pecadores y negociantes. Giles hay miles, millones,

e iluminados , ya hay muchos, que compiten, hasdta en T.V. con caros programas por conseguir adeptos,

mejor dicho, CLIENTES, porque el dinero es el fin.

 

Más, todas las religiones y todas las creencias seudo religiosas dejan al humano en inferioridad de condiciones con respecto a Dios y hasta bajo la tutela de los mismos representantes de estas determinadas agrupaciones de personas atraídas por la fe o por un sin fin de creencias, es por ello que se hacen llamar  "pastores", que arrean al "ganado", a los borregos.

 

Por otra parte los predicadores se autodesignan enviados de Dios y por ende por sobre la posibilidad de desarrollo pastoral de sus potenciales feligreses o clientes, por lo que, parte dejándolos en inferioridad de condiciones, lo que a todas lucen nuevamente se contrapone abiertamente contra el sentido de igualdad de los humanos en su concepto moderno y que supuestamente predica su misma fe y la Ley prima de toda religión "Trata a los otros como quieras que te traten".  Entonces, ¿en qué quedamos?.

 

Las armas, las drogas, tales como la cocaína, y la morfina, son extremadamente peligrosas sin un riguroso control de las dosificaciones de consumo, es más, estos elementos son beneficiosos para la sociedad en su justa medida.  Las sectas, los advenedizos, los falsos profetas, los iluminados, los aprovechados, también son beneficiosos para la sociedad, siempre y cuando esta disponga de las medidas de control que permita dosificar la relación que estos tengan para con los individuos, sobre todo los que menos puedan defenderse por ignorancia o imposibilidad física o mental, permitiendo el justo equilibrio entre la libertad personal de elección y el daño que esta masificación pudiera ocasionar a la sociedad en su conjunto.

 

Esta es una de las situaciones de una sociedad humana en que la mayoría podría no necesariamente tener la razón, la historia humana está jalonada de estos trágicos sucesos, en que miles y miles de ciudadanos honestos se han dejado embaucar por locuaces profesionales de la mística, la mentira o la salida, salvadora, divina a sus supuestos problemas terrenales.  Estos días hemos visto los suicidios colectivos. ¡¡Há!!, pero previamente han hecho entrega de todos sus bienes al "iluminado pastor".

 

Claro está que religiones más antiguas, las que se han denominado organizaciones religiosas tradicionales, organizadas por jerarquías, en distintas sociedades y países se pueden valer de estos argumentos para impedir la libertad de creencias, que es lo que ha ocurrido recientemente en Chile.

 

Me voy a permitir dar algunos consejos para las personas que quieran abrazar alguna fe en el afán de buscar la felicidad... el entendimiento entre los seres vivos.

 

A.- La paz del espíritu y una vida familiar normal es todo lo que uno necesita para ser feliz, ahora, la familia no solo está constituida por los padres y los hijos, puede haber familias, simplemente entre dos hermanos, entre dos esposos o puede haber familia, simplemente, entre gentes que no necesariamente tengan algún vínculo de parentesco, por ejemplo un hogar de ancianos, es un hogar, es una familia y por lo tanto a pesar de estar compuesta solo por ancianos del mismo o de distinto sexo, es un estado familiar normal.  Aquí el concepto católico de familia, está necesariamente contra las costumbres ancestrales y naturales del hombre, ya que hay miles de tipos y clases de convivencias y todas  son familias en el sentido humano de congregación, seguidoral de los

Primitivos clanes, es más, las mismas congregaciones religiosas son llamadas familias, la familia militar, la familia homosexual, etc. etc.

 

B.- Debemos hacer una evaluación del presupuesto de nuestra energía, nuestro dinero y bienes y no malgastarlos en objetos o en actividades sin valor.  Es muy importante "hacer el bien sin mirar a quién" y es más importante hacerlo en el anonimato.  Más, debemos tener el suficiente cuidado de que por tratar de hacer un bien, éste pierda el contexto general en beneficio de un tercero, me explico, si yo doy $1.000 para la causa del Sida, que estos $1.000 lleguen verdaderamente a los enfermos de Sida y que no, un intermediario, por muy honesto, altruista y justificada que parezca su intervención, se apropie de una parte de esos $1.000.

Las experiencias nos han demostrado que los intermediarios son la peor lacra de la sociedad civilizada, principalmente en los aspectos religioso y comercial, ya que por mucho que parezca que, sin su concurso no se lograría el efecto deseado.  Es éste el principal peligro en que incurren los incautos, ávidos de fe, los ignorantes y los débiles de personalidad.

 

Nuestro tiempo se debe medir con el mismo cuidado que el dinero y los bienes materiales y siempre procuraremos entregarnos en forma directa.  Definitivamente, no es necesario pertenecer a ningún club para hacer deporte, ni pertenecer a ninguna religión para hacer el bien, sólo hay que buscar a otros interesados en la causa, en la gestión, ya que la pluralidad en estos casos es importantísima, pero no excluyente.

 

Dar algo que te sobra, algo en mal estado o algo que tu no aceptarías, es ofender al que se pretende ayudar, recuerda que el hombre aprende más en la desdicha, que en la bien aventuranza, por tanto está más sensitivo y con esta actitud, haz encontrado un enemigo, pues tu acto será descubierto tan fácil como una mentira.

 

C.- El saber tolerar los defectos ajenos le ahorrará incontables irritaciones mezquinas y le reportará ricas recompensas de amistades y contentamiento, aunque  tenga miedo a decir la verdad, como decíamos anteriormente, hay hechos negativos que deben ser aclarados y conocidos por la sociedad y principalmente por los afectados de esos hechos, ya que son la única forma de hacer recapacitar a los responsables, ya sea que tengan calidad de autores, cómplices o encubridores, hará también, enmendar los errores y rectificar los comportamientos futuros, pero por sobre todo servirá de ejemplo disuasivo y rectificará los comportamientos antisociales.  Esta es la base moral de todos las Constituciones Políticas, los Códigos, Leyes y reglamentos, que el hombre ha establecido para una buena convivencia social.

