Blogia
mariodelafuente-eldardo

LA MORAL EN CARABINEROS COMO FACTOR DE INSEGURIDAD CIUDADANA CAP.9

CAPITULO 9.-

      Si el alma no es percibida por los sentidos, esto prueba sencillamente que no es la energía física, porque, como lo hemos dicho, solo la energía física impresiona los sentidos.  En cuanto a las relaciones del alma con el cuerpo, es decir, con el protoplasma, no son más difíciles de definir que las que ligan a la energía con la materia.

 

      He aquí lo que, respecto al éter dice el gran físico Sir William Thomson (Lord Kelvin).  "Una cosa de que estamos ciertos, es la realidad y materialidad del éter luminoso."

 

      El Dr. Saveu H.  Edatam, de quien he tomado esta cita agrega, comentándola;  "los fundamentos lógicos de esta certidumbre son, en efecto, a lo menos tan poderosos para una inteligencia de este temple, como el testimonio de los sentidos, de los cuales, por lo demás se conoce los límites de penetración, la enfermedad y las alteraciones.  El éter no nos es revelado directamente por ningún sentido; lo es por los fenómenos para los cuales es factor necesario.  La hipótesis del éter no implica ninguna abdicación de parte de un espíritu científico y crítico".

 

      Esto es precisamente lo que afirmamos del alma, el alma no nos es revelada directamente por ningún sentido, lo es por los actos de los cuales es factor necesario.

 

      En lo que nos concierne, afirmamos alta y fuertemente que estamos tan ciertos de la existencia del alma, como de no importa cual de las verdades establecidas por la ciencia experimental.  Y esta no es una simple creencia sino una convicción profunda, adquirida científicamente.

 

      La ciencia, acabamos de verlo, demuestra la existencia del alma y define sus atributos.  Pero esto no quiere decir que se detenga en su camino. Siendo el conocimiento por las causas, debe preguntarse...:  ¿Cuál es la causa del alma?.

 

      Las almas de los seres vivos derivan evidentemente de las de sus padres que son, por así decirlo sus causas inmediatas.  Nos referimos a la carga genética.  Pero estas causas, no pueden ser, sino causas segundas, cuya serie no es ilimitada.

 

      Las almas de los hombres son creadas por y para cada individuo, para una causa primera que es la sociedad.

 

      En efecto, la vida no ha sido siempre posible sobre la tierra, pues, han comenzado a existir en un momento dado.  Ahora bien, como es absolutamente imposible que el alma sea efecto de la materia y de la energía.  (las almas, son de una esencia del todo diferente a la de la materia y la energía)- que, sobre la tierra, han preexistido, sin duda, - debemos concluir que ha habido en ese momento la intervención de una causa primera.

 

      La razón, apoyándose sobre el principio de la causalidad, "nada se hace sin causa y cada causa tiene su efecto" nos conduce necesariamente, a la noción de la existencia de una causa primera del alma, noción eminentemente científica, porque el principio de causalidad es la base de la ciencia.

 

      Y, notémoslo bien, esta noción, que es algo más que una hipótesis, porque no eso solo la conclusión de un razonamiento por analogía, - se impone con una fuerza irresistible a nuestro entendimiento, tanto más cuanto que rinde perfecta cuenta de todos los hechos de observación, - que sin ella permanecerían sin explicación, - y está en contradicción con ninguno de ellos.

 

      Saber que existe una causa primera del alma, no puede bastar al hombre de ciencia, que se pregunta todavía:  ¿Cuál es esta causa primera?; ¿cuáles son sus atributos?.

 

      Para responder a esta pregunta, volvamos a los hechos de observación, que no deben perderse jamás de vista.

 

      1. - La causa primera no es percibida por los sentidos, luego es inmaterial.

 

      La observación muestra que cada ser viviente está construido siguiendo: una serie de consignas reglamentadas de antemano, siguiendo un plan preestablecido, y que ese plan, con cortas diferencias, es igual para todos los seres de una misma especie.

 

      Ahora bien, el tipo morfológico de una especie difiere más o menos de los de las demás especies.  Pero bien que distintos los tipos de las diversas especies presentan entre ellos analogías manifiestas, por el hecho de poseer órganos homólogos.  Así, por ejemplo, todos los animales vertebrados tienen un aparato nervioso, y entre los aparatos nerviosos de los diferentes vertebrados existe una homología, una semejanza imposible de negar.

 

      Aun más, las formas sucesivas que toma un animal superior, en el curso de su desarrollo, presentan una cierta analogía con las formas de los otros animales de especies diferentes, llegando a su completo desarrollo.