 

Así que no es cosa simplemente de andar diciéndole a todos que "si" (los que se han de llamar Siístas), que en definitiva tienen una vida totalmente impersonal.  La gran mayoría de las religiones se propone perfecta y solo reconoce los defectos ajenos, son los grandes errores de las religiones más antiguas y las que luego han desaparecido, al igual que las organizaciones de tipo político, algunas organizaciones deportivas, militares, seudofilosóficas y en general, todo tipo de confraternidades y agrupaciones humanas, más o menos organizadas, que se han quedado clavadas en el pasado, en que algunos mandaban y daban las ideas y los otros simplemente participaban y su participación se reducía a obedecer, así y todo, tenía que dar gracias a que tenía la posibilidad de participar con ellos, en esta tan antigua forma de relacionarse de los hombres.

 

Más, uno nunca debe juntarse con tal o cual persona por las supuestas recompensas que pudiera tener en el futuro (el gran problema de todos los Partidos Políticos, las FFAA y las organizaciones en general).  También se debe considerar el potencial beneficio que el otro, o sea la contraparte, conseguirá juntándose con uno.

 

En efecto, tenía un amigo que gozaba de gran prestigio por tener muy buena suerte en las conquistas de mujeres jóvenes, hermosas y adineradas, más un día lo vi en una plaza, acompañado románticamente con una dama de edad bastante avanzada, que no parecía ni rica ni hermosa.  Al otro día sarcásticamente, le comenté: ¡¡y Compadre, vas de mal en peor, se te están bajando los bonos!! y el muy seguro me contestó...

 

- Es la obra de caridad del día, es que ella también tiene derecho a tener a su lado a una persona joven, sana y hermosa que le acompañe, también tiene derecho a un trozo de vanidad.

 

Obviamente me dejó "plop", creo que definitivamente tenía toda la razón, uno no siempre debe sumar sus actos a los haberes de su cuenta personal, también hay que darle oportunidad a que otros extraigan lo que uno puede darles (esta es la razón práctica y directa, del porqué los nazis odian a los judíos, porque sólo les gusta ganar, nunca empatar, menos perder.)  Por ello, también, son nocivas para la sociedad las gentes avarientas.

 

D.- Debemos aprender a vivir organizadamente, sin lamentos ni congojas evasivas, la mejor manera de solucionar los problemas es enfrentándolos lo antes posible, sin ningún ánimo de evadir la situación y sin el propósito final de engañar, sorprender o favorecerse de situaciones que pudieran perjudicar a un tercero.  No obstante, lo anterior, la manera  perfecta de enfrentar los problemas, es evitando entrar a los problemas, anticipándose a la situación, ya que definitivamente, todos los problemas que nos aquejan, están impulsados por nosotros mismos y los que nos afectan, pero no son de nuestra responsabilidad, pues, no son nuestros problemas y habrá que enfrentar al que los generó.

 

En hombre está dotado en forma natural del raciocinio, que es el instinto natural que nos permite el transcurrir de nuestra vida en el mejor bienestar posible.  El buen actuar del raciocinio es la inteligencia.  Los hombres y mujeres inteligentes, antes que cultos, son capaces de determinar, por el simple instinto de autoconservación, cuando están en peligro y cuando pueden evitar entrar o salir de determinadas situaciones.

 

El buen actuar, indica que vivir organizadamente es  aplicar la prevención mediante es estudio del riesgo, antes que entrar a una situación desconocida o que pudiera tornarse

Conflictiva.

 

El "sacar una especie a crédito en una casa comercial", es en la actualidad la forma más práctica y sencilla para explicar esta situación. Si bien es cierto que uno pudiera necesitar determinada especie, para su supuesto bienestar inmediato, antes que determinar la necesidad objetiva o utilidad que se le dará a esa especie, hay que establecer la capacidad económica para adquirirla, ponderando el precio al contado en otras tiendas y si es a crédito, cual es el costo final o si nuestra estabilidad laboral la permitirá satisfacer o se está postergando algo más necesario y al final, si se podrá cubrir todas las cuotas con facilidades.

 

En el Chile de hoy, son miles las personas que creyendo obtener la felicidad por medio de las cosas o un supuesto bienestar, se han entrampado en créditos, que no han podido cubrir y que a la larga le han ocasionado infelicidad.

 

El ingreso de los jóvenes a estudiar determinadas carreras universitarias de elite, que son imposibles de cubrir económicamente por los padres y la sobrevalorización personal frente a un determinado trabajo, son otros ejemplos muy recurrentes.  Con esta forma irracional de buscar la felicidad o el bienestar con preponderancia del supuesto mejoramiento económico y social, sólo se logrará encontrar la infelicidad mediante el no logro de los objetivos o por fijarse, como lo decíamos anteriormente nuevas metas cada vez más altas.

 

Vivir organizadamente es ser capaz de equilibrar los factores de las condiciones sociales propias o potencialidades y las condiciones sociales.

E.- Debiéramos por último, hacernos planes de progreso material con posterioridad a confiar más en el amor y a una buena relación con nuestros familiares, amigos, vecinos, e incluso compartir nuestros bienes y nuestro tiempo con desconocidos (por esto de que ellos también merecen ganar).  Estoy seguro que esto es considerado como una utopía, pero indudablemente, es una terapia que da una profunda tranquilidad espiritual.

 

Se habla mucho en estos años de los malos efectos que tiene en el ser humano, sobre todo en los hombres, la represión de los sentimientos y emociones.  Se refieren generalmente los sicólogos a las emociones que acompañan a los instintos básicos que estudiaremos oportunamente.  Y si bien, los más de los autores, recalcan la conveniencia y posibilidad de sublimar los impulsos que dichas emociones provocan, es decir, encauzan sus energías por canales benéficos, mucho nos tememos que la impresión dejada por otras enseñanzas sea a la larga una fecunda causa de desgracia y sufrimiento.

 

Como bien lo reconocerán enseguida quienes procuran mantenerse al tanto es estas cuestiones, nos referimos en particular a los impulsos sexuales.

 

En las religiones hay cierta intención que impide la plena expresión, reprimiendo los impulsos naturales y fomentando la continencia (Celibato).  Pareciera que este proceder justificára lacras como la prostitución, los nacimientos no deseados, sin dejar de lado todos los dramas humanos generados dentro de los grupos familiares, lo que también es socialmente aberrante, pero es dable en la naturaleza, tema que tocaremos más adelante.

 

No negaremos, ni ignoramos que la represión de las emociones sea perjudicial y es por eso que estamos un tanto distantes en este sentido con respecto a algunas creencias religiosas.  Ya que todas las represiones son malignas.  Pero recalcamos la necesidad de encauzarlas debida y equilibradamente.

 

En efecto, el intelecto no podrá aceptar una fe que contestase en forma absurda a las grandes preguntas de nuestro origen, nuestra existencia y nuestro destino.  Pero es precisamente la respuesta que reciben las interrogantes... ¿qué soy?; ¿de donde vengo? y ¿a donde voy? las que constituyen para muchos el punto donde se divide la fe y la ciencia.  Por esto convendrá que estudiemos con cierto detenimiento las dos explicaciones que suelen presentarse como soluciones a estos problemas.  Hay que reconocer, en honor a la igualdad y a la justicia, que hay un importante porcentaje de personas que no se interesan para nada en las respuestas y que ni se cuestionan la existencia de la vida, lo que debemos aceptar dentro de la tolerancia amplia y absoluta que el tema requiere.

 

Primero, diremos que hay algunos, generalmente personas científicas, intelectuales y del mundo de la cultura que declaran que nadie sabe ni puede saber como se originó la vida, pero que es posible que cierta reacción de humedad y temperatura en uno en un grupo de elementos químicos, haya conducido a comportamientos fisioquímicos y combinaciones por azar iniciadas en algún momento, que dura hasta estos días y seguirá por una eternidad, suponemos. Anteriormente lo dijimos.

 

Hace muchos miles de millones de años una partícula de materia generó vida y fue evolucionando a través de larguisimas épocas y pasando por una laboriosa escala de seres...: tales como ameba, protozoos, pez, batracio, reptil, ave, mamífero, simio, y llagando finalmente a algún salvaje antepasado del hombre a través de sus miles de millones de variantes genéticas y moleculares, aunque en verdad el hombre NO es el final ni el objetivo de los seres vivos.

 

Es verdad que hay muchas variaciones en esta respuesta, porque sólo los ignorantes y obcecados desconocen las otras alternativas (que como dijimos es el gran defecto de las religiones y las agrupaciones sociales).  También hay personas que eliminan el azar y hacen intervenir a un creador para iniciar la vida, No hay que olvidar que hoy hay personas que crean materia viva desde metales en laboratorios, desde nada orgánico, sale lo orgánico, lo que es el anti Dios mismo.

 

El creyente está obligado a hacer intervenir a Dios en la evolución y prefiere aceptar directamente la enseñanza de las escrituras y contesta así las preguntas que nos ocupan "Nuestro origen es divino, fuimos creados a imagen de Dios.  El mal penetró en la creación, es verdad y arruinó al alma humana, la imagen de nuestro creador.  Pero hay fuerzas que obran para restaurarla con tal que nuestra voluntad coopere con ellas."

 

Muchos han hecho esfuerzos por armonizar la fe en Dios con la teoría de la evolución, aunque no se han llegado a poner de acuerdo porque los unos no admiten la existencia de un creador y los otros sostienen que fue Dios quien inició la teoría de la evolución y sin él no habría existido el chispazo inicial.

 

Como decíamos anteriormente, esta postura frente a la vida es de libre albedrío y son las costumbres, la familia, la sociedad, la que inducirá a cada individuo a alinearse y a aferrarse donde quiera y donde sus impulsos, su alma lo dirijan.  También podrá no alinearse acudiendo a la más importante fuente del bienestar... LA TOLERANCIA.

 

 

LA CORDIALIDAD EN FUNCION DE LA FELICIDAD.

 

Quiero hacer un punto aparte para retomar el momento en que éramos niños y siendo scout, lobato o lobita, nuestros instructores nos enseñaron que debíamos hacer una obra de bien cada día.  Esta actitud, más que enseñar la entrega que cada uno de nosotros debemos tener para con nuestros semejantes, nos enseña a dedicar al menos unos minutos al discernimiento de nuestras actitudes, si usted lo quiere llamar de otra forma, a pagar en alguna medida, los males que pudiéramos haber ocasionado durante ese día, como una forma de compensación.

 

Con anécdotas y consideraciones personales o conocidas quiero invitarlos a dedicar unos breves momentos diarios, leer, meditar y a actuar sobre la base de la verdad profunda, detallo más adelante algunas experiencias que les servirán a dar un sentido pro humano y solidario a sus vidas.

 

Lo optimo será que se atrevan a pedir a alguna persona que los acompañe o que haga comentarios sobre sus relatos y experiencias.  Esta situación además de ser abiertamente positiva incide en que los contertulios, tratarán temas de progreso emocional colectivo, ya que en la actualidad la gran mayoría de los temas en las conversaciones sociales, son los negocios o el fútbol, para los hombres, las  enfermedades, la empleada doméstica o los niños para las mujeres y en el menor de los casos es simplemente un ping-pong de quienes se encuentran mejor económicamente, algún personajillo o programa de televisión.

 

Por eso es que sugiero contar cualquier historia recientemente vivida, tratando de destacar los aspectos relacionados con la verdad y lo que  de esta historia sacaste de positivo de beneficio o ejemplo espiritual a seguir, descartando de plano la supuesta ganancia económica, sino el ejemplo que detrás de un determinado hecho se obtiene, que también y por último, podría llegar a ser un negocio.

 

Al iniciar este tipo de conversación, hay que ser con tu propia anécdota breve, de modo que también aprenderás el arte de ser conciso y la claridad, sin sacrificar ninguna de las cosas esenciales del contenido, pero por sobre todo, dejar hablar a los demás y prestarles absoluta atención cuando a ellos les toque opinar, pues puede tratarse de tipos tibios, llenos de vacilaciones o desconocedores todavía del sentido exacto del tema.