 

      Hay, pues, una cierta uniformidad del plan morfológico.  De esta uniformidad de plan, de esta semejanza, - por medio de los razonamientos basados en premisas absurdas, - tales como las siguientes: toda cosa que se parece a otra deriva de ella. - premisa análoga del sofisma "post hoc ergo proter hoc", - se ha ensayado obtener pruebas a favor de la teoría de la transformación de las especies, sin darse cuenta de que, si la descendencia implica la semejanza, la inversa puede ser falsa, puesto que la semejanza no implica de ningún modo la descendencia.  Dos hojas de papel se parecen la una de la otra, pero insensato sería quién pretendiera que esta semejanza prueba que una de ellas deriva de la otra.

 

      Este plan morfológico que salta a la vista en la evolución del individuo y en la serie de los seres vivos, - una transición gradual de las formas, desde las más simples hasta las más complejas.

 

Si, además se toma en cuenta el hecho de existir igualmente una uniformidad del plan fisiológico; que la constitución química y los fenómenos fisiológicos son idénticos en todos los seres vivos, que todos esos seres, sin excepción, están formados por protoplasma, y todos, sin excepción, presentan los mismos fenómenos vitales de nutrición, de reproducción y de relación, se llega a la conclusión de que en el reino viviente existe una unidad en la variedad ilimitada de formas y de fenómenos, y que esto nos conduce a admitir que este reino es el efecto de una causa primera y única.

 

2. - La observación muestra que el ser viviente construye, con una perfección maravillosa, en mira de funciones determinadas, los diversos órganos que constituyen su cuerpo, - órganos que no funcionan sino más tarde, y cuyo funcionamiento está perfectamente adaptado a un fin útil.

 

Ahora bien, como lo hemos hecho notar en varias oportunidades, la construcción de los órganos y su funcionamiento se realizan sin saberlo el ser viviente.  Y lo que es más, este ser parece no haber concebido él mismo el fin de sus actos morfológicos y fisiológicos que ejecuta, porque ignora el absoluto ese fin.  Sigue un plan preestablecido del que no es autor, obedece ciegamente a una consigna recibida "en el origen" a la cual han obedecido igualmente sus padres, abuelos y toda su precedencia, desde que su raza y su especie existen.  Parece pues, que el alma, - que realiza la finalidad inmanente del ser por ella animado, - no es ella misma, propiamente hablando, la causa de esta finalidad, es decir, no es el agente que la concebido y querido.

 

Hay más, al lado de los hechos vitales que tienen por objeto la conservación del individuo, existe toda una categoría de actos y fenómenos que tienen por fin la perpetuación de la especie, - es decir cuya finalidad no es ya inmanente y propia respecto al individuo, sino que se refiere a otro o a otros individuos.  Ahora bien, si el alma no es la causa de la finalidad inmanente del ser al cual vivifica, a fortiori, no es la causa de una finalidad que se refiere a otro individuo.

 

La observación muestra todavía que, para formar los tejidos y para realizar los fenómenos vitales, para vivir en una palabra, todo ser dotado de vida tiene absoluta necesidad de substancias orgánicas y sobre todo de hidratos de carbono.  Pues bien, como lo hemos recordado en las hojas precedentes, solo las plantas verdes pueden fabricar los hidratos de carbono en forma natural a expensas de las substancias inorgánicas.  Sin ellas, la vida sobre la tierra sería imposible, porque los otros seres vivos (microorganismos, plantas, animales, etc.) son incapaces de subsistir por sí mismas.

 

La existencia de todos los seres vivientes depende, pues, de la de las plantas verdes, que son por decirlo así, las nodrizas de todo el reino de la vida.

 

La observación muestra igualmente que después de la muerte los seres superiores (animales y plantas), los microbios entran en escena y, por las fermentaciones, las descomposiciones y la putrefacción que determinan, disuelven la substancia orgánica que constituye el cuerpo de esos seres superiores, la simplifican, la llevan finalmente al estado de substancia inorgánica y la vuelven al mundo mineral de donde deriva y de donde vuelve a ser tomada por las plantas, por las plantas verdes que son las que contienen clorofila.

 

Sin los microorganismos, tales como los microbios, la superficie de la tierra sería cubierta y obstruida por innumerables cadáveres de animales y de plantas, lo que en un determinado momento haría imposible la vida de nuevos seres.  Realiza pues, la naturaleza una especie de cremación de cadáveres, porque el resultado de la putrefacción, de la descomposición, como el de la cremación, es la reducción de la substancia orgánica al estado mineral.

 

Los microbios no hacen sino destruir.  Se ha comprobado, por ejemplo, que las plantas fijan el nitrógeno del aire, por medio de la fotosíntesis, que consiste en absorber del aire el anhídrido carbónico (CO2) y desaprovechar el oxígeno, que es devuelto al aire y que aprovechamos los animales.