 

Hay ahí, una excelente manera de interactuar con otras personas a veces desconocidas y es por ello que debes hacerlo de manera suave, comprensiva y diplomática.

 

Si el tema es interesante, demuéstralo y agradécele a tu interlocutor que tenga esa posición frente a determinados hechos de la vida y que estarías deseosa (o) de seguir escuchándole sobre el tema.  Si el tema no te interesa o se ha salido del contexto inicial, trata de encauzarlo nuevamente.

 

El título de esta sección es La Cordialidad al Servicio de la Felicidad, pero debo insistir, en que no necesariamente siempre se está de acuerdo, incluso se puede estar en desacuerdo, pero siempre hay que darle una oportunidad al que piensa distinto y recordamos la famosa frase de Voltaire. "Estoy completamente en desacuerdo con tu opinión pero daría mi vida porque tuvieras la oportunidad de expresarla", por tanto, más que la cordialidad, la "Tertulia " como fuente de felicidad y donde se perseguirá entregar la felicidad y enseñar a obtenerla a todos los contertulios.

 

Son muy recordadas por nuestros abuelos y muy publicitadas por los viejos intelectuales las tertulias de antaño, en que se trataban temas de actualidad y se adornaba con aspectos culturales, pero por sobre todo, se regaba bastante con "Canarios", "Palomas", "Mistelas" y otro tipo de licores dulzones.

 

Existen algunas normas que se debe seguir para conseguir un resultado benéfico y las detallo...:

 

1. - Se valiente y perseverante: el mero hecho de iniciar una conversación y lo más importante, iniciar un tema, ya es una prueba de sinceridad y el deseo que tienes de trasmitir tus ideas a los otros.  Es posible que ese tema desaliente a la gente y podrás llegar a pensar ¿para qué me voy a molestar si no hay nadie que se preocupe por ello?. Todo aquel que busque la felicidad tiene que estar preparado, con frecuencia, para el desaliento, pero aun en tales casos hay un remedio... debes estar atenta, para que cuando otro saque un tema, puedan nuevamente intentar "colar" tu posición, porque sólo y en silencio, solo se llega a la depresión.

 

2. - Asiste a todo tipo de reuniones: sin descuidar tus deberes básicos de entendimiento familiar y laboral, o sea no ir sólo para evadir situaciones personales, familiares o como terapia, acércate a grupos reducidos que no estén fanatizados o sean obsesivos por determinada materia, que vistan similar a como tu estar vestida en cantidad, calidad y forma, que sea mixto, que sean de tu misma edad o similar y que sean todos aproximadamente de tu talla, esto parecerá estúpido para algunos y de Perogrullo para otros, pero es de suma importancia.

 

Saluda al llegar, preséntate si no te conocen, presenta a los que no se conocen y despídete al retirarte.  Nunca te retires si el tema no te gusta, ni menos te retires vociferando en contra del tema o en contra de alguien, si lo haces, es porque no haz aprendido a escuchar y hay pocas posibilidades de que con esta actitud respeten tus opiniones o siquiera te escuchen en el futuro, es signo de debilidad y no te hará feliz.

 

No está demás decir, que debes acudir a todo tipo de reuniones con puntualidad, con la presentación acorde, ya que es una injusticia para los demás que no se respeten los acuerdos previos.

 

3. - Se un buen oyente (es la clave): Pero no permanezcas siempre callado, ni hables de temas o personas que no conoces.

 

Epicteto, el filósofo decía: "La naturaleza dotó al hombre de palabras, pero también dotó al hombre de dos oídos para que escuche a los otros dos veces más de los que él habla".

 

a.- Si deseas hacer comentarios pertinentes sobre lo que dicen lo demás, tienes que escucharlos.  Esto puede resultarte molesto, pero sin duda estarás concentrándote en lo que esperas decir a los demás cuando te toque.

 

b.- Aprende de las ideas y de los pensamientos de los otros.  Si uno de los presentes, se torna insistente y obcecado con su posición, el hecho debes guardarlo en la memoria y no iniciar una controversia estéril.  Llegado el momento en una reunión posterior y si fuera el caso, harás presente al afectado el cambio de posición que ha tenido con respecto a la vez anterior.  Puedes con este simple sistema y estrategia, desvalorizarlo, bajando el perfil a aquel que pretendía dirigir obcecadamente la reunión a temas perniciosos.  (¿Se acuerda de la memoria que tenía el que recibía regalos que no servían para nada?.)  Es el mismo efecto de hipersensibilidad, lo que en medicina se llama el síndrome de Lupus, es un sistema inmunológico super activo, que incluso puede llegar a atacar al mismo cuerpo del afectado y se combate sólo con condicionamiento  inmunológico, comportamientos repetitivos contrarios a las situaciones nefastas anteriores, o sea, demostrarle repetidamente actitudes y hechos ahora verdaderamente positivos y en lo posible, reconocer el error cometido.

 

c.- Aprovéchate, aunque no sea siempre, para imitar la manera en que tus contertulios presentan sus ideas, sobre todo si el que da la opinión es un especialista reconocido sobre el tema.

 

d.- Presta suma atención a todos los comentarios, incluso a los que te critiquen, aunque estos no se dirijan a tu persona.

 

e.- Una preparación escrupulosa: a veces es preferible callar, sobre todo en temas que son desconocidos y en todos los temas subjetivos o valóricos, como política, religión, fanatismo deportivo, etc.

 

         4. - Pon en práctica lo aprendido: lo que has asimilado en cualquier campo del saber, no se convierte en verdaderamente tuyo hasta que hagas uso de ello.  Y resulta doblemente cierto cuando se trata de la crianza de los hijos, de las relaciones con la familia y con los amigos, ya que ellos ante el tratamiento frecuente podrán hacer comparaciones de tus distintas y variadas posiciones con el correr del tiempo.

 

Busca las oportunidades que te conduzcan a dar cuerpo a las buenas ideas que tengas y anima a otros a participar.

 

En mi afición por la escritura y como una manera de enseñar el tema de la religiosidad a los niños, hace algunos años escribí un cuento corto, que llamé...

 

 

L A S  R A N A S.-

 

Aunque esta historia empieza un día nublado del mes de octubre, en el pequeño pueblito de El Estólido, ubicado a solo cinco kilómetros del pueblo de El Ingenio, en el cajón del Río Maipo, en la Cordillera de los Andes, un poco más al sur oriente de la capital de Chile, Santiago, debemos decir que ya la primavera estaba haciendo denodados esfuerzos por que los árboles rindieran en esa zona, sus frutos grandes y aromosos como nunca.

 

Además del camino serpenteante y polvoriento que corre a un costado de río de caudalosas aguas cristalinas de vez en cuando se divisaba la línea del tren, que rugiendo estremece el suelo a intervalos regulares durante el día.

 

El río fluye turbulento entre rocas como un potro briosamente encabritado.

 

 

 

 

         Bandadas de mariposas inmensas, de colores infinitos se dejan llevar por la brisa fresca de la tarde.

 

         Bailan al compás los añosos eucaliptus, que en los pequeños espacios disponibles se atreven a quebrar el cielo y que sirven de morada a los pocos picaflores que subsisten en las quebradas.

 

         Tras una de las muchas curvas, se divisa el Pantano a la vera del camino y de la vía.

 

         El sol dispone sólo de ocho horas para permitir la fotosíntesis de las plantas del sector, ya que los empinados picos, moteados aún de nieve, no dejan que sus rayos entibien directamente las aguas mansas.

 

         La avispas se apresuran capturando la mayor cantidad de mosquitos y zancudos posible para proveer el nido o la colmena, en la cual espera hambrienta la camada primaveral.

 

         Las Ranas de nuestra historia prefieren la parte quieta, un remanso que está justo donde las líneas del tren casi tocan el agua, a la entrada de una de las decenas de túneles que le permiten trepar por las alturas.

 

         A cierta hora del día una locomotora gigantesca seguida de cantidad de carros atestados de viajantes y de carga, salía jadeante desde el túnel que desembocaba, como digo, cerca de extremo del pantano.  Por supuesto, al paso de la locomotora se estremecía el suelo hasta cierta distancia.

 

         Entonces, las dos ranas aletargadas de nuestro cuento, que se inclinaban por la filosofía, empezaban a discutir.

 

         Una de ellas era atéa, la otra creía en algún poder mayor que el de las ranas.  La atéa sostenía que la creación del tren era una cosa material y física.  Bastaba con reunir una colección de ciertos materiales, metales, moléculas y átomos, con otra clase de energía y darles forma fuerza y movimiento, era cosa sencilla.

 

         A la rana creyente, la cosa no le parecía tan sencilla.  Argüía que debía haber algún poder divino capaz reunir estos elementos, átomos y moléculas, darles vida y dirigirlos.

 

         Nuestras ranas discutieron así diariamente hasta que llegaron a ser muy viejas.

 

         Ambas, en sus momentos de intimidad personal, en las soledades de los remansos de la charca iniciaban esfuerzos por cambiar su personalidad, ambas estaban dudosas de su posición, la que constantemente defendían tan arduamente frente a su amiga y a quien fuera.

 

         Sucede a veces que algunos seres nos dejan la impresión de que con la fuerza de voluntad, vigilancia y trabajo, logran cambiar radicalmente y en vez de conservar su carácter, sea odioso y despreciable por sus congéneres, adquieren en la intimidad personal e individual, un trato de conformismo o inseguridad, deseando todos, absolutamente todos, en definitiva, ser agradables y de muchos amigos.

 

         Un día la rana atea, que además de envejecer se había vuelto descuidada, se quedó un rato demasiado largo sobre el riel asoleándose.  La locomotora salió rugiendo como siempre del túnel y la aplastó.

 

         Para su amiga y compañera de toda su vida, la rana que parecía buena y religiosa, ya no hubo discusión posible.  El asunto, había quedado decidido para siempre.  El designio de Dios "todopoderoso", había castigado a la que oso contradecirlo.

 

         La rana religiosa, nuevamente, en su intimidad, se dio cuenta que esta desgracia no probó gran cosa, pues su seso no era capaz de comprender el poder que había concebido y construido la locomotora y seguiría haciéndola funcionar.

 

         Pero la rana que creía ser la más feliz de las dos, pues tenía algo a qué aferrarse en la vida, se dio cuenta más sabiamente, que en este estado extremo "el que cree saber exactamente como se rige el universo, quien lo rige, donde mora, cual es el verdadero nombre y qué castigos o recompensas dará" es probablemente, el individuo más feliz, aunque en esta posición, encontrarán las otras ranas del pantano al menos dos condicionantes para aceptarla, al igual que los humanos...

 

         Primero: Que es una cuestión de pura fe individual colectivizada, en que se cree saber y portar la verdad y

 

         Segundo: Que el resultado es, "ser probablemente, el más feliz", sin ninguna seguridad de serlo, sólo auto convencimiento.

 

         La solitaria rana, recordó cuando su añorada amiga le comentó que aunque era atea, sabía de algunas circunstancias poco explicables que rodean a los seres, como la suerte la empatía, el estado de ánimo y otros estados momentáneos intangibles y subjetivos, es más, alguna vez le escuchó decir que no tenía fe en un ser superior, ya que percibía también una diferencia semántica y en el vocabulario, donde confianza de con fe, de fiar, es aceptar los criterios de otras personas.  Por otro lado confesar, es decirle esos criterios a otra persona que generalmente es un supuesto representante de ese Dios o creencia y la diferencia es abismante, ya que el confiado es ingenuo, crédulo, incauto, inocente, infantil, pueril, cándido, lo que parecía para sí, simplemente una ofensa y hasta pensaba que estaba siendo burlada por sus creencias.

 

         En su intimidad y ahora, su autentica soledad se le hicieron más profundos los cuestionamientos, con muchas noches sin dormir.

 

         Olvidó, incluso, su rigurosa alimentación sus periodos de procreación, ambos señalados y dispuestos por su mismo Dios.  Mañosa y enfermiza, pasaba las tardes cada día más sóla.