 

Al mismo tiempo, gracias a ellas, se cierra un inmenso cielo de energía y de materia que, partiendo del mundo inorgánico, pasa a través del mundo viviente y viene a terminar nuevamente en el mundo inorgánico.

 

Estas nociones que constituyen una de las más bellas conquistas de la CIENCIA, han puesto en evidencia la admirable armonía que reina en el mundo de la vida, así como la simbiosis gigantesca, del todos contra todos y a favor de todos, - en otros términos, la estrecha dependencia, - que liga entre sí a todos los seres vivientes.

 

Y esta armonía.  Esta maravillosa adaptación de medios a fines, no es ciertamente la obra de las almas que obran aisladamente, no puede ser obra sino de una CAUSA PRIMERA.

 

De todo esto se deduce, que la CAUSA PRIMERA, verdadero autor de la finalidad morfológica y fisiológica que se constata en los seres vivos, tomados en particular y en conjunto, presenta en un grado supremo, el atributo de la sabiduría, porque la finalidad concebida del efecto implica la sabiduría de la causa.

 

Demostrar la existencia de una CAUSA  PRIMER DE LA VIDA, UNICA, INMATERIAL Y DOTADA DE SABIDURIA; he aquí el término sublime a que llega la fisiología.

 

Esta causa primera es LA SOCIEDAD, el conjunto mismo de todos los seres vivos.

 

No es creo en Dios lo que debe decir el hombre culto y de ciencia, (credo in Deum), sino (Scio viverum Deum esse) sé que Dios es la viva sociedad.

 

Finalmente podemos ya dar a la pregunta ¿Cuál es la causa de la vida?, la respuesta siguiente que reúne todas las condiciones requeridas por el método científico:

 

LA VIDA ES EFECTO DE DOS CAUSAS: UNA CAUSA SEGUNDA O ALMA; otra CAUSA PRIMERA, LA SOCIEDAD DE TODOS LOS SERES VIVOS.

 

Concluimos entonces, que la sociedad, o sea, el conjunto de los seres vivientes es Dios, dicho de otra manera DIOS SOMOS TODOS Y CADA UNO DE LOS SERES VIVOS.

 

La idea de Dios es hoy una noción fundamental sin la cual la ciencia cae en el absurdo, o sea, la ciencia no puede tener resultados si solo observa para sus análisis un solo individuo, cualquiera sea, bruto o vivo, y tiene que, para ser efectiva, estudiar al individuo en el contexto de los otros individuos de su misma especie y finalmente en el contexto universal de los seres vivos.

 

La policía es una organización dispuesta por la sociedad de los humanos para que la defienda de toda interferencia que impida la buena relación y de subsistencia y de desarrollo en primer lugar de los humanos y en segundo lugar de todos los seres vivos, es esta la función impuesta históricamente por la humanidad, desde que el hombre es social. Dicho de otra forma, la policía debe defender a la mayor cantidad de Dios o de humanidad frente a las agresiones que impidan el normal desarrollo por parte de, cualquiera forma de agresión que también pudiera ser, un individuo o más perteneciente a esta misma humanidad.

 

Es esta la razón de ser más profunda y antigua de los organismos de seguridad, representados en nuestra sociedad de humanos por las policías y en Chile por Carabineros e investigaciones, según lo determina la Constitución Política del Estado, que es la norma máxima a la que tenemos que obedecer todos los humanos de nacionalidad chilena.

 

Entonces la policía siempre tiene que defender, en primer lugar a la mayoría, como impronta o primera reacción ante un evento social, luego defenderá a la sociedad de las agresiones impuestas por una parte de la misma, que impida el normal desarrollo de la vida humana.  Podría ser entonces, que una minoría esté siendo afectada por la mayoría y en ese caso la policía actuará en función del método científico, que es precisamente en que no se está usando actualmente en Chile.

 

¿Cuál de las dos o más causas que friccionan benefician más al desarrollo del hombre como especie en su contexto natural, ya no político, ya no económico, ya no inmediato, ya no sexista, ya no religioso, ya no regionalista o étnico, ya no lo legal? y la respuesta solo la tendremos a cada instante con policías más cultos y más inteligentes, que en el momento justo de la eventualidad, apliquen lo que beneficie en definitiva al desarrollo de los seres vivos.

 

La casuística es casi infinita.  Por lo que el criterio general será: Beneficiar a quien NO persiga su propio beneficio en primer lugar ni el beneficio sólo de un grupo por muy amplio que este parezca, ésta es la fórmula ideal.

0 comentarios