 

         Había llegado a la conclusión final que para realizar la mejor reforma posible de la personalidad, se necesita más que aferrarse, pero ella ya estaba aferrada a algo, a lo religioso, de lo aún no estaba muy segura.

 

         La rana entonces se hizo anciana y con mucha fe en los otros habitantes del pantano, sus familiares y vecinos, una fe sencilla, ni enfermiza, ni esclavizante, casi como la de un niño.

 

         Cree en el presente, aunque debe ser bastante inteligente para reconocer sus fallas; cree en el futuro aunque reconoce que habrá dolores y mucho trabajo; finalmente cree que habrá un más allá.

 

         Si el ave necesita del nido y el barco necesita del abrigo de un cómodo puerto, los creyentes se aferran a una religión, a veces a un hobby, sea  por deporte o simple entretención, se inmiscuyen con falsos profetas, "enviados divinos", con sectas esotéricas y hasta pueden hacerse seguidores de los ovnis, las drogas y los vicios, siempre tratando, por ese medio, de sanar sus males, enfermedades, estados depresivos la obesidad o simplemente por problemas sociales, familiares o matrimoniales

 

         Pero por sobre todo, el individuo necesita del refugio del hogar y de la familia, son su valuarte en tiempo de estrechez, su consuelo en tiempo de dolor y su seguridad en tiempo de duda.

 

         Cuando no ocurre así y no se vive de esa actividad o sacerdocio, el verdadero propósito es la comodidad la flojera, la desidia, la abulia y una demostración de escasez de inteligencia afectiva o emocional.

 

         El refugio en la fe, será tanto más valioso cuanto más sencillo.  El verdadero propósito de las creencias y la religión en la vida diaria, es reemplazar la duda por la seguridad y la confianza, las dos energías que necesitamos para hacernos atravesar situaciones difíciles.

 

         La religión nada tiene de pasivo, la mejor religión es la que hace obrar, una religión muscular y no sólo hace pensar.  El que acude a lo religioso, debe ir con la seguridad de entregar a otro lo que le queda por vivir, si no, mejor no ir.

 

         Y se hace de noche... una noche llena de estrellas reflejadas maravillosamente en la charca, que está ubicada en medio, justo en medio del camino, entre los pueblos de El Estólido y El Ingenio, miren ustedes qué circunstancia,

 

         Estólido significa tonto, necio, papanatas estúpido, imbécil, idiota, torpe, alelado; mientras que Ingenio, es inteligente, sagaz, astuto, talentoso, perspicaz, agudo, avispado, advertido, habilidoso...

 

         Claro, habilidoso hay que ser, para mantenerse en la vida, en este charco que queda justo en la mitad del camino, allí donde vivieron las ranas de nuestra historia.-

 

 

 

 

 

         """La VERDAD es a la MORAL, lo que el dinero es a lo material. """Solo la VERDAD hace avanzar a la humanidad.

 

         VERDAD, es autenticidad; sinceridad, franqueza, veracidad, exactitud, precisión y escrupulosidad.  La VERDAD, está contra el engaño; la mentira; el embuste; la falsedad; la calumnia; la mixtificación; la farsa; la impostura;, el cuento; la bola; el infundio, la engañifa y el renuncio, el fingimiento, la simulación, la hipocresía; la doblez; la apariencia; la falacia, la falsía; la patraña; la superchería; los chanchullos y los chilenos "chamullos".

 

         El amor a la verdad culmina entre las fuerzas morales.  Virtud humana, no necesita convertirse en la adoración de un mito racional.  Quede para el dogmatismo la presunción de poseer verdades imperfectibles.  Por ejemplo, la verdad de los militares y su gobierno, la verdad de Pinochet, la verdad de los Carabineros.  Para el escéptico el renunciamiento a toda posible verdad, para el místico la confianza en inmutables verdades reveladoras.  Más respetable que cualquier opinión metafísica es el valor moral implícito en la investigación de la verdad, por todos los caminos que pueden acercarnos a ella, tal como podemos concebirla en nuestro punto del espacio y momento del tiempo.  Hay menos mérito en la ilusión de poseer verdades absolutas que en el esfuerzo puesto en buscar las relativas, sin asentir a fórmulas consagradas por las rutina de los demás, sin acatar nada que excluya al control de la experiencia y de la crítica.

 

         Toda verdad expresa una perfectible correlación funcional; el mudar incesante de lo real, determina la variación de lo conocible y de lo por conocer, cuya relación sólo puede concebirse como un equilibrio inestable.

 

         No es lícito ni justo concebir preexistencia de verdades absolutas, universales o eternas, implícitas en lo real y concreto o en la razón abstracta; en una experiencia como la humana, formada en función de un universo variante, devienen sin cesar verdades relativas a esa variación misma.

 

         El ignorante vive tranquilo en el mundo supersticioso, poblándolo en absurdos temores y de vanas esperanzas; es crédulo, como el salvaje o el niño.  Si alguna vez duda prefiere seguir mintiendo lo que ya no cree; si descubre que es cómplice de mentiras colectivas, calla sumiso y acomoda a ella su entendimiento, es esta la situación que ocurre hoy con el personal de Carabineros de Chile.

 

         El estudioso, si duda de las supersticiones vulgares, no omite sacrificios para emanciparse del error.  Rectifica sus creencias con amor y con firmeza; no teme ilusorios fantasmas; se mueve con naturalidad en su ambiente; equivocándose cada vez menos en la apreciación de las cosas y de los hombres

 

         Todo error sincero merece respetuosa consideración, hemos dicho, error sincero e inconsciente.

 

         Es, en cambio, despreciable la hipocresía del que oculta sus ideas por banales motivos; y es simplemente criminal, la mentira del que la enseña a sabiendas por torpes conveniencias.

 

         Bajo el punto de vista de este autor, y merece una larga y profunda reflexión aparte.  El amor es dar y es el antónimo del querer... Uno quiere, quiere para uno, en forma egoísta, en forma y con tiempo determinado.  Cuando uno ama, ama poco o ama mucho, pero ama siempre, porque amar es, simplemente dar.

 

         Se puede amar la verdad poseyendo creencias inexactas, Pero el hombre que adhiere a las mentiras corrientes sin creer en ellas, es inmoral; no lo es menos el que sospecha que sus creencias son falsas; pero se niega a investigarlo, prefiriendo medrar del error a sufrir por la verdad.  Nuevamente es esto lo que está pasando actualmente en Chile.

 

         Desgraciados los que no conciben a Sócrates, que muere enseñando, ni a Galileo que repite en el tormento su "eppur si muove", como una apelación a la justicia de la posteridad.

 

         Las supersticiones perpetúan el odio y la injusticia.  Son residuos fósiles de creencias ya extinguidas; del remoto pasado, inmenso sepulcro se levantan sus fantasmas para cruzar el paso a los que investigan la verdad.

 

         Son males que en el porvenir tendrán remedio, si no es irreparable la mentira que está esclavizando a los miembros de las FFAA, Carabineros, Investigaciones, Gendarmería y el Poder Judicial en Chile, ni la ignorancia que los domestica.  Todos los tartufos, lo sospechan y nada les parece excesivo para perseguir la verdad, cuando asoma en el verbo de un apóstol o en la conciencia de un pueblo.  Los rastreros, serviles, domesticados, los quietistas, criminales y usurpadores, antes que ocultar la verdad que saben, combaten con fuerza al que la busca y enmarañan los caminos que conducen a su encuentro.

 

         Equivocarse es humano.  Podemos perdonar al que se equivoca si tiene el valor de confesar antes que se le demuestre su error.  En cambio quien carece de los auténticos valores sociales de la humanidad, es tanto más despreciable cuanto mayor es su empecinamiento.  El que miente es un falsario, capaz de torcer la verdad, de embrollarla, de corromperla, de perseguirla.  Los que viven inmoralmente aborrecen la verdad y caen siempre en la cobardía de mentir.  En que miente siempre tiene miedo, los verdaderos valientes no mienten.

 

         Contados son los que desatan las ligaduras de lo convencional.  Siempre una mentira, genera una secuencia de mentiras, sustentada por un beneficio inmerecido, beneficio, que llegado el momento de la repartición, genera una nueva mentira que NUNCA cae en un sistema de "dominó", o sea con una caída de todos por igual.

 

         Se ha demostrado científicamente, que la traición, por ejemplo, como mentira militar, implica siempre el menor beneficio económico o material para el de menor grado, digamos, antes que se descubra el delito de traiciónn; es decir recibe menos en la "torta" que reparte como beneficio de esa traición.  Y lo que es peor, en el caso de ser descubierta, recibirá el peor castigo, o será el único que reciba el castigo.  De aquí viene el dicho "El palo se quiebra por lo más débil Se hace el trabajo más sucio a cambio de migajas.  Como negocio, es.....MALO.....MALO.

 

         Lo mismo ocurre para TODOS los delitos en que tenga participación más de un miembro de la Institución.  La reciente historia de Chile, está atiborrada, de generales y coroneles que se enriquecieron y los Jefes de menor grado se beneficiaron con ascensos inmerecidos y cargos cómodos, finalmente, optaron por salirse del sistema con la inercia de los beneficios económicos conseguidos dentro de las Instituciones.  Por el contrario, los escalafones de la tropa, fueron menguados en sus sueldos y beneficios, fueron recargados de funciones inmorales y los que ahora viven de sus pensiones, apenas alcanzan a vivir, por que la mayoría, que no alcanzó a pensionarse está cesante, en subempleos, como artesanos, en microempresas familiares, o simplemente, en la más absoluta indigencia.  Esto es lo que los viejos retirados se han dado en llamar "El Pago de Chile" y yo les contesto, es que Uds., mismos se lo buscaron, por mentirosos.

 

         Contados somos los que tenemos fe en la eficacia de la verdad y en una nueva educación que permita, en el porvenir, encaminarse hacia ideales más altos.  En eso estamos con este Ensayo "de la Moral en Carabineros".

 

         El hombre no necesita para marchar las muletas de ningún dogmatismo, de ninguna doctrina; los que tienen temperamento místico pueden conciliar sus sentimientos con su razón recordando el aforismo clásico: "No hay religión más elevada que la verdad".

 

         Sin las fuerzas morales que nacen del amor a ella, los hombres no se emancipan de las supersticiones que son su yugo.  El pasado, lo hemos visto oprime a lo débiles y a los que a causa de su mentira quedaron pobres y los ata a dogmas que otros forjaron; los muertos no mandan en razón inversa de nuestra capacidad de vivir.

 

         El que en nombre de errores tradicionales se opone a la libre investigación de la verdad, conspira contra la dignificación de su pueblo y será víctima de sus propios socios en la mentira.

 

         Ningún sistema del pasado merece que se le sacrifique una hipótesis del porvenir.  Nada debe acatarse antes de comparar hechos con hechos, ideas con ideas, doctrinas con doctrinas, incluso miedos con miedos.  Creer en el primer catecismo, en la primera monserga que se nos enseña o se nos impone, es renunciar a nuestra personalidad; adherir intencionalmente al que le conviene a nuestros intereses materiales, como hacen muchos ricos inescrupulosos e incrédulos, que sólo fomentan la religión para domesticar a los pobres y a los ignorantes, esto equivale a renegar de toda moral.

 

         Los dogmatismos son coacciones que los beneficiarios de la mentira hacen gravitar sobre nuestra conciencia.  Las castas, las sectas y los grados imponen el sacrificio de algunas verdades o una limitación del libre examen.

 

         Por eso los grandes renovadores suelen sobreponerse a todos los dogmas, puesta su pupila en ideales que no caben en los casilleros de su tiempo; los aman y los sirven sin sujetarlos a conveniencias transitorias.  Heraldo de un ideal son los que no enmudecen ante la hostilidad de los rutinarios; apóstoles son los que no acomodan su conciencia a viles necesidades de aprovechamiento personal.  Su obra y su ejemplo sobreviven en los siglos, acrecentando el patrimonio moral de la estirpe humana.

 

         Todo progreso moral es el triunfo de una verdad sobre una superstición o una doctrina.  El renacimiento de las artes y las ciencias fue una revolución tan grande que aun persiste el eco de ese conflicto entre lo medieval no extinguido y lo moderno en formación.  Y la fuerza magnífica puesta en juego por sus actores, fue la verdad; el inmenso deseo de la verdad lógica, en la ciencia; el deseo de la belleza, que es la verdad en el arte; el deseo de la virtud, que es la verdad en la moral; el deseo de la justicia que es la verdad en el derecho.

 

         Amar la verdad es contribuir a la elevación del mundo moral; por eso ningún sentimiento es más odiado por los que se lucran con la mentira.  En todos los tiempos y lugares, el que expresa la verdad en voz alta, como la cree, lealmente, causa inquietud entre los que viven a la sombra de intereses creados.  Pero aunque a toda hora le acechen la intriga y la venganza, el que ama la verdad no la calla.

 

         El hombre digno prefiere morir una sola vez, llevando incólume su tesoro.

 

         El cobarde muere moralmente cien veces, todos los días en la mañana, porque en la tarde muere de miedo; es vil quien prostituye sus creencias en la hora del peligro, mintiendo para ganar el perdón de sus propios enemigos.  La cobardía moral es de suyo tan infame que ninguna pena podría aumentar su vergüenza; y la mayor de todas las cobardías consiste en callar de verdad para recoger las ventajas que ofrece la complicidad con la mentira.

 

         La armonía no es semejanza ni fusión universal, sino solidaridad organizada de culturas heterogéneas.  La desigualdad de los pueblos, así como la de las personas es conveniente para la humanidad, como la individual es útil para la nación.  La justicia no consiste en borrar las desigualdades, sino utilizarlas para armonizar el conjunto.  A todos conviene que cada uno intensifique sus propios rasgos, de acuerdo con las características del medio en que se desenvuelve; si ella se perdiera, sería perjudicial.  La solidaridad debe concebirse como el equilibrio de partes cada vez más diferenciadas, capaces de cumplir mejor sus funciones en beneficio propio y de los demás.  Cuando el pueblo pierde la noción de interdependencia, tiende a romper el equilibrio en determinado provecho minoritario, desencadenando una guerra social que a todos perjudica.

 

 

 

 

 

 

RESUMEN  HISTORICO:

 

         La Fisiología Filosófica, todos los tratados de sociología y de siquiatría moderna, históricamente han establecido que...:

 

Mientras visten uniformes se hacen los valientes

 

¡¡   POR FALTA DE SESO.   !!

 

Cuando están por salir, la preocupación los persigue

 

¡¡   POR FALTA DE FUERZA MORAL,   !!

 

Cuando están fuera, el MIEDO los sumerge en la piara.

 

Y NO DISFRUTARAN PLENAMENTE DE LA VEJEZ,...

 

POR

 

M E N T I R O S O S   y   A S E S I N O S.-

 

 

 

 

 

 

 

 

PALABRAS FINALES.

 

         Queridos amigos, las verdades pueden ser peligrosas para quienes las predicamos y nos conduce, generalmente, a la pobreza económica.  Pero el que las ama, lejos de arredrarse o intimidarse por el peligro, debe provocarlo, enseñándola a los que aun pueden aprenderlas.  En el corazón de los jóvenes de verdad es generadora, como el calor del sol, que en los jardines de mi casa se convierte en flores de mil colores.

 

         La verdad, ustedes saben, es doble verdad si es escrita y el lápiz tiene más fuerza que mil fusiles, ya que es la más temida de las fuerzas revolucionarias; los pequeños motines se fraguan con armas de soldados, las grandes revoluciones se hacen con doctrina de pensadores.  Todos los que han pretendido eternizar la injusticia en cualquier tiempo y lugar, han temido menos a los conspiradores políticos-militares que a los heraldos de la verdad, porque ésta pensada, hablada, escrita y contagiada produce, en los pueblos cambios más profundos que la violencia.  Ella siempre seguirá, siempre invencible, es finalmente, el más eficaz instrumento de redención moral que se ha conocido en la historia de la humanidad.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MARIO ARNOLDO DE LA FUENTE  FERNANDEZ.

 

 

 

U L T I M O   M I N U T O.-

 

         No siendo la naturaleza inteligente; no siendo siquiera un ser, sino un orden de cosas y seres vivos constituidos por un infinito de composición y descomposición, el sistema que relaciona a los seres vivos, es Dios.-

 

 

"P E D I G U E Ñ A D A".

 

Este Ensayo es parte de un conjunto de trabajos denominado "SAVIA BERDE" relativos a la inseguridad ciudadana, grave situación social que no tiene dueño ni representante legal, pero sí responsables, con nombres y apellidos.

 

         Este autor, que pretende ser un paleontólogo de la VERDAD, solicita a los amigos lectores, que estén por la misma causa y que deseen editar y comercializarlo, se pongan en contacto con EDICIONES "COMANSESTE", F/Fax.56-2-5311565, Santiago de Chile.

 

 

"   TO COMPARE IT’S OUR RESPONSABILITY   "

 

En Chile, hay Carabineros que asesinaron, torturaron, violaron y robaron; Doctores que torturaron; Jueces que mintieron y negaron justicia; Militares que torturaron, mataron e incendiaron juzgados...  Para que, como sociedad nos sanemos, debemos ver el programa "Siglo XX", se emitirá el 03.04.2000 en TV. Mundo, dirigido por Mike Wallace, y varios periodistas de CBS, NEWS, como Anddy Magnus y Anthony Mason entre otros; entrevistan a JIM FAYE, Catedrático del Temple University, USA.; que se refiere a las Comisiones Especiales de Hombres buenos que intervinieron a los cuerpos policiales para eliminar a los funcionarios corruptos, asesinos, drogadictos, etc. como la Comisión Roosvelt (1.930); la comisión, Knapp 1.985 en N.Y.; La Comisión Milton Mollen (1.993).  Los Body Boys; La Prisión 77; La Libreta; y también, el Interventor Fred Thomas, reeducador de Policías.  Antes que bastones y armas, debemos dotar a los policías de una fuerza moral inquebrantable.  Después, solo después, les podremos exigir Tolerancia CERO, before it’imposibl.